Como cada año, al llegar las fechas navideñas exteriorizamos nuestros deseos de paz y concordia, los mejores sentimientos y las esperanzas en un nuevo año que está a punto de iniciarse.
Rememoramos costumbres y tradiciones ancestrales, heredadas de nuestros mayores y transmitidas de generación en generación para celebrar, un año más, la Navidad.
Lo hacemos, o así lo procuramos, en familia; acompañados por nuestros seres queridos y, pese a las ausencias, algunas ya irreparables, intentamos vivir estas fiestas con la mejor de las ilusiones, con el sentimiento inequívoco de solidaridad y de fraternidad que da sentido a esta celebración.
Nuestra Región se ha vestido ya de invierno. Incluso las nieves han visitado el Noroeste, poniendo un blanco broche al extraordinario año jubilar que hemos vivido en torno a la Vera Cruz de Caravaca.
En cada rincón de nuestra extraordinaria tierra percibimos escenas y paisajes que asociamos de inmediato con la Navidad.
En la costa, en el interior, en los fértiles campos de la Vega del Segura, anhelamos, además, la bendición de la lluvia que nos trae ese agua tan necesaria para nuestra misma supervivencia, y que tanto nos cuesta conseguir.
Los encuentros familiares propiciarán el poder disfrutar de la rica gastronomía murciana, del sonido de instrumentos tradicionales y de cantos como los “aguilandos” y otros villancicos. Volvemos a visitar los “belenes” que se ubican en plazas y lugares emblemáticos, manteniendo viva una costumbre tan arraigada y de tanta historia en nuestra Región.
Pero, la de este año es, con todo, una Navidad diferente para muchos.
Los murcianos vivimos con gran preocupación una crisis económica que dura ya más de la cuenta. Muchas familias se ven afectadas por la falta de empleo, y no encuentran el ánimo o la fortaleza para disfrutar de ninguna celebración.
A ellos muy especialmente quiero transmitirles un mensaje de esperanza, de confianza. No va a ser fácil remontar, ni podremos hacerlo tan rápido como quisiéramos. No es tampoco algo que los murcianos podamos hacer solos, pero quiero que sepan que cuentan con el esfuerzo decidido y con el compromiso pleno de trabajo y entrega de su gobierno.
Que estamos firmemente resueltos a seguir trabajando como hasta ahora, codo con codo con todas las organizaciones sociales para, desde el consenso permanente, recuperar cuanto antes el camino del desarrollo y la creación de empleo.
La Región de Murcia ha liderado durante años el crecimiento de las comunidades autónomas españolas, y entre todos volveremos a lograrlo.
Los murcianos somos cada vez más. A los aquí nacidos se han ido sumando otros muchos que optaron por vivir en esta tierra, y a los que recibimos con afecto y simpatía.
A todos ellos les invito a disfrutar también de las extraordinarias tradiciones navideñas que atesora la Región de Murcia. A impregnarse del espíritu de hermandad que es característico de estos días. A ser, con ello, también cada día más murcianos.
Unas costumbres que conservan con orgullo aquellos que un día marcharon lejos de esta tierra que añoran hoy más si cabe, cuando los recuerdos de su niñez los devuelven, aunque sea en su pensamiento, a los paisajes y lugares que vivieron en una Región que no les olvida, y que les transmite también sus mejores deseos para estas fechas.
A todos les animo a vivir y a disfrutar la Navidad. A recordar el origen de ésta en un humilde pesebre de Belén. A no olvidar su significado y cuanto representa de esperanza para millones de personas, como lo ha hecho a lo largo de los siglos.
Una esperanza que no es sino la suma de nuestros mejores deseos, porque unidos somos más fuertes. Porque juntos podremos convertir en realidad cuanto anhelamos en fechas tan señaladas, y hacer posible, entre todos, un año nuevo mejor que el que ya termina.
Que los buenos propósitos, la prosperidad, y todo cuanto deseamos en estos días, se cumpla en nuestras vidas en cada uno de los momentos del año que ahora comienza.
