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04/10/2024
La Consejería devuelve al mar a una tortuga boba en San Javier tras pasar por el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre
El consejero Juan María Vázquez anuncia el traslado a los centros de cría y 'headstarting' de las 94 crías nacidas este año en el litoral de la Región
El consejero de Medio Ambiente, Universidades, Investigación y Mar Menor, Juan María Vázquez, junto con el alcalde de San Javier, José Miguel Luengo, devuelven al mar una tortuga boba en la playa de El Pedruchillo.
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El consejero de Medio Ambiente, Universidades, Investigación y Mar Menor, Juan María Vázquez, acompañado del alcalde de San Javier, José Miguel Luengo, liberó hoy un ejemplar juvenil de tortuga boba, procedente del Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de El Valle, en la playa del kilómetro 15 de La Manga. Esta Caretta caretta, de poco más de 8 kilogramos de peso, es ya el cuarto ejemplar recuperado y puesto en libertad en las costas de la Región de Murcia este año.
Para su seguimiento, la tortuga se ha identificado con un microchip subcutáneo y una anilla, dentro del ‘Programa de Marcado de Tortugas Marinas’. La suelta se encuadra en uno de los objetivos del proyecto de investigación que lleva a cabo el CRFS. Este ejemplar fue hallado frente a la costa de Mazarrón a finales de agosto, atrapado en una maraña de fibras plásticas, a media milla de la costa, frente al faro.
Vázquez relató que el ejemplar “fue trasladado de inmediato al Centro, donde se estabilizó mediante fluidoterapia y se le realizó una revisión clínica”. El consejero desveló que la tortuga presentaba “pequeñas rozaduras en las áreas afectadas por los residuos plásticos, y durante su recuperación, se observó la expulsión de diversos restos plásticos alojados en su aparato digestivo, incluyendo tapones y bastoncillos higiénicos”.
Precisamente, la identificación y análisis de estos residuos forman parte del proyecto ‘Profundización en el conocimiento de las amenazas que afectan a los cetáceos y tortugas marinas en la Región de Murcia (Camemmur)’, financiado por la Fundación Biodiversidad, con el objetivo de profundizar en las amenazas que enfrentan estas especies y buscar soluciones para mitigarlas.
En lo que llevamos de 2024 han ingresado cinco vivas, de las que cuatro se han recuperado y liberado, y una fue trasladada al Oceanográfic. Estos ejemplares se gestionan dentro del protocolo de varamientos de cetáceos y tortugas marinas de la Región de Murcia. Por otra parte, se han liberado otras 51 tortugas bobas procedentes de anidamientos durante el 2023. Nidos que fueron identificados gracias a la campaña de voluntariado ‘Territorio Tortuga’.
Reparto de las crías de tortuga nacidas en La Manga
Por otra parte, el consejero anunció que 74 crías de tortuga boba partieron el pasado viernes del Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de El Valle en dirección al Oceanogràfic de Valencia, que acogerá 50. Las otras 24 (incluyendo las ocho de la incubadora del Centro Recuperación de El Valle) se repartirá entre los centros de ‘headstarting’ junto a ejemplares de otros nidos, localizados a lo largo de toda la geografía española, para realizar estudios comparativos.
Estos centros -además del propio Oceanogràfic, son el Palma Aquarium y el Laboratorio de Investigaciones Marinas y Acuicultura (LIMIA), ambos en Mallorca; y la Fundación para la Conservación y Recuperación de Animales Marinos (CRAM) en Barcelona.
Las otras 20 tortugas restantes hasta alcanzar las 94 crías, procedentes del nido traslocado del kilómetro 15 de La Manga, están ya en los tanques de cría del Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario (IMIDA) de San Pedro del Pinatar.
La tortuga boba se clasifica como ‘vulnerable’ según el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial y del Catálogo Español de Especies Amenazadas y como ‘en peligro’ para la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Entre sus principales amenazas figura la ingestión de plásticos y diferentes tipos de residuos en flotación, su captura accidental en redes de pesca, el enmallamiento en restos de fibras o sedales a la deriva y, en menor medida, la colisión con embarcaciones o la destrucción y alteración de playas de anidación.
Categoría nota prensa: Medio Ambiente, Universidades, Investigación y Mar Menor
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