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Acto de clausura la presentación del estudio 'El desarrollo del arco mediterráneo español. Trayectoria y perspectivas' (12/01/2010)

 

La larga y fecunda historia de nuestro mar, el Mar Mediterráneo, nos muestra que éste ha sido siempre un territorio singular. En sus riberas se crearon imperios, se generaron civilizaciones, nacieron religiones. En este mar confluyen distintas formas de vivir y sentir, se unen tres continentes, Europa, Asia y África, y ha sido crisol de culturas, fuente de pensamiento y cuna de movimientos sociales.

España ha sido siempre un elemento imprescindible en todo lo que ha significado el Mar Mediterráneo. La Región de Murcia es, sin ningún género de dudas, una región vinculada histórica y culturalmente al mediterráneo. Durante muchos siglos fue la puerta del Reino de Castilla al Mediterráneo. Por la Región de Murcia, y más concretamente por Cartagena, entró en España la civilización cristiana.

La Región de Murcia se sitúa geográficamente en el centro del Arco mediterráneo español. Junto a las comunidades autónomas de Cataluña, Valencia, Baleares y Andalucía constituimos una de las áreas socioeconómicas de mayor potencialidad y capacidad de la Unión Europea.

Decía Ortega y Gasset que “los seres humanos no viven juntos por sí, sino para acometer juntos grandes empresas”. Y es que, como bien indicaba esta mañana Francisco Pérez, director de investigación del IVIE, en su exposición sobre el extraordinario trabajo de análisis e investigación que hoy hemos conocido, el hecho de que el Arco Mediterráneo español se haya considerado uno de los principales polos de crecimiento socioeconómico nacional no responde a otra cosa que no sean los enormes esfuerzos que se han realizado por parte de los ciudadanos y de los gobiernos para conseguir que esto sea así.

Esfuerzos para potenciar el turismo, a través de la promoción de nuestro patrimonio cultural, de nuestras costas y de la proyección internacional de nuestro territorio; esfuerzos para impulsar la industria a partir de inversiones en investigación, en áreas de desarrollo industrial, en mejoras logísticas y de comunicaciones internas; esfuerzos para convertirnos en un foco de atracción de inversiones extranjeras que han permitido desarrollar nuevas vías de desarrollo empresarial y ciudadano; esfuerzos, en definitiva, para impulsar lo que hace quince años, cuando el Partido Popular alcanzó el gobierno de esta Comunidad Autónoma, sabíamos lo mucho que la Región de Murcia y el Arco Mediterráneo Español podían aportar al conjunto de la economía española.

Y, francamente, creo que en esto coinciden los resultados del estudio conocido hoy con la apuesta política que hemos impulsado durante los últimos tres lustros para potenciar la Región de Murcia y, con ella, el Arco Mediterráneo Español, una gran “potencia”, si me permiten la expresión, dentro del conjunto de España, para el que representa hasta el 50 por ciento de la población y del PIB, el 50 por ciento del Valor Añadido Bruto de la producción agrícola, el 55 por ciento de la producción industrial de bienes de consumo y productos intermedios, casi el 60 por ciento de las exportaciones a Europa, y el 65 por ciento del tráfico portuario, excluyendo las Islas Canarias.

Factores que nos convertían entonces, y hoy más que nunca, en un área única para reforzar la posición de España como una referencia europea que continúe atrayendo a miles de ciudadanos y empresas del resto de naciones vecinas.

Porque, señoras y señores, hoy más que nunca, y en vista del contexto económico en que nos encontramos en la actualidad, son necesarias apuestas firmes y decididas por factores de gran importancia para todo aquel territorio que desee volcarse en sí mismo y en el exterior, algo indispensable para plantear un crecimiento sostenido y progresivo en el tiempo.

Apuestas, por tanto, por la especialización productiva de nuestras empresas, por la competitividad exterior y por la inversión pública y privada en infraestructuras productivas, tal y como hemos venimos haciendo durante los últimos años en esta Comunidad Autónoma y que, sin dudarlo, y recurriendo a cuantos mecanismos externos de financiación sean necesarios, continuaremos haciendo durante los próximos años, para garantizar que la Región de Murcia sea una de las primeras comunidades autónomas del país en salir de la crisis económica, impulsando asimismo el dinamismo que ha caracterizado durante los últimos años nuestro entorno más inmediato.

Un desarrollo que, lógicamente, ha venido siempre de la mano de una planificación responsable que garantice el adecuado destino de los recursos públicos y privados, algo de capital importancia en el caso de los proyectos de inversión en infraestructuras. Proyectos que suelen ser, en la mayoría de los casos, de alto coste, irreversibles, afectados por fuertes indivisibilidades y sujetos a incertidumbres de costes y demanda, factores que determinan la importancia de la evaluación económica previa a la ejecución de los proyectos.

