Presidente
Murcia, al frente de la Europa de las Regiones (12/02/2010)
Uno de los organismos políticos más dinámicos y que mejor refleja el espíritu que subyace tras el proyecto de construcción europea es el Comité de las Regiones (CDR), institución que constituye la mejor garantía de que, a la hora de legislar desde las altas instancias europeas, siempre se tendrán en cuenta los intereses y aspiraciones de las regiones y municipios de los estados miembros, de los que el Comité se erige en auténtico portavoz y defensor.
El CDR se creó en 1994 con dos objetivos esenciales. En primer lugar, que los representantes locales y regionales tengan voz en el desarrollo de la legislación de la Unión Europea (UE), aspiración más que lógica y justa si tenemos en cuenta que cerca de tres cuartas partes de la legislación comunitaria se aplica a nivel local o regional. En segundo, la participación en el CDR de los representantes políticos más próximos en el ámbito territorial -como presidentes y parlamentarios regionales, alcaldes y concejales- evita una excesiva lejanía entre los ciudadanos y unas instituciones europeas que no siempre son percibidas como algo cercano, sino, más bien, todo lo contrario.
Desde que, como presidente de la Región de Murcia, me incorporé en 1995 al CDR, he trabajado para reforzar el papel de las regiones y ciudades europeas en un entorno en permanente evolución, reflejado en las sucesivas ampliaciones de la UE. Cambios que han propiciado una enriquecedora variedad de puntos de vista y propuestas, pero también de carencias que suplir, que hacen necesario abogar por el consenso para lograr grandes acuerdos que redunden beneficiosamente en todos los ciudadanos europeos, y, a un nivel más concreto, en los españoles y, por tanto, en los murcianos.
Tres lustros en los que he defendido cuantas iniciativas y propuestas fueran de interés o provecho para todas las regiones y ciudades de España, en cuestiones tan esenciales como la cohesión europea, la necesidad de hacer realidad una red transnacional de transporte ferroviario que tantos beneficios podría reportar a las exportaciones de nuestro sector agrícola, o a favor de poner coto a la terrible amenaza que supone la sequía para las regiones del arco mediterráneo europeo, y muy especialmente para la de Murcia, debido al déficit hídrico estructural que padecemos.
Desde la integración de España en el marco institucional europeo, que pronto cumplirá un cuarto de siglo, nuestra Comunidad Autónoma siempre ha mostrado una decidida vocación europeísta, que ahora se ve premiada y reforzada con mi elección para ocupar la Presidencia del Comité de las Regiones de la Unión Europea en los próximos cinco años junto a la italiana Mercedes Bresso, ejerciendo como vicepresidente primero durante un primer periodo de dos años y medio para, posteriormente, asumir la presidencia a partir de junio de 2012. Se produce, además, la circunstancia de ser el primer presidente autonómico español elegido para desempeñar este cargo, lo que me honra especialmente y me responsabiliza ante mis colegas del resto de comunidades.
Todos los murcianos deben de estar de enhorabuena por este reconocimiento a la ingente labor realizada por Murcia en favor de la construcción de una auténtica Europa de las Regiones, más cohesionada, equitativa y solidaria. Una oportunidad única para acrecentar, aún más si cabe, nuestra ya destacada presencia y creciente influencia en el seno de la UE.
Buena prueba de nuestra implicación y confianza en los réditos positivos que genera trabajar en el escenario europeo la constituye el importante reconocimiento que acaba de recibir la Comunidad de Murcia mediante la concesión del premio ‘Región Europea Emprendedora 2011’, un merecido galardón que otorga el CDR a aquellas regiones que, como la nuestra, destacan por su visión empresarial, y que también recompensa la puesta en marcha, por parte de los entes locales y regionales, de políticas y estrategias públicas que favorecen y promocionan la creación de nuevas empresas, en nuestro caso concreto, a través del Plan Emprendemos, impulsado por el Gobierno de Murcia, y que ha contado con la participación de los empresarios y sindicatos de la Región.
La reciente aprobación del Tratado de Lisboa ha ampliado los ámbitos políticos en los que debe ser consultado el CDR, con la incorporación de nuevas materias como el turismo, la energía, el cambio climático o la protección civil, campos que tanto interesan para el presente y futuro de nuestra Región, y que se suman al resto de sectores sobre los que ya se trabajaba en las seis Comisiones con las que cuenta la institución. Todo ello coloca al CDR en una situación privilegiada dentro del proceso de toma de decisiones en los diferentes órganos por los que se rige y legisla la UE.
Una capacidad que tendrá que guiarse por la máxima colaboración interinstitucional, y que habrá de contar necesariamente con los parlamentos nacionales y regionales, así como con las asambleas y entes locales, cuya aportación y experiencia se confirma como imprescindible de cara al futuro, no sólo en la consolidación de una Europa más cohesionada y solidaria, sino también para avanzar decisivamente en la lucha contra la crisis y en la generación de empleo. Esos son los principales retos que afronta la UE en estos momentos, unos objetivos vitales para cuya consecución la Región de Murcia tiene mucho y bueno que aportar.
Ramón Luis Valcárcel Siso
Presidente de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia