
La llave de acceso al desván se
desliza en la cerradura sin esfuerzo. La puerta es de metal,
distinta, sin la nobleza de otras de la casa.
Myriam y
Gonzalo entran en el espacio a oscuras con cierta solemnidad,
indecisos.
La mujer es la primera en avanzar y decidirse a abrir las dos ventanas que dan al patio interior. El día es plomizo y gris pero la luz de la tarde ilumina la estancia. Es la guardilla que reconoce amplia y de techos altos, el refugio de enseres velados por plásticos bajo los que se adivinan muebles apilados, algunos cuadros, objetos y lámparas entelados junto a todo tipo de embalajes y bártulos, algunos sobresaliendo de sus contenedores y cajas de cartón.
¿Dónde estará lo suyo? Gonzalo echa una ojeada en torno y se
aproxima a desvelar un primer envoltorio.
-Eh, Myriam,
mira este espejo. Es de "Ocho Casas", la finca de Singla en
Caravaca. Está fatal, el vidrio tiene un revestimiento que. Pero
siempre me gustó este modelo tan rococó, ¿sabes qué?, tal vez me lo
lleve a casa e intente.

-Déjate la decoración, Gonza, eso lo vemos luego. Ahora mira estas
cajas, son las suyas. Lo pone aquí: Mary. A ver si encontramos lo
que.
El hermano se aleja del deslucido cristal y, vuelto a lo que les ha
traído, se dirige a uno de los cartones e intenta eliminar el
precinto que lo sella.
El adhesivo gime al ser retirado.
-Es como si se quejara -dice la hermana-. ¿Te puedes creer que
tengo la sensación de que ella anda por aquí y no quiere vernos
metiendo las narices en sus cosas?
-No te extrañe. Por
aquí debe andar en espíritu. Conque hermanica, -Gonzalo dirige su
voz y su mirada al vacío, a lo alto-: respetamos tu intimidad, pero
ahora necesitamos tus cosas. Murcia y su gente nos las han pedido,
ellos no te olvidan. ¡Eres todo un referente como mujer y como
cantante!

-Pero Gonzalo -advierte la mujer-, ¿estás hablándole a Mary? Por
favor, no desvaríes.
-Estoy explicándole qué hacemos
aquí, revolviendo en lo suyo. Para que no se moleste, ¿te parece?
-sonríe el hermano con cierto pudor-. Tiene que saber que además de
haber sido distinguida con la Medalla de Oro de la Región de Murcia
en 2015, ser nombrada Hija Predilecta de la Ciudad de Murcia en
2018, y que, en el Día Europeo de la Música de 2010, el Museo Ramón
Gaya hizo sonar su voz todo el día, sus paisanos se niegan a
olvidarla. ¡Eso es genial y le encantaría!
-Ya lo creo. La
intromisión es por buena causa -Myriam imita a Gonzalo y se dirige
también al aire-. Al fin y al cabo, Mary, se trata de mantener viva
tu memoria.
-¡Pues claro! Por siempre Mari Trini. ¿Verdad,
Myriam? ¿A que no podemos olvidarla?
Los hermanos charlan
mientras se afanan en desembalar el interior de un arcón oculto
tras una gruesa cubierta huertana.
-Olvidarla., qué cosas
dices. -la hermana parece ahora prendida de los objetos que va
descubriendo.
-Eh, Gonza, miraaa. ¡Son cosas de la casa
de Singla! ¡Ay, Singla¡, ¡qué estupendos veranos! Esa libertad del
campo, los paseos en burro, y el canto de las chicharras., cúantos
recuerdos de infancia. ¿Ves, Gonza? Tampoco allí la olvidan, ahí
tiene ella calle con su nombre: "A la cantante Mari Trini".
Ambos, al rescate, van abriendo cartones rotulados con el nombre
artístico de la hermana mayor: Mari Trini.

Ha sido Gonzalo el que recobra una caja repleta de carpetas y de lo que, a bote pronto, se les antoja a ambos papeleo formal: escrituras, cuadernos, documentos, algunos elepés, letras de canciones manuscritas, cartas de remitentes desconocidos o familiares.
La curiosidad de los hermanos no se detiene ante la enorme cantidad
de pliegos depositados. Es Myriam la que, advertida, trapo del
polvo en mano, va repasando superficies con el paño, al tiempo que
intenta reconocer lo que Gonzalo le muestra mientras desembala.
-Andaaaa -tantea él-, es el juego de té de porcelana que Mary trajo
de sus primeros años en París para la tata Teodora. Qué buena era,
la queríamos todos.

-Ay, París, París, ¡si nuestra madre se entera de cómo disfrutaba
Mary cantando en cafés y en boîtes, le da un síncope!
-Pues ya lo creo que se enteró. ¡La descendiente por línea directa
del imaginero Francisco Salzillo! ¡La biznieta del octavo marqués
de Peñacerrada! ¡La hija de doña María Mille Campos, duquesa viuda
de La Torre! ¡La ahijada y sobrina de doña Trinidad Pérez-Miravete
Pascual del Riquelme, vizcondesa viuda de la Ribera de Adaja!
Verdaderamente esa vida bohemia de Mary la inquietaba. ¿Te
acuerdas?
-Cómo no. ¡Artista su hija María de la
Trinidad...! Nombre de tradición, por cierto, para todas las
primeras hijas de la familia -recuerda Myriam.
-Pero
nuestra Mary, ay, siempre quiso ser cantautora -afirma Gonzalo-.
¡Qué orgullo de hermana, Mari Trini! Primero por su elección de
forma de vida, con ese carácter tan valiente y, luego, por su arte.
-¿Puedes creerte que mis hijos escuchan todavía hoy sus canciones
con total fervor? Y a mí, qué te voy a decir, me estremecen esas
letras donde ella se retrata y retrata el mundo.
-Yo la
añoro cada día más. Tú lo sabes, Myriam, ella era mi ídolo, quería
imitarla, vivir como ella y romper moldes -al menor de los hermanos
le brillan los ojos--. Era tan resuelta... ¡Y alcanzó su sueño!
-En realidad, de los cuatro hermanos, vosotros dos sois los más
parecidos, además tú eras su favorito, se os veía muy cómplices.
Fue por ti que regresó a vivir a Murcia.
-¡La admiraba!
Entendía su afán. Éramos buenos amigos.
Myriam adopta un aire melancólico, parece perderse entre recuerdos:
-Ya ves, tan sensible como era y, al tiempo, tan rebelde y
guerrillera. En cambio, yo, qué débil, tal vez más acomodadiza y
complaciente, como nuestro hermano Paco Luis.
-Nuestra
Mary era mucha Mari Trini, solo tienes que ver las letras de sus
canciones "Voy a luchar. Voy a volverme más pequeña hasta
triunfar".
-Siempre en petición de derechos. A veces me
lo pregunto, ¿de quién heredaría esa forma levantisca?
-Fíjate que yo creo que esa fuerza, su revolución interior, el
nervio y la marca de lo genial son manifestación del otro
ascendiente, el famoso Salzillo.
-¿Por qué no? Ese es un
sello ilustre de nuestra familia.

