Mujeres de letras: pioneras en el arte, el ensayismo y la educación
BLOQUE 1. Ensayistas y Literatas

Giulia Falletti di Barolo y su lucha por los derechos sociales de los desfavorecidos

Yolanda Romano Martín

Universidad de Salamanca

Resumen: Juliette Colbert, conocida como Giulia Falletti, fue la última Marquesa de Barolo, una de las mujeres filántropas más poderosas que conoció el Risorgimento italiano. Una noble de origen francés, que dedicó su vida al servicio de los más pobres en la ciudad de Turín, donde residía con marido. Una mujer inteligente, bondadosa y valiente que consiguió grandes logros en favor de los desheredados. Fundó numerosas obras de carácter social en beneficio de las mujeres pero sobre todo de las jóvenes más pobres. Gracias a su iniciativa y a su extraordinario patrimonio se crearon orfanatos, hospitales, hogares para jóvenes trabajadoras, escuelas y una cárcel de mujeres.

Palabras clave: igualdad, mujer, derechos sociales, marginación, Risorgimento.

1. La caridad y el compromiso social religioso y laico en la Turín Risorgimentale

La historia del Risorgimento italiano está marcada por personajes como el batallador Giuseppe Garibaldi, las cabezas pensantes Camillo Conte di Cavour, el rey Vittorio Emanuele II y Giuseppe Mazzini como padres de la patria, además de otros secundarios como el general La Marmora, Nino Bixio, Goffredo Mameli o el mismo Papa Pio IX. Mientras cada una de estas personalidades de la política y de la estrategia militar intentaban llevar a cabo sus proyectos de fare l’Italia, los soldados combatían y muchos jóvenes idealistas morían por su patria, otros en cambio, santos y laicos, luchaban día a día para fare gli italiani. Mientras los políticos unían geográficamente el territorio de la península, estos otros trataban de mejorar la vida de los que habían pagado el precio más alto en esta operación: los pobres, los niños de la calle, los marginados, las prostitutas, los encarcelados. Muchos de ellos se empeñaron en recuperar la vida de los italianos más desfavorecidos antes de pensar en una patria única y unida. Todos ellos llevaron a cabo otro Risorgimento basándose en el Evangelio de la caridad.

La historia nos ha dejado claro que los católicos no hicieron el Risorgimento pero estos santi sociali fueron indudablemente los protagonistas de ese otro Risorgimento. Entre las figuras más sobresalientes del clero pertenecientes a la archidiócesis de Turín se encontraban nombres como: Giuseppe Benedetto Cottolengo1, Francesco Faà di Bruno2, Giuseppe Cafasso3, Giovanni Bosco4, Clemente Marchisio5, Leonardo Murialdo6, Federico Albert7, Giuseppe Alamanno8.

No podemos olvidar que junto a ellos destaca también la impresionante labor de figuras laicas como el matrimonio Barolo (protagonistas de este trabajo) o religiosas como Anna Michelotti9 que llevaron a cabo innumerables obras de caridad y de asistencia a los marginados:

Era la stagione dei cosiddetti ‘santi sociali’, per usare un’espressione inadeguata e riduttiva, perché non dà ragione della complessità spirituale di queste figure, ma che conserva una praticità d’uso, richiamando immediatamente un aspetto peculiare, anche se non il solo, del loro carisma. (Dordoni 2011: 265)

En este trabajo trataremos de descubrir y rememorar la ingente labor que realizó Giulia Falletti di Barolo en la Turín Risorgimentale para mejorar la vida de las personas más marginadas de aquella nueva sociedad que estaba experimentando cambios radicales. Una mujer bella, culta, rica, inteligente y sensible vivió para ayudar a los olvidados y que formó sin duda parte esencial de los que hicieron el Risorgimento.

1.1. La labor invisible de las mujeres en el Risorgimento

No solo la marquesa de Barolo escribió la historia de la unidad Italia, otras muchas como ella y desde diferentes perspectivas apoyaron y favorecieron la construcción del estado nacional italiano aunque no tuvieran por entonces los mismos derechos que sus compañeros. Su papel siempre ha sido considerado subordinado al del hombre pero a pesar de su casi nula visibilidad, fueron muchas las que se comprometieron con la causa y trabajaron para conquistar la promoción y la educación de la mujer.