Es decir, que se trata de proyectos que no pueden dejarse a la improvisación, puesto que precisan de una clara y precisa identificación y cuantificación de los flujos de beneficios y costes derivados del mismo, de tal forma que se disponga de toda la información posible sobre la conveniencia o no de realizar una inversión de este tipo, algo en lo que el lobby FERRMED está realizando un gran papel para valorar la importancia, la necesidad, y la oferta y la demanda de un gran corredor ferroviario que conecte todas las regiones europeas desde Estocolmo hasta Algeciras, tal y como subrayaba Joan Amorós en su intervención de esta mañana, donde recordaba los principales aspectos del estudio presentado aquí mismo, en Murcia, hace sólo unos meses.

Un estudio que abarca todas las regiones que integran el área de influencia del Gran Eje FERRMED, localizadas en Alemania, Bélgica, Dinamarca, España, Finlandia, Francia, Gran Bretaña, Italia, Luxemburgo, Países Bajos, Suecia y Suiza, y con el que se pretende optimizar el tráfico de mercancías entre los distintos modos de transporte, con un 30-35 por ciento del tráfico terrestre de larga distancia por ferrocarril, aplicando los estándares propuestos por esta asociación y mejorando la capacidad intermodal e interoperativa del ferrocarril con una visión europea, orientada a las necesidades del mercado, la industria y la logística que, a su vez, integra los intereses regionales.
Y esto es algo que también quiero subrayar hoy, porque, en ocasiones, se critica que uno defienda los intereses regionales, algo en lo que el Ejecutivo murciano cree firmemente, y que defiende a capa y espada ante quien haga falta, porque creemos en ellos, pero siempre desde la perspectiva de que éstos se pueden aunar con los de regiones vecinas.

Miren, soy murciano, pero antes que murciano, soy español. Y, por este mismo motivo, y desde hace muchos años, el Gobierno de la Región de Murcia viene defendiendo posturas solidarias que contribuyan a hacer crecer un territorio grande y unido como el nuestro en materia de infraestructuras hidráulicas, de políticas sociales, de sanidad, de educación y, por qué no, también en materia de conexiones ferroviarias.

Por eso hemos defendido siempre posturas que son buenas para la Región de Murcia, como la conexión por Alta Velocidad con Madrid, sin resignarnos a quedar relegados a un AVE de segunda como proponían desde el Gobierno central, o como la apuesta por una tercera vía de mercancías que dé continuidad al corredor ferroviario mediterráneo, no sólo porque acerque a los murcianos al resto de España y de Europa en condiciones de comodidad, agilidad y seguridad equiparables a la del resto de españoles, sino también porque creíamos que eso mismo era bueno para el resto de España, que podría aprovechar las enormes oportunidades derivadas de esta mejora de las infraestructuras ferroviarias, y del enorme potencial de la Región de Murcia.

Por eso mismo, y siempre sin caer en posturas regionalistas, porque no es lo mismo que defender lo nuestro y apoyar al resto que defender lo nuestro y olvidar al resto de españoles, ya que, como les he dicho, entendemos que una planificación de las comunicaciones en el ámbito nacional sólo tiene sentido dentro de un contexto de solidaridad interregional, por lo que hemos apoyado también la conexión con Francia para trenes de mercancías con ancho UIC desde Tarragona, y la unión desde este punto con AVE hasta Valencia con una línea exclusiva de mercancías.
Por supuesto, y como bien es sabido por todos, hemos peleado la conexión de este punto con la Región de Murcia, no sólo con la ciudad de Murcia, sino también con Cartagena y Lorca, que seguimos luchando para que se contemple en la planificación del Ministerio de Fomento, de forma que se refuercen los estos dos pilares de la economía regional que, junto con la capital regional, permitirán crear un triángulo estratégico de comunicaciones que nos ponga en disposición de ofrecer al resto de España nuestro tesón, riqueza, y esfuerzos por conseguir un mejor lugar para vivir y un mejor futuro para las nuevas generaciones.

Y, precisamente por esa vocación española y europeísta que nos mueve, y conscientes de la importancia que la potenciación del Arco Mediterráneo Español puede tener para su gran área de influencia, hemos defendido también la doble conexión con Andalucía desde Lorca hacia Granada y Almería, porque entendemos que el mundo no se acaba en nuestra Región de Murcia, sino que son necesarios esfuerzos para hacer llegar la riqueza, el bienestar y el desarrollo al mayor número de territorios posibles, en este caso a través de una nueva línea mixta de altas prestaciones entre Almería, Algeciras y Cádiz con posibilidad de tráfico de mercancías, generando así una nueva puerta de comunicación con el continente africano.

Y creo, de veras, que todos los esfuerzos realizados durante los últimos años para garantizar la llegada de la Alta Velocidad a la Región de Murcia, todo el trabajo, trabajo y más trabajo que se ha dedicado a lo que considerábamos, y seguimos considerando, un pilar esencial para nuestro futuro desarrollo, carecerían de sentido alguno si no se hubieran ejercido desde la mayor vocación europeísta y españolista que caracteriza a nuestro gobierno regional, que considera que los intereses de Tarragona, de Almería o de Copenhague son comunes a los nuestros, y por eso defendemos un proyecto conjunto, por eso apoyamos desde la Región de Murcia que este proyecto de infraestructuras tenga un papel destacado en la Presidencia Europea de España, como proyecto prioritario de la Unión Europea.

Y, mientras tanto, seguiremos trabajando día a día para apoyar cualquier iniciativa que defienda este mismo proyecto de bienestar para millones de ciudadanos, y seguiremos defendiendo y velando por los intereses de los murcianos en Madrid, en Bruselas, o donde quiera que haga falta, como hemos hecho hasta la fecha.

Y todo esto, sin condicionantes de ningún tipo, y sin más intereses que los de aquellos ciudadanos que día a día nos muestran su apoyo para ejercer una labor de gobierno coherente y solidaria que se demuestra con hechos como éste que tratamos hoy, tal y como han detallado desde una perspectiva socioeconómica de carácter interterritorial Juan Ramón Cuadrado, de la Universidad de Alcalá de Henares, y Andrés Pedreño, de la Universidad de Alicante.

Y me alegra, de veras, contrastar una política como la nuestra, que está basada en el análisis de las demandas y necesidades de los ciudadanos de la Región de Murcia, con un estudio de las características del que hemos conocido hoy, y ver que, al igual que se hace día a día en esta Comunidad Autónoma, este estudio no se ha limitado a la valoración de los efectos económicos directos de las infraestructuras o las inversiones necesarias, sino que también tiene en cuenta otros efectos adicionales o indirectos, como los beneficios medioambientales, la creación de empleo y los efectos de una nueva apuesta por el Arco Mediterráneo Español sobre el mercado laboral o los aspectos territoriales ligados al equilibrio económico entre las regiones y el impacto en los consumidores de la reducción del coste del transporte.

Porque el primer paso para someter un proyecto a evaluación es preguntarse si dicho proyecto es el más adecuado para alcanzar el objetivo que se persigue, tal y como nos proponía Alfonso Vegara desde la Fundación Metrópoli, considerando que un proyecto es un medio para alcanzar un fin determinado, pero nunca un fin en sí mismo.

Es decir, que nuestro objetivo debe ser mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y favorecer el desarrollo socioeconómico de nuestras regiones y de las comunidades vecinas. Nuestro objetivo debe ser apostar por las nuevas Zonas de Actividades Logísticas en nuestro territorio, para el bienestar ciudadano, por la interconectividad del nuevo Aeropuerto Internacional, para el bienestar de las empresas, la consolidación del Puerto de Cartagena y la futura dársena de El Gorguel, como enclaves imprescindibles en el Mediterráneo, para el bienestar futuro de los murcianos pero nunca limitarnos a construir una vía férrea, una nueva estación o ampliar un puerto.

Porque el éxito de un proyecto sólo está garantizado cuando ese trabajo que, como les digo, es el espíritu de todo aquello que hemos tratado hoy y que debe servir para ayudarnos a ser uno de los primeros territorios europeos en salir de la crisis, se destina a proyectos con un fuerte compromiso social que permitan obtener el máximo beneficio social derivado de la inversión en infraestructuras, para lo que no basta con acometer iniciativas que sean técnicamente atractivas y viables, ni siquiera con una rentabilidad social positiva, sino que una inversión en infraestructuras con fondos limitados exige elegir los mejores proyectos y, una vez aprobados, que su construcción, mantenimiento y operación se realicen en el marco de contratos diseñados para asegurar que los usuarios y contribuyentes no paguen más de lo estrictamente necesario por su disfrute.

De este modo, concluyo hoy haciendo referencia al tema abordado en último lugar esta mañana por Roberto López, Director General de Caja Mediterráneo, quien ha planteado distintas cuestiones relacionadas con la coyuntura económica actual, en la que, una vez más, el Arco Mediterráneo Español podrá, sin duda, tener un papel destacado a través del estímulo del desarrollo de infraestructuras para el transporte ferroviario de mercancías en la Unión Europea, la realización de estudios orientados a la mejora de la competitividad de nuestras empresas, la mejora de las conexiones de puertos y aeropuertos con sus respectivos ‘hinterlands’ y la mejora de los sistemas de explotación y la libre competencia en la red ferroviaria de mercancías de la Unión Europea bajo la premisa constante de un desarrollo sostenible basado en la reducción de la polución y de la emisión de gases que afectan al cambio climático, que permitirán que la Región de Murcia, acompañada del resto de comunidades autónomas de nuestro país que integran el AME lidere, una vez más, el desarrollo socioeconómico de una gran nación como es España.

Y esto, estimados amigos, será posible sólo a través de trabajo, trabajo, y más trabado, en el que la defensa de nuestros intereses, y la de nuestros conciudadanos debe ser la piedra angular que permita salir reforzados de la actual situación de crisis con mayor vigor y mejor disposición que la que nunca ha podido disfrutar este gran territorio que es la Región de Murcia.