-O puede que el poderío arranque de la enfermedad que la recluyó en
casa desde los 6 a los 14 años. Menudo tormento. Recuerdo una foto
suya en cama, leyendo y con la guitarra a su lado. Ahí comenzó su
vocación. A ver si encontramos esas fotografías entre los álbumes.,
deben andar por aquí.
Mientras dice, Gonzalo recupera un
cartel de la cantante, un poliespan a tamaño natural con
Mari Trini en todo su esplendor.
-Mira, Miriam, qué
preciosa está aquí. Es la portada del disco Amores.
-Brutal y cósmica, que diría mi hijo -Myriam se recrea en la imagen
de la cantante-. ¿Sabes que este disco, Amores, está entre
los diez mejores long plays de nuestra historia de la
música? Guapísima, con sus ojos azules desafiando al infinito,
guitarra al hombro. -su expresión ahora se vuelve taciturna-: A
nuestra madre, en cambio, le atormentaba, como mujer de su época; a
ella le hubiera gustado tener en casa dos princesas. Y mira por
dónde una le salió combativa y con ganas de volar.
-Pero estarás de acuerdo conmigo -se arrebata Gonzalo-, Mary
resultó ser la más auténtica de las princesas. Una princesa moderna
y actual, remangada para subirse a los árboles, una princesa que
trabajaba para ganarse la vida, una princesa libre, diferente hasta
por sus gustos, ¡conducir coches de carrera!
-¡De fórmula
1!
-Era fantástica. No necesitó que nadie la mantuviera,
se bastaba a sí misma. Ese título de señorita bien educada para
casarse no le iba en absoluto. Libertad e independencia eran su
máxima.
La conversación es tan intensa que las cajas abiertas ante ellos
han pasado a segundo plano en la tarea de búsqueda, aunque Myriam
ha dispuesto ante ellos, en el suelo, tres cuadernos de distinto
estado y tamaño recién aparecidos.
Cuadernos. La intimidad
de un cuaderno.
Ambos se miran sin atreverse a romper el
secreto que ocultan.
Saben que el primero de ellos es un
diario. La letra de la cubierta pertenece a una Mary joven, tal vez
adolescente.
Tácitamente, los hermanos dejan a un lado el
contenido de las libretas.
Es Gonzalo el que se dirige hacia lo que, próximo a la pared del
fondo, ha llamado su atención, un enorme envoltorio de papel de
estraza en posición vertical, también con el nombre marcado en rojo
de la hermana cantante, Mari Trini.
Miriam, a la espera,
ha buscado apoyo en una suerte de cojín mientras repasa, con un
trapo y mecánica insistencia, el exterior de los cuadernos. Lo
mismo hace con algunos objetos, como la pequeña escultura liberada
de una de las cajas que representa a una mujer. Lleva grabada la
fecha del último acto público de la cantante.
-Eh, menudo
encuentro -eleva en su mano la figura para mostrarla al hermano,
que en el otro extremo del desván, asiente-. ¿Te acuerdas? Es obra
del escultor Mariano González Beltrán.

El 8 de marzo de 2008, Día de la Mujer Trabajadora, Mari Trini
recibió el premio "Lucha por la Igualdad", concedido por la
Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, "por retratar a
través de sus melodías las carencias, problemas y desigualdades de
la mujer".
-Qué fecha tan emotiva -Gonzalo evoca
plenamente a la cantante-. Ese día se la señaló como símbolo y
ejemplo de mujer. Me atrevería a decir que para ella fue algo muy
muy grande, ¡el reconocimiento de la gente de su tierra!
-Llevas razón. Pasó su vida defendiendo una forma de vivir y luchó
para no ser juzgada por los prejuicios de la sociedad de entonces.
Para ella, ese 8 de marzo, resultó inolvidable. ¿Te acuerdas de
aquella foto en la que besa la estatuilla?
-Desprende
felicidad y emoción. Para Mary fue más importante y trascendente
que otros reconocimientos, más incluso que el disco de Multidiamante.
-Ah, eso fue unos años antes, en 2005 por esos más de diez millones
de discos vendidos. Y aún hubo otro premio fundamental en su vida,
el de sus compañeros de la Sociedad General de Autores Españoles
poniendo en valor su carrera.
-Era tan rompedora. Fíjate en la letra de YO NO SOY ESA. Ahora lo
vemos de otro modo pero, entonces, esa canción era un desafío, un
desacato a la autoridad del novio, del marido, del macho... Era un
canto de rebeldía frente a la mujer modosa y obediente supeditada
al hombre. Una forma de decirle al mundo que también sola se puede.
-Para colmo, esa letra rebate coplas donde la mujer aparece como un
objeto. La que fuera ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde,
la puso de ejemplo en un artículo aparecido en 2015 en El Periódico
de Catalunya.
-¡Sííí! Por eso la entrega del 8 de marzo
para ella fue su gran premio, la feliz justificación de la elección
de una forma de vida.
-¡Cuánto convencionalismo! -Myriam,
todavía estatuilla en mano, vuelve su rostro hacia Gonzalo-. Es el
mundo de lo aparente, hermano.
-Por eso la canción "Yo no
soy esa" es la pretensión de un alma libre, de una poeta
emancipada, dueña y señora de su vida. Su propia vida, su obra, son
himno a la igualdad de género, como se llama ahora.


-"Yo no soy esa", la canción, estaba dentro de su elepé Escúchame,
¿verdad?
-Sí, fue el siguiente al de Amores. Dos
bombazos de discos, ¡y de éxitos!
Al fondo del desván, Gonzalo sigue descubriendo paneles de Mari
Trini a tamaño natural, y figuras ofrecidas a la cantante en metal
o terracota, en un repaso por menciones, referencias y carteles de
la artista. El hombre parece perdido en evocaciones:
-Pena
que no pudiera cumplir su sueño de cantar en concierto acústico
como despedida de su carrera artística en el Teatro Romea.
Myriam asiente pesarosa y oprime en sus manos una de las libretas
que parece reutilizada. Asuntos del debe y el haber de
características rayas sobre las que cimbrea la letra de una
adolescente: Mi diario.
-Es su letra, Gonzalo. La
conozco muy bien de cuando estaba en Londres o en París y nos
escribía, me leía sus cartas mil veces.
Los hermanos
acarician las tapas de los cuadernos, sin decidirse.
-Qué
curiosidad. ¿Les echamos un vistazo?
-Ays, créete que
estoy nerviosa. Empieza tú que yo ni me atrevo.
Madrid, 6 de enero, Día de Reyes
Querido diario:
Aquí me ves a mí que nunca pensé
que escribiría un diario. ¡Un diario! Menuda cursilería. Pero ese
libro con la biografía de la pintora Frida Khalo me ha dejado tan
turulata que necesitaba gritar: ¡Basta ya de quejarme de un riñón
maltrecho que me ata a la cama!
No, no quiero olvidar lo
que siento y he aprendido leyendo la vida de esa pintora. Qué
alegría en sus cuadros, qué colores, flores y regocijo hasta con la
muerte. Sí, yo quiero dejar por escrito que hoy, aquí, este día, se
acabó lo de compadecerme, se acabaron las quejas. Hoy comienzo este
diario para prometerme ser fuerte y valiente.
Frida
Khalo, su vida, este libro que acabo de leer, también es mi vida de
dolor, de operaciones, de soledad, pero también me ayudará a ser
como ella, maravillosa, el mundo por montera con su bigote y sus
cejas enormes. Ella mi meta, mi heroína, mi talismán.
Soy
Frida Kahlo, mejor dicho, soy Mary, pero seré Mari Trini, sin miedo
al dolor. ¿Cómo no aprender de ella? Su enfermedad debió ser
terrible y aunque le asoma tristeza en la mirada, es toda impulso y
superación. Ella mi igual. El dolor de estar apartadas del mundo,
atadas, sujetas, nos une en cuerpo y alma para siempre. Gracias
Frida.
A Frida le dieron pinceles. A mí, mi madrina me ha
dado la vida trayéndome una guitarra, conque juro solemnemente que
estudiaré música, ensayaré sin tregua porque ya sé qué quiero y
quién soy: ¡Soy Mari Trini! Hoy, querido diario, una promesa:
llegaré a ser una famosa cantante. Firmado, yo, Mari Trini.
Lo leído turba profundamente a los hermanos.
Gonzalo
ahora recuerda muy bien cuando el periodista Manuel Román dijo de
ella que era "un ejemplo significativo de discreción y sencillez,
pese a su árbol genealógico".
-Menudo despliegue de
principios para una chiquilla. No tenía ni idea de que esa pintora,
Frida, hubiera sido tan decisiva para ella...
-Ni yo.
Cierto que Frida Khalo estuvo atada a corsés metálicos gran parte
de su vida y sufrió varias operaciones por sus problemas de
espalda. Y nuestra Mary también pasó lo suyo. La lectura fue su
gran vía de escape, leía muchísimo. La recuerdo también con otro
libro que la atrapó, El diario de Anna Frank.
-¡Fíjate! No es casualidad su elepé, Diario de una mujer.
Esas lecturas formaron su carácter y la ayudaron a hacer frente, no
solo a la enfermedad, sino también a la vida.
-Y, si lo
piensas, me pregunto si México y Frida serían la causa, años
después, de ese álbum homenaje a México: Mari Trini
Interpreta Grandes Autores Mexicanos., eran boleros, ella de las
rancheras hizo baladas, a su estilo.
-¡Puede ser! Ahí
están "Contigo aprendí", "Échame a mí la culpa", "Fallaste
corazón", "Cuando vuelva a tu lado" o "La media vuelta"...

