“El Barroco cultiva el lujo y el esplendor, gusta de la abundancia y lo extremado y amplía las fronteras de la realidad gracias a un ilusionismo fantástico.”
6.1. Contextualización histórica
El Barroco es uno de los periodos musicales más largos de la historia. Comprende unos 150 años aproximadamente, entre 1600 y 17501. Pero, como mencionaremos en alguna otra ocasión, a la hora de hablar de estilos musicales, encorsetarlos siempre es una tarea arriesgada a la vez que necesaria y útil.
Por un lado, arriesgada porque los periodos artísticos no son ciclos de tiempo cerrados que comienzan un día y finalizan otro, sino que son etapas que se fusionan entre ellas: la gestación de un estilo se solapa con la progresiva desaparición del anterior y estabilización del siguiente. Aunque Haydn ya estuviese escribiendo en el nuevo estilo del Clasicismo que acabarían siguiendo Mozart y Beethoven, otros compositores como Georg Friedrich Händel aún continuaban escribiendo con una estética Barroca.

Por otro lado, resulta necesario y útil, puesto que nos ayuda mentalmente y nos clarifica cronológicamente, de un rápido vistazo, a organizar y situar en una línea temporal un estilo y compositores concretos. Y, es que, como ya hemos mencionado, «el concepto de estilo no se adscribe a un hecho histórico, sino que responde a una necesidad: crea una forma de entendimiento»2.
En el surgimiento del estilo Barroco confluyen tres condicionantes que resultan clave: a) el asentamiento de la expresión del ideal humanista a través de la monodia acompañada (una voz solista que se ejecutaba sobre un bajo), b) el desarrollo del bajo continuo y c) el nacimiento de la ópera como espectáculo. El bajo continuo (o en italiano basso continuo, un sistema de cifrado armónico e interválico que tantos siglos más tarde seguimos utilizando en materias del Conservatorio como Armonía y Análisis) y su desarrollo permitirá poco a poco a la escritura musical liberar la voz principal y ofrecer un medio apto para la composición escrita.
6.2. Características estilístico-estéticas
El bajo continuo constituye el elemento técnico primordial que da sentido a la época del Barroco. En este proceso de surgimiento del bajo continuo tiene un papel importantísimo el compositor Claudio Monteverdi (1567-1643), una figura clave en la transición de estilos. En sus obras como Orfeo3, se utiliza el bajo continuo para acompañar a los recitativos y dar sentido musical al acompañamiento.
En el terreno de la música instrumental hay que entender que la llegada de este sistema de escritura liberalizada con el bajo continuo fue recibida como una revolución. Dicha técnica rivalizaba con el antiguo estilo polifónico que imperó durante todo el Renacimiento. A pesar de ello, la música instrumental convivió con la escritura polifónica vocal (relegada ya a un ámbito eclesiástico y denominada como stile antico) que siguió cultivándose y que se solapó en el tiempo con el surgimiento de este nuevo estilo Barroco.
6.2.1. Formas musicales
Durante el Barroco, al contrario que en el Clasicismo que supone un periodo histórico en el que cristalizan nuevas estructuras, empiezan a surgir distintas formas musicales y tomar fuerza la música instrumental. Es por ello que en este estilo, las formas empiezan a constituirse y resultan aún “arcaicas” en comparación con los estilos posteriores del Clasicismo y Romanticismo (véase esquema resumen de la evolución de las formas en la unidad 8). Algunas de las formas que comienzan a proliferar y extenderse (como la forma binaria tipo suite, que lo abarca todo) por el mundo de la composición las encontramos en los distintos géneros musicales como:
- La sonata Barroca: el término sonata en el Barroco hacia referencia a aquellas obras que estaban destinadas a ser interpretadas por instrumentos, para diferenciarlas de la cantata, que estaban destinadas a ser cantadas. Por otro lado, el término toccata estaba destinado a aquellos instrumentos polifónicos (instrumentos de tecla como el órgano o el clave). La escritura de las Sonatas Barrocas derivó en dos tipos:
- Sonata solista barroca: escrita para un instrumento solista más el bajo continuo que lo acompañaba.
- Trio sonata barroca: escrita para dos instrumentos más el bajo continuo que los acompañaba.
- Allemande: de origen alemán, su tempo es moderado y está escrita en compás de 4/4 o 2/4. Suele comenzar con una corchea de anacrusa y a menudo constituye la pieza más importante de la suite. Responde al esquema habitual de la forma binaria tipo suite: ||: A (T.ppal) :||: A’ (T. Dominante o vecino) :||
- Courante: de origen francés, su tempo es vivo y está escrita en compás de 3/4. Suele comenzar con una corchea de anacrusa.
- Zarabanda: de origen español, su tempo es lento y está escrita en compás de 3/4. Suele comenzar en tiempo fuerte, de carácter tético. En su escritura son raras las notas breves, pero abundan las ornamentaciones (trinos, grupetti, etc.). Su esquema queda reducido a:
||: a (8cc.) :||: a’(8cc.) - a’’(8cc.) :||5 - Gigue: de origen inglés, su tempo es vivo y su compás ternario en forma de 3/4, 6/8, 9/8 o 12/8.
- Otras danzas: al margen de las cuatro anteriores que suelen ser el cuerpo central y habitual, según la procedencia geográfica de la composición podemos encontrar otras danzas. La variedad es enorme, así que se plasman aquí algunas: doble, gavota, mussette, minué de tipo ternario, paspié, loure, bourrée, polonesa, aria, siciliana, pavana, furlana…
- Cantata: término que se opone al de ‘sonata’ puesto que la ‘cantata’ ha de ser cantada. Se trata de obras que pueden ser escrita para pequeño grupo (una o más voces solistas con acompañamiento musical), pero también pueden transformarse a gran formato (con incluso coro y orquesta). La cantata se constituye por varios movimientos.
- Ópera: como ya se ha comentado, el surgimiento de esta se ubica habitualmente junto a la figura de Monteverdi. Durante el Barroco, este gran género evolucionó notablemente. Debido precisamente a su gran formato, escapa a los propósitos de la asignatura presente.
- Oratorio: es un género musical dramático que se diferencia de una ópera porque prescinde de la puesta en escena, vestuario y decorados. Su tema es frecuentemente religioso (con historias de la Biblia o del Evangelio), pero también puede ser de temática profana. Está conformado por diversos movimientos como una obertura, recitativos, arias, coros…
- Misa7: género musical religioso conformado por varias partes que se corresponden a momentos de la propia misa o acto religioso. Dicha obra estaba destinada a acompañar precisamente a la misa. Algunas de sus partes son: kyrie, gloria, sanctus, osanna, benedictus, agnus dei, dona nobis pacem…
6.2.2. Armonía y melodía
La armonía y la melodía durante el Barroco alcanzan el equilibrio perfecto; armonía y contrapunto son igual de importantes en la construcción del discurso musical. Este hecho, que se hace palpable en el maestro indiscutible de todo el periodo Barroco: Johann Sebastian Bach. Su obra representa el cénit de las cuestiones analíticas a destacar. Las características armónico-melódicas son:
- Un ritmo armónico complejo y sobrecargado, que tiende incluso en algunas obras a la corchea, especialmente en aquellas obras de carácter contrapuntístico (precisamente el movimiento de las cuatro voces genera esa saturación armónica que, en ocasiones, es difícil de determinar). No obstante, en muchas ocasiones, el carácter melódico será más interesante a la hora de analizar el desarrollo del material compositivo –especialmente en las obras contrapuntísticas–.
- Estabilidad, un continuum en el discurso musical del Barroco. En este periodo estilístico las dinámicas y las articulaciones no tienen cabida y, sobre las partituras, no habrá ninguna referencia a ellas8. Los intérpretes barrocos sabían cuándo realizar una u otra dinámica y las distintas articulaciones (a excepción de instrumentos como el clave que, directamente, no podía interpretarlas).
- En las distintas formas que hemos visto, la armonía fluye entre dos centros tonales: la tónica (el tono principal de la obra) y su dominante. La estabilidad e inestabilidad se da en esa partida y regreso del tono principal (estabilidad) y el viaje armónico que se realiza de por medio (inestabilidad).
- Las modulaciones que nos encontramos en el Barroco son aún elementales a los tonos vecinos y, por lo tanto, distintos grados de la escala. Si una obra está en Do mayor los distintos tonos posibilidades a modular serán: Sol mayor, La menor, Fa mayor, Re menor o mi menor.
- Uso abundante de los acordes cuatríada con función de Dominante: 7as de Dominante, de Sensible y Disminuida (esta adquiere mucha más presencia puesto que los compositores del Barroco Tardío descubren su enorme potencial).
- En muchas obras barrocas escritas en modo menor, era común finalizarlas con un acorde mayor, recurso cliché que se conoce como la tercera de picardía. Esta tercera era la nota mediante (III) que se modificaba para transformar el acorde de tónica del modo menor al modo mayor.
6.2.3. Ritmo
El parámetro rítmico es también un continuum; una especie de ostinato. Aunque su importancia respecto a otros estilos es menor, en cuanto a su riqueza, en el Barroco el ritmo es un “no parar”, una máquina constante que no cesa hasta el final de la partitura. Un reflejo del horror vacui9 que impregnó diferentes disciplinas artísticas y que caracteriza el estilo sobrecargado del Barroco. Por el mismo motivo, el ritmo constante no se ve modificado por ningún tipo de indicación agógica (como ritardandi o accelerandi) que son inexistentes como las dinámicas y articulaciones.
6.2.4. Textura
La textura en el Barroco se vuelve, predominantemente, contrapuntística. Esto se debe, principalmente, a que la escritura barroca está fuertemente influenciada por la composición polifónica vocal y el uso del contrapunto, de la escritura de voces independientes. Dicha escritura polifónica había alcanzado gran nivel de complejidad con autores como Tomás Luis de Victoria o Carlo Gesualdo.
La música del Barroco, por tanto, tiene esa sensación de sobrecarga y embotamiento, puesto que la textura contrapuntística otorga un gran dinamismo a la música. Además, confiere a las obras una gran tensión que se refleja en los artificios contrapuntísticos y, cuyo momento de calma y distensión, sólo tienen lugar al final de la obra, cuando se pone punto y final a ese ostinato que rige el discurso musical. No obstante, la melodía acompañada se podrá encontrar en ciertas obras (como la sonata solista) o en ciertos pasajes. La escritura homofónica también será habitual en obras para instrumentos de tecla o la principal protagonista en casos como los corales.
6.2.5. Instrumentación
El Barroco supone una época de esplendor para la música instrumental frente a la vocal. Su importancia va en aumento y varios son los factores que contribuyeron a que se produjera este cambio de paradigma. Un cambio que progresivamente dio más importancia a lo instrumental frente a lo vocal, convirtiéndolos en géneros iguales. Como tantos otros cambios, fue un proceso a lo largo del amplío periodo estilístico que abarca el Barroco. Algunos de estos factores son:
- Se crean distintos instrumentos y comienzan a perfeccionarse10 su construcción como el caso de la cuerda flotada. No obstante, el panorama instrumental queda prácticamente conquistado por los instrumentos de tecla como el clave o el órgano o cuerda pulsada como el laúd o vihuela;
- el sistema de afinación mesotónico (en la que la escala cromática no era una división en 12 partes exactamente iguales) del Barroco temprano también proyectó el sistema modal hacia el tonal por sus posibilidades sonoras y por potenciar los intervalos fundamentales del sistema como las 5as justas. Hacia el Barroco tardío comenzó a utilizarse la afinación de temperamentos igual11 como así lo refleja la publicación en 1722 de la obra de Bach el Clave bien temperado;
- la invención de la imprenta (hacia 1440) y su extensión por toda Europa, así como el sistema de impresión musical desarrollado por Ottaviano Petrucci (1466-1539) facilitó enormemente la expansión de las obras musicales en formato papel y, por lo tanto, se propagó un mecanismo de unificación musical por Europa que acabaría desencadenando en la tonalidad.
Por último, mencionar que el parámetro tímbrico queda muy relegado a un segundo plano, puesto que la instrumentación de estos periodos es aún “limitada”. El timbre comenzará a ser importante para los compositores y decisivo en el planteamiento del discurso musical a partir del Romanticismo y, especialmente, en los siglos XX y XXI.
ANEXOS UNIDAD DIDÁCTICA 6
Audios recomendados
Vamos a hacer un repaso de las obras más representativas e icónicas del periodo barroco:
- Partita n.º 2 en Do menor, BWV 826 (1726-30), de Bach
- Concerto n.º 1 en Mi mayor “Primavera”, RV 269 (1721), de Antonio Vivaldi
- Concerto n.º 2 en Sol menor “Verano”, RV 315 (1721), de Antonio Vivaldi
- Concerto n.º 3 en Fa mayor “Otoño”, RV 293 (1721), de Antonio Vivaldi
- Concerto n.º 4 en Fa menor “Invierno”, RV 297 (1721), de Antonio Vivaldi
- L’Orfeo, SV 318 (1607), de Claudio Monteverdi
Lectura
Libro: Eso no estaba en mi libro de Historia de la Música
Autor: Pedro González Mira.
Capítulo 6 [extracto]: Bach, Misa en Si menor. Págs. 136-143
Capítulo 10: La suite. Págs. 261-263
Complementos online
- Revista digital MusicaAntigua.com (espacio cultural sobre la música compuesta antes de 1750). Entrada: Curiosidades sobre Bach y Vivaldi
http://www.musicaantigua.com/curiosidades-sobre-bach-y-vivaldi/ - Blog Historia de la música: las tres edades de la Música Occidental. Entrada: La música instrumental barroca.
https://bustena.wordpress.com/historia-de-la-musica-online/la-musica-en-la-era-barroca/unidad-10/