
Siempre que he comenzado con estas representaciones teatrales científicas he querido llamar la atención del alumnado indicando que todo lo que verán no es magia sino ciencia. ¡Y no es fácil conseguir una buena ciencia! Pensar en ciencia es complejo, a la vez que divertido. Y ese pensamiento puede dejarnos extenuados, tanto como para poder disolver un trozo de poliespán (corcho blanco) en agua. ¿Os lo creéis? ¡Vamos con ello!

- Dos vasitos de vidrio.
- Acetona pura, 100% (CH3-CO-CH3), de venta en perfumerías. Se utiliza como quitaesmalte de uñas.
- Dos tiras de poliespán (corcho blanco).
- Agua.

Esta experiencia científica es más teatro que otra cosa. Tomamos a un docente, con pensamiento literario. Le ofrecemos una tira de poliespán y un vasito que porta un líquido, agua. Por otro lado, tú cogerás el otro vasito que portará acetona (de igual aspecto físico que el agua, pero… ¡Muy diferente!).
Enfrente del público nos colocaremos con los vasos sobre la cabeza, con el objetivo de dar a conocer que el pensamiento en ciencia implica un sobreesfuerzo. Introduciremos las tiras de poliespán dentro del vaso y… ¡Voilà!

La tira de poliespán en el vaso que contiene acetona se irá disolviendo. Este plástico espumado, derivado del poliestireno, es muy utilizado en el sector del embalaje. En realidad, tiene poco de poliestireno y mucho de gas en su interior, de ahí su bajísima densidad (poca masa y muchísimo volumen). El poliestireno se disuelve en solventes orgánicos, caso de la acetona.
Llama la atención que cuando se introduce la tira de poliespán en la acetona se libera un burbujeo incesante. Este burbujeo es consecuencia de dejar escapar el aire que está dentro de la masa blanca de plástico (figura 39).