Gonzalo y Myriam sentados en el suelo, cara a cara, charlan. Están
rodeados de papeles, libros, cuadernos y un sinfín de objetos,
algunos todavía sin desembalar.
La conversación les tiene
absortos.
-¡Solo tenía 16 años cuando ese célebre director
de cine, Nicholas Ray, se fijó en ella! Recuerdo que vivíamos ya en
Madrid. Era tan bonita, y con esa voz... Cuando la escuchó este
señor tan importante, no dudó en representarla y llevarla a
Londres, ¡incluso la preparó para hacer una película! Por cierto,
que más tarde, en Francia, intervino en una y aparece en escena
cantando con su guitarra.
-¿Cómo podría? Por esos mundos,
en plena adolescencia, ¡y actuando en la BBC!

-Pero, sin embargo, Londres no la atrapó, demasiado pop, no era lo
suyo., aunque menuda experiencia tratar a esos personajes del cine
y la música. ¿Te acuerdas de lo que contaba de Peter Ustinov, Roman
Polanski, Paul MacCartney o Marlene Dietrich?
-Fascinada
quedó por París. Ahí sí encontró hueco con la canción melódica.
Grabó sus primeras canciones en francés, ¡admiraba tanto a Jacques
Brel y Edith Piaf! El mismo Brel dijo que en la voz de Mari Trini Ne
me quitte pas era la mejor versión que se había hecho nunca. ¡Qué
preciosa interpretación del tema!
-Ella contaba de sus
encuentros con existencialistas y la bohemia parisina. Pero, me
creo que también se debió sentir muy sola allí, yo me alegré
muchísimo de que se instalara en España a la muerte de nuestro
padre.
Myriam busca en el bolsillo de su chaqueta y saca
un paquetito de pañuelos de papel.
- Dame uno, anda, lo
voy a necesitar si seguimos así. Por cierto, ¿te atreves con alguna
página más de ese diario?
15 de marzo
No puede ser esto que me quieren hacer ver.
El mundo no
es solo este pequeño espacio que me rodea. El mundo es amplio y
ajeno, eso dicen, y yo deseo conocer qué hay más allá.
Hola, mundo, soy Mary y te imagino y te sé incomparable, lleno de
razas, de gustos diversos, de creencias distintas, lleno de cosas
por descubrir. Tú me inspiras, mundo. Tú y la gente. Me miro y te
miro y me sé plena de emociones, estoy, soy de canciones por
escribir y cantar.
Perdonadme, pero no. Yo soy de fuego,
y vosotros no podréis apagar mis sueños.
Para mí no es
esta vida plácida, cómoda y confortable que pretendéis, pero habéis
de saber que, aunque no me entendáis, sois grandes e importantes en
mi vida.
Tal vez, un día, yo podré ser una alegría y un
orgullo para la familia.

27 de marzo
¿Quién lo diría? Solo yo lo sospechaba: tengo colores.
Hermosos tonos y colores en la voz.
Me lo ha dicho ese
señor importante que me escuchaba cantar.
¿Se pueden tener
colores en la voz?
Y si él lo dice que es un hombre de
mundo será cierto. Nicholas Ray se llama. A él le ha gustado mi
color de voz, eso ha dicho.
Por eso, amigo, querido
diario, hoy por primera vez estoy alegre como unas castañuelas,
alguien me ha visto y me ha reconocido. Confían en mí, en mi voz.
Tenía que contártelo a ti, querido diario, mi fiel y silencioso
amigo.
Este señor importante ha dicho que yo valgo, que yo
puedo, que si yo quiero, que si yo quisiera... Qué contenta estoy,
no puedo estarlo más.
Querido diario, él es un señor
famosísimo, trabaja en el cine de Hollywood, Nicholas Ray. Estaba
yo cantando en el bar de siempre y.
Ha sucedido.
Vendrá mañana a hablar con mis padres. Dice que quiere ser mi
representante artístico. Me ve futuro en la canción y como
compositora. ¿Que soy joven? Tengo que convencerles, él tiene que
convencerles, decirles que soy una mujer, que con 16 años ya no soy
una niña.
Mañana. Mañana todo, querido diario. A
Inglaterra, a Londres, a la capital de la música. ¿Te imaginas?
Donde los grandes músicos graban.
Hoy no podré dormir, lo
sé. Es todo tan bonito que nadie, NADIE, tiene derecho a cortar mis
alas e impedirme que inicie el vuelo. Hoy ha nacido Mari Trini,
autora e intérprete de canciones sinceras y audaces.
Adiós a María Trinidad Pérez-Miravete Mille y Pascual del Riquelme.

