Con la entrada en vigor del Tratado de Lisboa, el Consejo Europeo se convierte en una de las instituciones de la Unión Europea. Reúne, al menos cuatro veces al año, a los Jefes de Estado o de Gobierno de los Estados miembros e incluye, como miembro de derecho, al Presidente de la Comisión Europea.
El papel del Consejo Europeo es dotar a la Unión Europea de los impulsos necesarios para su desarrollo y definir sus orientaciones políticas generales. Aunque no ejerce ninguna función legislativa, los Tratados contemplan la posibilidad de que se pronuncie en materia penal y de seguridad social, en caso de que algún Estado se oponga a una propuesta legislativa en estos ámbitos. Todas las reuniones del Consejo Europeo se celebran en Bruselas.