De manera injusta la historia del Risorgimento se ha contado siempre en masculino, olvidando el importante papel que las mujeres tuvieron en el tortuoso y complicado camino de la unificación italiana. La historia y los historiadores han llevado a cabo una especie de omertà que no ha hecho justicia a la labor silenciosa e invisible pero a su vez encomiable de muchas mujeres italianas que fueron un soporte importante para el éxito de la unidad Italiana. Hoy en día 155 años después de aquel trabajoso logro comprobamos que se han multiplicado los estudios sobre las mujeres que fueron parte activa de aquel proceso (aunque la mayor parte de ellas quedaran para siempre en el anonimato). Gracias a estas investigaciones se han podido rescatar las figuras de mujeres irrepetibles e únicas: heroínas, patriotas, guerreras, filántropas, artistas, intelectuales, benefactoras, que actuaron desde diversos frentes. A pesar de que las condiciones de la mujer por entonces estaban muy lejos de ser paritarias, tuvieron el valor y el arrojo de participar activamente en la construcción de una identidad nacional. Esposas, amantes o compañeras fieles como Anita Garibaldi; guerreras que no dudaron en tomar las armas, como Colomba Antonietti o Luisa Battistotti Sassi, intelectuales, escritoras y periodistas como Costanza D’Azeglio, Eleonora Fonseca Pimentel, Jessie White Mario, Giulia Molino Colombini, Enrichetta Caracciolo, Giuditta Bellerio Sidoli, Rosa Testi Rangoni, o la revolucionaria intelectual por excelencia Cristina Trivulzio di Belgioioso. Otras nobles aristócratas en Milán, Turín o G como Teresa Berra Kramer, Nina Giustiniani, Clara Maffei, Olimpia Rossi Savio, Caroline Marsh o Costanza Trotti Arconati, abrieron sus salones a literatos e intelectuales, a patriotas y artistas contribuyendo de manera sustancial a la creación de un humus fértil para la difusión de los fervores unitarios10.

En algunos casos no dudaron en sacrificar su felicidad con un matrimonio de Estado como Clotilde di Savoia o utilizaron su fascinante belleza al servicio de la causa italiana como la contessa di Castiglione.

Otras como Giulia di Barolo más filántropas que patriotas contribuyen a mejorar las penosas condiciones de los más humildes, se dedican asistir a los necesitados y a los menores y abren escuelas y residencias para tratar de darles una formación y un futuro mejor.

En el fondo todas ellas, con actuaciones diferentes, estaban luchando por un bien común que era mejorar las condiciones de vida de las mujeres y rescatarlas del anonimato. Eran plenamente conscientes de su situación de desigualdad y de la necesidad de formación, dado que la ignorancia cultural se traducía inevitablemente en falta de libertad.

No obstante aún tendrán que pasar muchos años para que las mujeres logren los mismos derechos fundamentales que los hombres.

¿Cuál era la condición de la mujer en los años en los que se construía la Unidad Italiana?

Con el Código Napoleónico de 1804 adoptado en toda Europa se refuerza la idea de una potestad paterna y marital que relega a la mujer a un rol subalterno. La mujer queda encerrada entre las paredes domésticas, no puede hacer donaciones, hipotecas, comprar sin el consenso de su marido.

Esta total dependencia del marido se mantendrá en el Código Pisanelli desde 1865 uno de los primeros actos jurídicos de la Italia unida. La mujer italiana durante los siguientes 50 años seguirá siendo una silenciosa figura en la familia ideal del nuevo estado burgués. La autorización marital será abolida en 1919. Las mujeres no gozaban de derechos políticos por lo que eran totalmente ajenas al mundo de del poder político lo que resulta paradójico dado que muchas de estas patriotas desde sus elegantes salones de Milán o Turín manejaban los entresijos de la política.

La condición socioeconómica de las mujeres a finales del XIX era de gran disparidad. El trabajo femenino no se reconocía como tal. Las mujeres que trabajaban en el campo no eran reconocidas como trabajadoras a menos que fueran propietarias. El sueldo de las mujeres era la mitad del sueldo de los hombres. Esto provocaba la hostilidad de los trabajadores porque podían quitarles su trabajo. La mujer no tenía derecho al sufragio y todas las propuestas de ley que se presentaron al respecto en este periodo fueron rechazadas.

Por lo que respecta a la formación, hasta 1874 no le fue permitido a la mujer realizar estudios universitarios. Aunque existiendo la ley eran rechazadas en la mayor parte de las universidades. En 1900 había 250 mujeres matriculadas en la universidad, 287 en los institutos, 267 en las escuelas de magisterio superior, 1178 en los Ginnasi y 10 mil en las escuelas profesionales y comerciales.

Hasta 1919 no se abolió la autorización marital concediéndole por fin a la mujer el derecho a la emancipación jurídica. Ese mismo año se logra finalmente aprobar la ley que permitiría a la mujer votar.

Esta era la degradante situación en la que vivían las mujeres en pleno Risorgimento italiano y a pesar de ellos muchas fueron parte fundamental en la gestación de Italia como nación unida. En este clima de desigualdad Giulia di Barolo llevó a cabo su ingente y desinteresada obra caritativa a favor principalmente de las jóvenes desheredadas.

2. Giulia Colbert: una francesa en la corte piamontesa

Juliette Colbert nace en el Castillo de Maulévriere en el departamento francés de Vandea, el 27 de junio de 178511. Era hija del Marqués Edouard Victurnien-Charles-René Colbert y de la C, descendiente de J. B. Colbert ministro de las finanzas de Luis XIV, el rey sol. Carlo Trancredi nace el 26 de octubre de 1782 en Turín de Ottavio Alessandro y de Apolina d’Oncieu que residían en su magnífico palacio en la calle delle Orfane. Mientras la infancia de Carlo trascurre serena y feliz, la de su futura esposa sufre el horror de la Revolución francesa. Su madre la condesa Anne-Marie de Quengo de Crenolle murió según algunos biógrafos el 14 de julio de 1789, el coincidiendo con la toma de la Bastilla cuando Juliette tenía solo 4 años. Esta dolorosa pérdida será recordada por Juliette en su libro de memorias Memorie, appunti e pensieri escrito en 1887.