Gonzalo detiene su lectura para posar su mirada en el rostro de
Myriam.
El de la hermana es pura confusión, mientras el
hombre alarga su ojeo por el cuaderno. Sus páginas están llenas de
tachaduras, de dibujos a bolígrafo, de corazones, de estrellitas,
de cromos de hadas y animalillos.
Myriam sostiene en sus
manos otro cuaderno, ya no reza el aviso de Mi Diario.
En
su interior, apenas ráfagas de pensamientos rotulados sin fecha
precisa, solo mes y lugar.
Febrero y París
Llueve otra vez.
Vuelvo mojada del parque a casa, es solo
un chisporroteo leve pero, si te descuidas, te cala. Justo a tiempo
de no quedarme encerrada.
Es curiosa costumbre la del
parque. Me divierte el ritual de cada día cuando al atardecer, poco
más de las cinco, adelantándose a la cerrazón de la tarde, los
guardias del parque aparecen con sendos pitos y, apostados en las
puertas principales, avisan a los paseantes del vergel que cierran
sus puertas. Madres con niños, abuelos, yoguis, gente que camina,
juega o danza, todo el mundo fuera, se acabó el día y la vida al
aire libre.
De todos modos, esta vez se agradece el
aviso, pues como si se hubieran puesto de acuerdo, de repente, la
lluvia y la oscuridad han caído sobre nosotros.
Llueve
sobre los tejados de París y puede que también sobre mi alma.
En cualquier caso, empiezo a amar esta ciudad de cielos saturados y
días plúmbeos y grises. Qué lejos la luz de mi tierra, su
agitación, su vida de calle, su tibieza. Cuántas veces me pregunto
si todo ha sido un error.
Apenas las seis de la tarde y
hora de la cena, al final te acostumbras a todo.
Llueve.
Voy a gastar unos francos en la floristería de la esquina, compraré
unos tulipanes amarillos. Adoro esta costumbre francesa de comprar
flores como se compra la baguette del día.
Y el sol dentro
de la tarde como el hueso en una fruta, dijo el poeta.
El
sol de los tulipanes amarillos.
Abril y París
Empiezo a sentirme bien en esta ciudad.
París en casi
primavera.
Nadie me mira.
Ni que me ponga un
pato en la cabeza. Es agradable no ser juzgada siempre, encontrarte
con iguales, con diferentes, sentirte bien si eres negro, amarillo
o estrafalario.
¿Rara? ¿Qué significa ser rara?
Nada.
Nadie es igual a nadie. ¡Dejadme vivir mi vida!

Myriam y Gonzalo han bebido una a una las palabras de la hermana.
Una lágrima se desliza por el rostro de la mujer, mientras él,
esquivando la turbación, se alza y va y viene por el desván como si
la excusa fuera el desembalaje.
-Vamos, Mary, deja
eso...Duele mucho -recomienda emocionado -: Ven aquí. Mira, es la
carátula de ese primer gran éxito, AMORES, ya en España. Si hubiera
grabado solo este disco, estaría igualmente entre los grandes. Son
temas inolvidables, "Un hombre marchó", "Mañana", "Cuando me
acaricias" o "Vals de otoño" son clásicos.
-Ay, sí
-suspira Myriam orillando la tristeza-. Incluso los 80 fueron para
ella años de enorme éxito. La arropaban discográficas importantes,
Waldo de los Ríos o Trabucchelli, y tuvo colaboraciones con grandes
como Luis Eduardo Aute o Patxi Andión. ¿Te acuerdas de Cecilia?
Mary sufrió muchísimo su pérdida.
-¡Claro! Si tenemos
suerte, encontraremos alguna foto de las dos juntas.
-Me
encantaría encontrar esos álbumes de fotos., si es que no los tiene
Claudette Lanza, su inseparable compañera y agente artística. Por
ella, el influjo francés en el cambio de imagen años 70, incluso
hubo un acercamiento al pop.

Canturrea Myriam: -Por qué a mí, se me ha caído una estrella
en el jardín... "Una estrella en mi jardín" es su disco que más
me.
-Hmmm. ¿y qué me dices de "Un hombre marchó"?
-Un hombre marchó, dejó la casa, dejó la ciudad. Se fue
dulcemente, ningún reproche, nada que ocultar. -Myriam ha
prolongado su canto-. Ese tema está dedicado a nuestro padre, era
una poeta. Por eso lo que no entendí es que aceptara desvestirse
para una revista. ¿Sería por dinero?
-¡Qué dices! Ya sabes
que lo material y ella., era desprendida de más. Lo hizo como hizo
todo en su vida, porque veía el cuerpo como obra de arte, sin
malicia, y, cómo no, también para darles a más de uno en la nariz.
¡Y causó sensación!
-La verdad es que había que tener
mucho aguante., ¡llegó a decirse de ella que cantaba con vestidos
largos o pantalones porque tenía una "pata" de palo!
-La
maledicencia., ¡líbranos!
-Eh, atención, ¿no es esta la
maqueta del recopilatorio de "Mari Trini- Sus grandes
éxitos"? A partir de aquí, en los años 90, investigó y probó todo:
blues, rock, salsa.

La tarde ha caído de forma repentina. La luz interior comienza a
desdoblarse en sombras mientras algo parecido a un frío inesperado
les recorre y altera el estar.
Gonzalo atranca las
ventanas mientras Myriam acciona la luz tenue de una bombilla.
-Me extraña no haber encontrado nada de su querida Maryni Callejo,
de la etapa en que la acompañaba como pianista en sus conciertos.
No era solo productora, era una autoridad, la única a la que le
permitía ciertos arreglos en sus canciones.
-Tampoco he
visto nada de Danilo Vaona, o de Juan Carlos Calderón.
La
recogida de documentos desplegados por el suelo ha dejado al
descubierto el remite de una carta.
-Gonzalo, ¿ves? Es de
su amigo Pedro.
-¿Una carta de Pedro López Morales?
-Sí, es de. -Myriam en ojeada previa-. Ah, de cuando le invitó a
pasar unos días en Ibiza. Escribe dándole las gracias..., y más.

20 de agosto
Mi queridísima Mari Trini:
Vuelvo a la realidad y al calor
asfixiante de Murcia después de estos días maravillosos en tu casa
de Ibiza.
¡Querida amiga!
No puedo borrar de mi
memoria ese espacio de luz, de charlas extensas, de risas, de
paseos, de comidas interminables, de música, de silencios.
Sabes bien lo mucho que significa para mí tu amistad. Tantas
confidencias, tanto en común, que me vuelve el nudo que ahoga mi
voz y, a poco, se me escapan las lágrimas al recordar la fuerza de
nuestras revelaciones, el alma abierta y rasgada, sin secretos.
¡Sienta tan bien encontrar un semejante!
Solo alguien que
ha sufrido como tú, sabe entender lo que ocurre en mi interior, a
veces, en profunda oscuridad, y, a veces, en lo radiante y
luminoso.
Te veo ahora, te estoy viendo, blanca como una
niña de comunión, resplandeciente como una novia, con los ojos de
la verdad, de la inocencia y de la pureza, ¡sí, Mary, de la pureza!
Con la mirada más serena que nunca, próxima a lo infinito del mar,
mojando tu risa, jugueteando, traveseando al sol, espléndida.
Te veo y te escucho, Mary en ese porche blanco, tan lúcida, y aún
siento la caricia de tus palabras, de nuestro diálogo
necesariamente interrumpido por lo cotidiano.
¿Que tienes
dudas de lo que has hecho con tu vida? Yo mismo, tu amigo Pedro,
soy la incertidumbre andante, pero mira que cada vez me creo más
que solo los que dudamos llegamos a alguna parte. ¡y qué miedo, las
profundas convicciones!
Por tanto, ¿cómo integrarme en
este día a día?
Claro que sigo ahí, contigo. No puede ser
de otro modo. Ahora, a solas, me pregunto ¿por qué escondes a los
otros, a veces, tanta hermosura, tal resplandor? No dejas ver,
amiga, al completo ese ser maravilloso que eres, llena de pasión y
de grandeza.
¡Lo sé, parezco un enamorado! Y es que lo
soy, prendado de la amiga.
Amiga, ¿habrá en el mundo
palabra más hermosa?
No sé si me siento más mustio de lo
normal, la sensibilidad a flor de piel, pero la vida y tu luz como
un faro en el paisaje en el que me has resguardado estos días,
tenéis toda la culpa.
Aviso. No sé si me verás aparecer
de nuevo, en breve, a tus brazos de madre cobijadora, pero, como
siga así de añorante, le van a dar aire al trabajo que me trajo de
vuelta a Murcia, porque me pillo el primer barco., y me acoplo,
como dicen mis amigos los modernos.
Mary, Mari Trini de
mis amores, gracias infinitas por estos días divertidos, puros e
impuros, maravillosos., y por todos aquellos de los que el azar nos
provea en el futuro.
Gracias por tanto
Te adoro,
lo sabes.
Un abrazo inmenso,
Tu Pedro
PD: Ya imaginas que voy a preferir siempre Ibiza a San Pol.

-Cuánta complicidad tenían ella y Pedro. ¡Y cuánto cariño!-el
semblante de Miriam se ilumina solo un instante. En cambio, ya ves,
hablando de amigos.Vaya chasco con.
-No me lo digas. Te ha
venido a la cabeza su disgusto con Los Panchos y aquel cedé, disco
de oro del que Mary versionó boleros en distintas canciones. ¡Dijo
que había sido estafada!

En escena y sin avisar entra Paco Luis. El hermano que faltaba.
Su rostro es festivo, saluda con zumba. Parece satisfecho.
-¿A que no habéis encontrado los álbumes de fotos? -cuestiona a los
hermanos menores reservándose la sorpresa.
-No, nada
-niega Myriam-. Al menos por ahora. Y es rarísimo, ¡porque hay de
cosas! Te asombrará saber lo que hemos.
-Ja, ja, ja. No
busquéis más -ríe de buena gana el recién llegado-. Los tengo yo,
los encontré casi camuflados en la biblioteca, hay un par de
álbumes la mar de interesantes. Todas las fotografías que nos han
pedido para ilustrar el libro que van a escribir sobre su vida
están ahí. Hay fotos preciosas.
-¡Qué dices!
-Qué
bueno, porque a mí me gustaría entregarle a Álvaro Peña, el
ilustrador de la historia de su vida, la foto en la que estamos con
Teodora.
-Mejor será esa otra nuestra con los padres.
-¿Y la que está Mary subida en su cochazo? Esa es chulísima. O la
de pequeña con padre montada en el burrico, aunque las que tiene
con sus queridos Alberto Cortés, José Luis Perales Juan Pardo.

-Lo importante es que tenemos las fotografías. Álvaro verá qué
elegir y qué dibujar. Dejad todo esto ya, es casi de noche.
-Eh, eh -protesta Myriam ante la huida de los dos hombres-. Alto
ahí. Ayudadme a dejarlo todo recogido.
Gonzalo, el
semblante formal, mira de nuevo arriba, al aire, desea explicarse
ante el espíritu de la hermana mayor:
-¿Ves, Mary? Ya
está. No vamos a meter más las narices en tus cosas. Pero merecía
la pena., nos parecía tan bonito que sigan recordándote y queriendo
escribir sobre tu vida. Será un libro para todos los públicos,
mayores, niños y jóvenes.
-Ah, sí, Mary, solo es que
necesitábamos fotos para las ilustraciones., en un mohín de
autoindulgencia, Myriam apoya las palabras de Gonzalo: Va a ser
genial, ¡Mari Trini, la estrella, en un libro para la Región de
Murcia!
-¿A quién le habláis? -Paco Luis no espera
respuesta-: ¡Estáis como cencerros!! Anda y vámonos. No puedo con
todo lo que hay aquí., flaquea, y al hablar el temblor de su mentón
le delata aquí hay demasiados recuerdos.