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Presidente

Motor de cambio, progreso y acuerdo (9-06-2015)

Con la aprobación, el 9 de junio de 1982, de su Estatuto de Autonomía, la Región de Murcia iniciaba un nuevo periodo marcado por importantes cambios en el ámbito administrativo, competencial y territorial, sobre los que ha ido configurando su actual modelo institucional mediante la participación democrática de su ciudadanía.

Una fecha decisiva que, como cada año desde entonces, conmemoramos hoy con la celebración del Día de la Región, como festivo testimonio de lo mucho –y para bien– que ha cambiado nuestra Región desde aquel histórico momento, clave para el progreso, el bienestar y la vertebración territorial y social de un pueblo tan orgulloso de su personalidad propia y sus señas de identidad como de su pertenencia a esa España constitucional, libre y democrática que asimismo representa la mejor vía de acceso al proyecto europeo.

Desde aquel ya lejano junio de 1982, hemos disfrutado de más de tres décadas de continuos avances, y de puntuales retrocesos en momentos de zozobra y crisis, que han ido conformando una Región de Murcia más desarrollada, justa e igualitaria respecto de aquella que inició, con tanta determinación como inexperiencia, su experiencia autonómica de acuerdo a lo dispuesto en la Constitución de 1978.

Uno de los grandes valores que hizo posible la definición y posterior aprobación de nuestro Estatuto de Autonomía fue el espíritu de consenso y la generosidad que animaron en todo momento la elaboración de su articulado, anteponiendo siempre el bien común a los personalismos e intereses partidistas. La recuperación de tan encomiable apuesta por el diálogo y el acuerdo parece estar de nuevo presente en el ánimo de la sociedad murciana, a tenor de los resultados obtenidos por las diferentes fuerzas políticas regionales en las últimas elecciones municipales y autonómicas celebradas el pasado 24 de mayo, en las que las opciones tradicionalmente más votadas han cedido parte de su espacio a otras fuerzas políticas de nuevo cuño.

En ese sentido, la fecunda experiencia de 1982 debería servirnos como pauta y ejemplo a la hora de seguir construyendo esa Región de Murcia de presente y de futuro donde todos tenemos un papel que desempeñar. Contamos para ello con un excelente motor del cambio, del progreso y del acuerdo en nuestro Estatuto de Autonomía, el instrumento normativo que nos ha otorgado las capacidades legislativas necesarias para crecer y desarrollarnos de acuerdo a nuestras necesidades; capacidades que han ido acrecentándose a lo largo del tiempo mediante la asunción, de manera sucesiva, de las competencias transferidas por la Administración central.

Desde que en abril del pasado año tuve el inmenso honor de asumir la presidencia del Ejecutivo regional, expresé mi firme compromiso de hacer de la lucha contra el desempleo la prioridad de mi Gobierno. Un empeño que pasaba, necesariamente, por aumentar el ritmo de creación de puestos de trabajo, promoviendo para ello la adopción de medidas que han dado como resultado una importante reducción del número de parados en la Región este último año.

Otro de mis propósitos como presidente fue impulsar una regeneración democrática de la vida política así como una mayor cercanía de las instituciones a los ciudadanos mediante medidas de transparencia o la limitación de los mandatos de los cargos públicos. Iniciativas que creo que casan perfectamente con algunos de los fines para los que fue aprobado en 1982 nuestro Estatuto de Autonomía, como el de la participación directa de la ciudadanía a la hora de decidir cómo y por quiénes quiere ser gobernada, y en la que se fundamenta la legitimidad de nuestra gran norma autonómica.

Quienes asuman las próximas semanas el gobierno de la Región de Murcia han de seguir profundizando en estas políticas de crecimiento económico y de creación de empleo, así como en la implicación cada vez mayor de la sociedad murciana con aquellas personas e instituciones en las que ha depositado su confianza para ser gobernada.

Su objetivo no ha de ser otro que el bienestar presente y futuro de todos los murcianos, y la certeza de que se continuará trabajando en profundizar los logros propiciados gracias a nuestro Estatuto de Autonomía, como los de reducir las desigualdades interterritoriales y económicas y reforzar la cohesión de una sociedad cada vez más plural, solidaria y tolerante, seguir dotándonos con las infraestructuras fundamentales para nuestras empresas y nuestro sector turístico, garantizar a nuestros cultivos y ciudadanos ese recurso vital que es el agua, y el sostenimiento de las políticas de asistencia social y de una educación y una sanidad públicas de calidad, a pesar del injusto sistema de financiación autonómica que tanto perjudica a la Región de Murcia.

Mucho queda aún por alcanzar, pero todavía es más lo que ya hemos conseguido entre todos y que hoy celebramos en este Día de la Región con merecido orgullo.

Alberto Garre López

Presidente de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia