Inteligencia emocional e intensidad emocional en el juego motor
I
MARCO TEÓRICO
1. EL JUEGO EN LA EDUCACIÓN EMOCIONAL
• Instrumentos de evaluación de las emociones en el área de Educación Física.

Partiendo de lo anteriormente expuesto, cuando los alumnos participan en los diferentes juegos y actividades deportivas, estos generan un conjunto de reacciones emocionales (Parlebas, 2001; Lagardera, 1999). El conocimiento de la relación existente entre los distintos tipos de juegos deportivos y los distintos tipos de emociones es un tema fundamental para el diseño, la aplicación y la evaluación de programas en el campo de la actividad física y el deporte, orientados al bienestar personal y social.

Para que los docentes de EF puedan decidir qué tipo de situaciones motrices presentar a sus alumnos, deben conocer los procedimientos para que el alumno aprenda mejor y ser consciente de los criterios e instrumentos de evaluación que se van a utilizar (De Moya, Hernández, Hernández y Cózar, 2011; Iglesias, 2009). Por esta razón es importante partir de una conceptualización teórica y científica que permita crear un modelo cohesionado de intervención motriz para todos los contextos (Parlebas, 1986, 2010; Lagardera, 1999).

Para evaluar el perfil emocional del alumno, hasta ahora se han empleado diferentes tipos de instrumentos los cuales se exponen a continuación:

La mayoría de instrumentos siguen la estructura definida por el POMS y el PANAS (Terry, Lane y Fogarty, 2003). Los estudios realizados para determinar el perfil de estados de ánimo del POMS y para generar escalas derivadas del mismo (Grove y Prapavessis, 1992; Terry, Lane, Lane, y Keohane, 1999; Terry, Lane, y Fogarty, 2003) consideran seis estados de ánimo: ira, confusión, depresión, fatiga, tensión y vigor.

Estas escalas se han empleado para predecir el nivel de rendimiento en el deporte (e.g., Beedie, Terry y Lane, 2000; Morgan, Brown, Raglin, O’Connor y Ellickson, 1987). El PANAS, en cambio, considera tres estados de afecto positivo (felicidad, atención y tranquilidad) y cinco de afecto negativo (tristeza, culpabilidad, miedo, fatiga y timidez) (Lavega, March y Filella 2013:152).

Sin embargo, estos instrumentos fueron diseñados para su aplicación en otros campos diferentes al de la actividad física y deporte (Hanin, 2000). El POMS se diseñó para ser usado clínicamente, en él destacan los estados de ánimo negativos (cinco) respecto a los positivos (uno). El BRUMS fue una adaptación para la actividad física y deporte pero sigue las mismas directrices que el POMS. El PANAS se diseñó para estudiar estados afectivos en la vida diaria.

En cualquier caso, en los dos grupos de cuestionarios se identifican las emociones con los estados de ánimo (Ekman y Davidson, 1994),siendo factores totalmente distintos; la emoción, como veremos más adelante, hace referencia a un estado complejo del organismo caracterizado por una excitación o perturbación que predispone a una respuesta organizada (Bisquerra, 2003).

El único que recoge cinco subescalas de emociones es el The Emotion Questionnaire (SEQ: Jones, Lane, Bray, Uphill, y Catlin, 2005), aunque no diferencia entre los tres grupos de emociones (positivas, negativas y ambiguas) que consideran Lazarus (2000) y Bisquerra, (2000, 2003), que son los autores en los que está fundamentado parte del marco teórico de este trabajo.

Hay también instrumentos específicos para una emoción o grupo de emociones, destacando:

Sin embargo, los citados autores señalan:

Se constató que ningún instrumento diferenciaba los tres grupos de emociones: positivas, negativas y neutras establecidas por los autores de referencia (Lazarus, 1999, 2000; Bisquerra, 2000). Tampoco se observó que tuviesen en cuenta la influencia de los dominios de acción motriz (Parlebas, 2001) que, atendiendo al criterio de interacción motriz, corresponden a las categorías de psicomotor, cooperación, oposición y cooperación-oposición (Lavega, March y Filella 2013:153).

Lavega, March y Filella (2013), con el objetivo de elaborar un cuestionario que contemplara los elementos anteriormente citados, validaron el cuestionario GES, cuya finalidad es estudiar la relación entre juegos deportivos y emociones, y cuyo marco teórico se fundamenta en la revisión teórica que hemos realizado anteriormente sobre los dominios de acción motriz; y lo relaciona con la clasificación hecha por Lazarus (1991, 2000) y Bisquerra (2000), que considera tres tipos de emociones: emociones positivas (alegría, humor, amor y felicidad), emociones negativas (miedo, ansiedad, ira, tristeza, rechazo, vergüenza) y las emociones neutras o ambiguas (sorpresa, esperanza y compasión).

Según estas emociones nos beneficien o nos perjudiquen durante la participación en el juego motor, realizan una interpretación del modelo de Bisquerra (2000) del significado de cada emoción en los juegos.

Emociones positivas.

Emociones negativas.

Emociones ambiguas.

Según las condiciones pueden resultar positivas o negativas:

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