Durante la Revolución francesa el castillo en el que residía la familia en Vandea12 se encontraba en una zona de insurrectos y debido a su parentesco con la corte francesa sufrió la pérdida de familiares directos en la guillotina y el saqueo de su residencia. Estos acontecimientos marcan su vida y no podrá olvidar la tierra que la vio nacer de la que hereda la fortaleza, la tenacidad y la resistencia. Todas las posesiones de la familia son confiscadas y se ven obligados a huir de Francia para poner a salvo sus vidas. Durante algunos años peregrinan por Holanda y Alemania y solo con la llegada de Napoleón Juliette regresa a Francia cuando tenía 18 años y es nombrada dama de corte por Josefina Beauharnais, la esposa del emperador. La familia recupera su castillo de Maulévrier, que había sido incendiado y destruido, e inicia su reconstrucción que dura algunos años proporcionando trabajo y comida a la gente más humilde de la zona. En estos años por voluntad de su padre, quien tiene una influencia determinante en la forja de su carácter y sensibilidad, recibe una educación marcada por el sentimiento religioso con la que consigue una cultura superior a la de las mujeres de su época y de su rango. Se formó en diversas disciplinas: las lenguas y las literaturas, francesa, inglesa, italiana, alemana y latina, la historia, la geografía y la filosofía. Por herencia familiar se sentía monárquica y legitimista debido también a los sucesos que vivió durante la Revolución Francesa.

Mientras tanto Carlo Tancredi que tenía 18 años, es nombrado por Napoleón Bonaparte guardia de honor imperial. En 1802 Napoleón Bonaparte concede la amnistía a todos los nobles que habían emigrado. De esta manera la familia Colbert regresa a Francia, y la joven Juliette se convierte en dama de corte por deseo del propio Napoleón. Y es allí donde en 1804 se encuentra por primera vez con Carlo Tancredi Falletti, el último descendiente de una de las familias más ricas del Piamonte. Según algunos biógrafos es el Emperador quién concierta el matrimonio entre los dos jóvenes con la ayuda del príncipe Camillo Borghese. Este tipo de estrategias matrimoniales muy comunes en la diplomacia de Bonaparte tenían por objetivo lograr el consenso de las familias más poderosas. Debido a que por entonces el Piamonte estaba unido al Estado francés no tienen ningún problema burocrático. En nuestro caso la unión que el Emperador propone tendrá unos resultados excepcionales. En realidad los dos jóvenes tienen ocasión de encontrarse con asiduidad en los salones aristocráticos y en la Corte Imperial y descubren en seguida importantes afinidades que les unen: una gran cultura, una sensibilidad por los problemas sociales y una firme fe religiosa. Sin embargo, sus personalidades eran opuestas pero ciertamente se complementaban. Ella era impulsiva, obstinada, explosiva, él en cambio era reflexivo, equilibrado y tranquilo.

En París el 18 de agosto de 1807 tiene lugar el matrimonio con el marqués de Barolo, 4 años mayor que ella. Juliette se convierte así en Giulia y con su marido vivirá una existencia feliz y brillante rica de compromisos políticos y actos sociales. Durante su estancia en la capital francesa se relacionan con personajes del mundo de la política y de la cultura, que van a influenciar posteriormente su labor filantrópica. Entre los personajes que ayudan a formar esta conciencia social están el Abad Dupanloup, fundador de la sociedad de San Vincent, la marquesa de Pastoret, promotora de las escuelas infantiles, o el Abad Legris-Duval, comprometido con la recuperación de las jóvenes descarriadas. Muchas de estas iniciativas fueron llevadas a cabo con posterioridad por el matrimonio Barolo en la ciudad de Turín quien se traslada definitivamente a la capital del Piamonte tras la batalla de Leipzig (también llamada la batalla de las naciones) en 1813, que significaba la derrota más dolorosa del imperio napoleónico y consiguiente regreso de Vittorio Emanuele I de la monarquía sabauda a la capital piamontesa.

Ya en Turín Giulia comienza a conocer su nueva patria estudiando su historia, las costumbres e incluso su dialecto que le sirve para poder contactar con la gente más humilde. Se convierte en seguida en una turinesa más despertando la simpatía y la estimada de sus conciudadanos por su sencillez, sus acciones caritativas y su conversación brillantes fruto de su esmerada cultura. Precisamente en los salones de Palazzo Barolo se concentraban gran parte de la aristocracia piamontesa, los hermanos Cavour, los marqueses de Saluzzo, Cesare Balbo, Constanza D’Azeglio, Provana di Collegno, los Condes de Seyssel, así como la intelectualidad de la época entre los que se encontraban literatos de la fama de A. Lamartine, filósofos como Rosmini, prelados como el cardenal Lambruschini o los nuncios pontificios Gizzi, Roberti y Antonucci, los embajadores de Francia, Inglaterra, Austria o España. Lograba congregar a las personalidades más importantes de la ciudad en el ámbito de la política, de la economía y de la cultura y a pesar de las tendencias políticamente conservadoras de los dueños de la casa, estaba abierto a todo tipo de voces e ideas. El salotto de los marqueses se mantuvo vivo hasta la muerte de Tancredi puesto que después su esposa dedicaría su vida con fervor incansable y de forma exclusiva a las obras iniciadas con su marido para las que contó con la colaboración de pocos fieles amigos y de Silvio Pellico.

El matrimonio no tuvo la fortuna de concebir hijos naturales pero su vida la dedica a ocuparse de los más pobres y desfavorecidos como si fueran hijos propios. Giulia de acuerdo con su marido, planifica su existencia comprometiéndose firmemente en ayudar a los demás:

Spendendo le proprie energie di tempo, denaro, salute si prodigarono in diversi ambiti, da quello sociale a quello educativo, da quello politico a quello culturale in un’epoca, quella Risorgimentale, in cui l’Italia viveva intesi e repentini rivolgimenti politici e vedeva affermarsi il graduale sviluppo dell’industrializzazione, con tutti i drammatici problemi di emarginazione che ne seguirono, soprattutto nei miserabili quartieri degli agglomerati urbani: accattonaggio, delinquenza, alcolismo, bambini e giovani facili preda del vizio, poveri anziani e ammalati abbandonati a se stessi. (Casalegno 2006: 210)

Mientras tanto viajan por toda Italia y Europa principalmente a Bélgica, Francia, Holanda y Alemania, admiran la belleza de los paisajes y las obras artísticas, pero a la vez están atentos a los problemas de su tiempo visitando así las cárceles, las instituciones sociales y educativas para conocer de primera mano las necesidades de los más pobres y marginados.

Como subrayábamos con anterioridad en este periodo la capital piamontesa vive la primera fase de industrialización lo que significa la llegada de numerosos inmigrantes desde el campo en busca de trabajo. Desgraciadamente no todos encuentran fortuna, muchos de ellos quedan relegados a la miseria, la delincuencia y la muerte. Esta época estuvo marcada por el analfabetismo y el desempleo, la miseria y la carestía, agravada por las epidemias.

Este fuerte compromiso social que une al matrimonio lleva a Tancredi a entrar en el mundo de la política a la que se dedica durante 22 años en diferentes cargos. Entre 1825 y 1927 fue alcalde de Turín, además de Consejero de Estado y secretario del Consejo General para la Instrucción pública. El marqués demostró ser un gran administrador que cambió y renovó la ciudad.

Durante su mandato como alcalde abre con su dinero la primera escuela infantil en un ala del Palacio Barolo en 1825. Estas escuelas en 1840 eran descritas así:

Erano destinate a custodire, nutrire in parte ed educare i bambini dei poveri dall’età d’anni due ai sei. Queste scuole tendono allo scopo d’isolare i bambini della plebe dalla corruzione cui sarebbero esposti, d’istruirli e tutelarli sino all’età in cui si può far presagio di tutta la condotta avvenire e di dare l’esempio e l’occasione di una migliore educazione alle madre di famiglia. (Bertolotti 1840: 190)

Ese mismo año distribuye 600 raciones de leña para que los más pobres pudieran soportar el duro invierno. En 1827 crea la primera Caja de Ahorros para los pequeños ahorradores: comerciantes, artesanos y empleados. Promueve también grandes obras urbanas para hacer de Turín una ciudad más funcional: construye jardines, fuentes con agua potable, mejora el alumbrado público. Financia con 300.000 liras el nuevo Cementerio General de la ciudad con la única condición de reservar un sitio para su propia sepultura.

Promueve e crea instituciones educativas como la Scuola Borgo Dora y las Oblate di Santa Maria Maddalena13, le Dame del Sacro Cuore para la educación de las jóvenes nobles y burguesas. Pero sin duda una de las iniciativas más importantes del matrimonio Barolo fue la creación en 1834 de la Congregación de las Religiosas de Santa Ana de la Providencia14, un Instituto religioso fundado con el objetivo de que sus miembros fueran expresión viva de la misericordia y la Providencia de Dios y de la esperanza, en modo particular para con los niños y los pobres.

En Palazzo Barolo durante el día se acogía a los más necesitados y se repartía comida para doscientos pobres, sin embargo, de noche se convertía en un salón donde se reunía lo más florido de la ciudad. Una vida mundana pero a la vez volcada con los necesitados, altruista y generosa como cuando en 1835 llega una epidemia de cólera a la ciudad y la pareja no duda en poner en riesgo su propia salud arriesgándose al contagio en su asistencia a los enfermos. El marqués organiza medidas de prevención y crea hospitales de campaña para poder socorrer a los enfermos. Una vez superada y librada la ciudad de la epidemia el marqués como agradecimiento manda construir una columna votiva en la plaza de la Consolata donde se encuentra el Santuario en el que los ciudadanos buscaron consuelo espiritual. Esta columna de 15 metros de altura es uno de los símbolos de la religiosidad de los turineses.

Por la atención y dedicación desinteresada que realizan en este triste periodo reciben la medalla de oro de la ciudad pero esto debilita la salud de Tancredi. Los médicos le recomiendan viajar al Tirol para descansar pero durante el viaje el marqués cae enfermo y muere en una humilde posada de Chiavari en la provincia de Brescia el 4 de septiembre de 1838. En su testamento deja constancia del nombramiento como heredera universal de todo su patrimonio a su esposa Giulia:

Nomino erede universale la marchesa Giulietta Francesca Falletti di Barolo nata Colbert, mia dilettissima consorte, e ciò in pegno del profondo affetto che io ho sempre nutrito per lei, e della mia alta stima ed ammirazione per le sue virù, volendo così porla in grado in grado di proseguire l’esercizio a maggior gloria di nostra santa religione, a beneficio dei miei concittadini ed a suffragio dell’anima mia... Penso con somma soddisfazione che ella farà certamente delle mie sostanze quel buon uso che è da lungo tempo scopo dei nostri comuni e incessanti desideri”. (Siccardi 2014: 312)15

A partir de este momento Giulia emprenderá su misión sola y vivirá muchos años más haciendo el bien al prójimo, continuando y engrandeciendo el legado espiritual y material de su marido.

3. El proyecto educativo de la Marquesa de Barolo

Su proyecto educativo se basaba en tres ejes fundamentales: la instrucción, el trabajo remunerado y la educación en la fe. En diversas biografías se describe el acontecimiento que significó un punto de inflexión en su vida que le llevó a volcarse en ayudar a las mujeres encarceladas. Como recoge Bertolo en su obra, este hecho tuvo lugar en 1816 en una procesión organizada por la parroquia de Sant’Agostino, a la que Marquesa había acudido para llevar la comunión a los enfermos del barrio. Mientras se encontraba arrodillada al paso del Viático, escuchó desde las celdas de la prisión del Senado la voz en grito de una persona que pedía comida. Como recoge Silvio Pellico, la marquesa no dudó en entrar en la celda para ofrecerles su limosna quedando impactada por las condiciones de los encarcelados y descubrió que:

Il prigioniero non era affamato, ma empio; altri stavano chiusi nella stessa buia e fetida carcere, vi si rideva e cantava con urla più di animali feroci che d’umane creature. Tuttavia l’avvicinarsi di lei li colpì e si frenarono con una specie di rispetto. Ricevettero in silenzio l’elemosina da lei presentata e non l’importunarono per avere di più. (Pellico 1864: p.7)

Giulia insiste en subir al primer piso para ver en qué situación se encontraban las mujeres encarceladas y así se le revela la trágica realidad de las prisiones de principios del Ottocento. Se encontró con presas mal vestidas, en celdas sin luz encerradas como animales. Tras este revelador encuentro se inscribe en 1815 en la Confraternita della Misericordia una asociación que se dedicaba a ayudar a las presas aunque solo distribuían comida en las cárceles y consuelo religioso. En 1818 recibe el permiso del Senado para entrar en contacto directo con las mujeres encarceladas. Así comienza su actividad filantrópica: un proyecto de recuperación social de las detenidas en el que trabajará de modo ininterrumpido hasta 1848. Elabora poco a poco un plan de actuación que irá configurando en estrecho contacto con las presas. Se acerca a ellas a través de la conversación y la práctica cristiana de la caridad para intentar en un segundo paso reorganizar la vida en la cárcel. Les enseña a leer y a escribir y les proporciona ropa y mantas limpias, introduce el canto coral como actividad lúdica consiguiendo así sacarlas de la alienante inactividad que suponía el mayor factor de degradación moral y material y que llevaba a las reclusas al alcoholismo. Su trabajo enseguida se difunde entre los miembros de la casa real y las detenidas de las otras dos cárceles de Turín solicitan su ayuda.

No dudó en requerir fondos a la Reina María Teresa y a la princesa de Carignano para su labor. En los viajes que realiza con su marido por Europa visita los diferentes sistemas penitenciarios y se documenta sobre el tema en Francia e Inglaterra (Elizabeth Fry estaba realizando un proyecto parecido en la cárcel de Londres) que le ayudan a elaborar sus planes de reforma.

En su proyecto de recuperación de las presas pretende que se eliminen las celdas subterráneas, la separación de los sexos, la posibilidad de formación educativa, la oportunidad de trabajar, todo ello con la finalidad de que tras el periodo de detención las personas puedan reinsertarse en la sociedad. Un proyecto esencialmente formativo y educativo pero fundamentado en la fe religiosa.

Es el nuevo rey Carlo Felice quien le concede el traslado de las presas de la cárcel del Senato, Correzionale y Torri a un único edificio llamado Forzate, amplio, cómodo y soleado. Giulia es nombrada por el rey Sovraintendente del carcere con lo que podía continuar su labor educativa y reformista. Sustituye al personal de guardia por las monjas de San Giuseppe (posteriormente con las monjas de Sant’Anna). Cuenta con la colaboración en la gestión de la cárcel con la condesa de Seyssel mientras que la condesa de Villamarina se encarga de la alfabetización de las detenidas.

Pero su labor no se frena ahí, puesto que continúa creando instituciones para mejorar la vida de las mujeres. Muy preocupada por el problema acuciante de las madres solteras, que eran una verdadera plaga social, se inspira en la experiencia realizada en París por el abad Legris-Duval (fundador del Instituto Bon Pasteur) amigo del matrimonio Barolo. De modo que tomando como ejemplo el modelo francés crea en 1822 el proyecto de construcción del Rifugio en un edificio que compra al estado en el borgo Dora (un barrio degradado de la ciudad) destinado a las mujeres arrepentidas que a través de la oración y el trabajo pretenden incorporarse a la sociedad, al que sigue en 1832 un Rifugino para jóvenes menores de 15 años.

Al igual que los santos sociales más solidarios ya mencionados anteriormente don Bosco, don Cafasso, Cottolengo o Murialdo, Giulia trabaja incansablemente para dar voz a los que no la tienen que viven en las zonas más degradadas y miserables de la ciudad como el borgo Vanchiglia, en un periodo de profundas contradicciones y de grandes cambios.

Un papel importante en la trayectoria de Giulia debemos atribuírselo al escritor Silvio Pellico quien mantuvo una estrecha relación con el matrimonio hasta su fallecimiento. Recordemos que el escritor tras 10 años en la terrible prisión de Spielberg regresa a Italia y escribe Le mie prigioni en 1832 que obtiene un éxito inmediato. En su libro describía las inhumanas condiciones que soportó en la cárcel que conmovió profundamente a la marquesa cuando su editor le proporcionó una copia. Los marqueses no dudan en invitarlo a palacio para conocerlo personalmente donde nace una relación de amistad. La marquesa le ofrece un pensión anual para que Pellico rechace una oferta de trabajo bien remunerado que le había llegado de París. Desde 1834, año en que acepta encantado la propuesta, permanecerá vinculado a los Barolo. Pellico tiene la ocasión de comprobar de primera mano la labor de la marquesa en una de sus visitas a la prisión de Forzate. Tras el periodo de encarcelamiento la mayor parte de las ex detenidas solicitaban a Giulia entrar en el Rifugio que les servía para educarse y mejorar día a día. Este lugar compuesto de tres edificios no tenía barreras y estaba dirigido por 15 mojas de San Giuseppe.

En 1832 Giulia crea junto al Rifugio el Istituto di Santa Maria Maddalena que nace incialmente como asilo para mujeres arrepentidas que querían abrazar la confesión religiosa y consagrarse como religiosas que son llamadas Hermanas Penitentes de Santa María Maddalena (llamadas Le Maddalenine), con el beneplácito del arzobispo de Turín monseñor L. Fransoni y del propio rey Carlo Alberto.

Como ya hemos citado anteriormente fundan también las primeras escuelas infantiles siguiendo el modelo francés de Pastoret16, donde inicialmente las maestras impartían unas enseñanzas laicas para después confiar el cometido a las religiosas de la Providencia.

En 1834 el matrimonio funda la Congregación de las Suore de Sant’Anna instituido para educar a las jóvenes de clase media de la zona de la Consolata. En 1837 funda en la Diócesis de PInerolo dos escuelas católicas: la Scuola Barolo17 de Altessano en Venaria y el Istituto Sant’Anna18 en Moncalieri (actualmente gestionado por la Congregación de las religiosas de Sant’Anna).

Un año después la ciudad vive momentos dramáticos con la llegada de la epidemia del cólera y como hemos mencionado con anterioridad el matrimonio se volcó día y noche, para ayudar a los enfermos. Estos esfuerzos y dedicación ingente de ambos, minó su salud pero fue Tancredi quien sufrió las consecuencias más graves muriendo en 1838. Este fatal e inesperado acontecimiento causó un enorme dolor a su todavía joven esposa. Giulia se hundió y se da cuenta de no ser más que una mujer sola que ha perdido su gran apoyo:

Con la scomparsa di Tancredi, Giulia si avvide di essere quanto mai una donna debole e disarmata como ogni altra. Tutta la sua grande forza d’animo si era dissolta in un attimo. Poté poi trovare conforto nell’amicizia con Pellico, nella sua missione di riformatrice e in un’accentuarsi dei suoi sentimenti religiosi (Spinosa 1994: 22-23).

En 1845 crea el Ospedaletto di Santa Filomena para el cuidado de niñas discapacitadas pobres. Este centro estaba habilitado para 60 niñas de entre 3 y 12 años pero que podían prolongar hasta los 18 años, quienes recibían los cuidados médicos necesarios por parte de las religiosas de San Giuseppe así como instrucción académicas y profesional. El primer director espiritual del centro fue Giovanni Bosco quien consigue que la marquesa le ceda dos habitaciones para reunir a sus primeros jóvenes y comenzar su catequesis.

Aquí podemos abrir un breve paréntesis sobre la relación que Giulia mantuvo con Giovanni Bosco. El joven sacerdote fundador de la congregación salesiana (de gran arraigo en la ciudad de Turín) estaba por entonces en los inicios de su apostolado con los muchachos necesitados. A pesar de que fuera una de las primeras que apoyaron su labor, tuvo un desencuentro con el salesiano puesto que la marquesa pretendía que dejara el trabajo con los chicos del Oratorio y se dedicara por entero a las niñas de Refugio puesto que veía debilitada su salud. Esto supuso un distanciamiento en sus relaciones aunque siempre mantuvieron una gran armonía entre ambos, puesto que eran conscientes de que se complementaban en su labor de recuperación de los más humildes y necesitados.

Giulia ayudó mucho al sacerdote salesiano a desarrollar un sistema educativo basado en la caridad, la tolerancia y la paciencia y le demostró siempre una gran estima, refiriéndose a él como el mejor.

En 1847 funda otra importante institución: el internado de las familias obreras que daba alojamiento e instrucción profesional a jóvenes entre los 14 y los 18 años. La marquesa promociona varios de estos centros a los que llamaba Familie bajo el gobierno de una Madre que recibía una pensión anual, mientras las muchachas aprendían un oficio.

De esta manera si recapitulamos la obra de la marquesa de Barolo, desde que en 1823 comprara al estado un amplio terreno en la zona comprendida entre via Cigna y via Cottolengo a 1854 en que concluye su proyecto consigue construir una verdadera ciudad de acogida, lo que hoy se conoce como Distretto Sociale Barolo que ha estado activo de manera ininterrumpida casi 200 años.

Con la promulgación del Estatuto Albertino en 1848 se produjeron grandes cambios políticos que supusieron una creciente laicización del Estado y de la sociedad. Este sentimiento antirreligioso naciente le pasó factura porque su enfrentamiento con el poder le llevó a ganarse la fama de reaccionaria. En los últimos años de su vida su obra y sus instituciones fueron perseguidas por los anticlericales de manera injusta. Tras la expulsión de los jesuitas del Piamonte, en 1949 su Palacio es registrado por la Guardia Nacional por acoger al hermano de Silvio el jesuita padre Pellico. A pesar de que sus instituciones estuvieran bajo sospecha y ella misma sufriera amenazas de muerte e insultos nunca pensó en abandonar su ciudad como le recomendaban sus amigos.

La muerte de su colaborador Silvio Pellico el 31 de enero de 1854 le supuso el último gran golpe que quebró su fortaleza. Ella mismo redactó el epígrafe de su tumba: Sotto il peso della croce/imparò la via del cielo e l’insegnò. Cristiani, pregate per lui e seguitelo.

Giulia Falletti di Barolo muere el 19 de enero de 1864 y en su funeral estuvo acompañada por una multitud formada por los pobres, los marginados que ayudó en su vida en los que se incluían los vagabundos de don Bosco.

La última gran iniciativa de la marquesa di Barolo que dejó escrita en su testamento19 fue la creación de la Opera Pía Barolo en 1864 que hoy día continúa la labor de formación y caridad de la filántropa turinesa.

La labor benéfica de los marqueses de Barolo no ha sido olvidada ni por sus conciudadanos turineses ni por la Iglesia puesto que desde el 13 de enero de 1995 está abierta la causa para su santificación. En el año 2015 el Papa Bergoglio en su última visita a Turín declaró a Giulia di Barolo Venerable.

4. El legado de Giulia di Barolo en la ciudad de Turín: la Opera Barolo

Como hemos ya anticipado la Opera Barolo es lo que Giulia Barolo20 dejó como legado a la ciudad de Turín para que gestionara todo lo construido por el matrimonio y se continuara su labor de caridad. Su objetivo era el de promocionar el desarrollo humano y para ello funda esta Opera Pia como un verdadero sistema al servicio del bien común, que promovieran la inclusión social: desde la asistencia, a la instrucción, a la formación profesional.

Hoy en día este organismo mantiene vivo el mensaje de los marqueses de Barolo a través del desarrollo de su proyecto más grandioso el Distrito Social comenzado en 1829. En esta inmensa estructura se sigue ayudando a las mujeres con dificultades, a los jóvenes, a los detenidos, a los emigrantes y a los marginados. En su interior encontramos 14 organismos diferentes entre asociaciones, cooperativas, organizaciones sin ánimo de lucro, congregaciones religiosas e instituciones educativas que responden a las necesidades de cientos de personas cada año.

El tipo de ayuda que ofrece el Distretto Sociale ha ido cambiando en función de las transformaciones de la sociedad (emigración, maltrato, discapacitados, enfermos, dependencias patológicas etc). Aquí presentamos un plano con cada una de las asociaciones que alberga el Distretto Sociale.

La última iniciativa de la Opera Barolo ha sido la ampliación de sus servicios del Distretto Sociale con una nueva estructura. Ha trasformado el antiguo Rifugio en un ambicioso proyecto denominado el Housing Sociale Giulia21 que se ha inaugurado en 2015, en el que se han invertido 4 millones de euros lo que ha supuesto por primera vez en su historia que la fundación benéfica se adeude. Este complejo está formado por 48 residencias temporales que puede acoger a estudiantes, a trabajadores o a turistas.

No olvidemos no obstante que el histórico Palazzo Barolo de Turín sigue siendo el centro neurálgico de la Opera Barolo donde nació todo. El palacio acoge además de un importante archivo histórico22, el MUSLI- Museo della Scuola e del Libro per l’infanzia de la Fondazione Tancredi di Barolo, el estudio del compositor Ezio Bosso y la sala de ensayos de la Orchestra Internazionale per ragazzi Pequeñas Huellas. En las Case Unite, edificio adyacente al Palacio se encuentra la sede de la Fondazione Torino Musei.

Conclusiones

La intención de este trabajo ha sido la de rescatar una figura injustamente olvidada de un periodo histórico crucial para la historia de Italia que vivió y luchó en favor de los marginados. Noble, mundada, extremadamente bella, culta, testaruda e incansable mujer que demostró que su condición femenina no fue un impedimento para lograr la reinsercción de las personas marginadas y con dificultades. Entendió que debía hacerlo ofreciéndoles la oportunidad de educarse y formarse para tener una profesión. No cejó nunca en su empeño y superó todas las barreras que la época le imponía. Si la historia de Italia se forjó intelectual y políticamente en la capital del Piamonte, la marquesa de Barolo, madre de los pobres, quien sustendándose en su firme fe religiosa llevó a cabo su propio Risorgimento, el de la conciencia en medio de la discriminación, la miseria y el odio23.

Bibliografía

BAROLO, Giulia (1887): Memorie, appunti e pensieri. Torino: Editori Giulio speirani e figli. (traduzione di Giovanni Lanza)

BERTOLO, Bruna (2011): Donne del Risorgimento. Torino: Ananke.

BERTOLOTTI, Davide (1840): Descrizione di Torino. Torino: Pomba Editore.

CASALEGNO, Carla (2006): Storie d’amore che hanno vinto il tempo. Cantalupa – Torino: Effatà Editrice, 210.

DORDONI, Annarosa (2011): “Alle radici della `santità sociale´ piemontese dell’Ottocento: l’eredità di Sebastiano Valfrè”. Annuali di scienze religiose, N.S. 4, 261-285.

PELLICO, Silvio (1864): La marchesa Giulia Falletti di Barolo nata Colbert. Memorie. Torino: Marietti.

SICCARDI, Cristina (1998): Giulia dei poveri e dei Re. La straordinaria vita della marchesa di Barolo. Torino: Il Punto Piemonte in Bancarella.

— (2014): Matrimonio, quel vincolo chiamato libertà. L’unione di fede, speranza e carità di tancredi Falletti di Barolo e Juliette Colbert. Lindau: La Fontana di Siloe.

SPINOSA, Antonio (1994): Italiane. Il lato segreto del Risorgimento, Milano: Oscar Mondadori.

Sitografía

Periodico di animazione missionaria degli amici del Sant’Anna : www.suoredisantanna.org


1 Fue el fundador de la Piccola Casa della Divina Provvidenza, centro de acogida para personas con discapacidad mental y/o física. Fue proclamado santo en 1934 por el Papa Pío XI.

2 Este militar, físico, astrónomo y matemático, músico y compositor fue fundador de varias instituciones educativas y sociales y, también, sacerdote católico y fundador de la Congregazione delle Suore Minime di Nostra Signora del Suffragio, nombrado beato por la Iglesia Católica.

3 Conocido como il prete della Forca este sacerdote (confesor de Giovanni Bosco) capellán de la cárcel de Turín administraba la comunión a los condenados a muerte. Fue canonizado por el Papa Pío XII el 22 de junio de 1947.

4 Sacerdote, educador y escritor, fundador de la congregación salesiana la Asociación de María Auxiliadora (ADMA), la Asociación de Salesianos Cooperadores, el Boletín Salesiano, el Oratorio Salesiano y el Instituto de las Hijas de María Auxiliadora. Es una de las congregaciones más importantes del mundo presente en 130 países. El 1 de abril de 1934 fue proclamado santo por Pío XI.

5 Fue un presbítero italiano fundador de la congregación de las Hijas de San Giuseppe de Rivalba. Fue proclamado beato en 1984 por el Papa Juan Pablo II.

6 Fundó en 1873, la Pía Sociedad de San José de Turín, más conocida mundialmente como Josefinos de Murialdo (Congregación de San José), destinada a la educación de los niños y jóvenes.

7 Fue un presbítero, que, siendo párroco, fundó en 1876 la Congregación de Hermanas de San Vicente de Paúl de la Inmaculada Concepción, destinada a la redención de las gentes caídas en la miseria.

8 Fue un sacerdote católico italiano, fundador de los Misioneros de la Consolata y de las Hermanas Misioneras de la Consolata, proclamado beato por el papa Juan Pablo II en 1990.

9 Fundadora de la Congregación de las Siervas del Sagrado Corazón de Jesús para los Enfermos pobres, fue proclamada beata por el Papa Pablo VI.

10 A veces eran simpatizantes de las ideas Mazzinianas, a cercanas a la Carbonería, o a la Masonería.

11 Si bien según Cristina Siccardi indica que la fecha real que aparece en su partida de bautismo es el 16 de junio de 1786.

12 Recordemos que entre 1793 y 1796 en Vandea, tierra natal de Juliette, tuvo lugar una verdadera guerra civil (Guerra de la Vendée es la denominación historiográfica) entre los partidarios de la Revolución Francesa y los contrarrevolucionarios

13 Hoy son las Figlie di Gesú Buon Pastore.

14 Esta Congregación fue ratificada por el Vaticano el 8 de marzo de 1846. Hoy día sigue presente en Italia y en todos los continentes extendiéndose así la labor de caridad de los marqueses. Para más información sobre las actuaciones de la Congregación se puede visitar el sitio de la casa madre en Turín: http://www.suoredisantanna.org/

15 Precisamente la Congregación que fundaran los marqueses en el Periodico di animazione missionaria degli amici del Sant’Anna publicado en su página web a 175 años de su Fundación realizan un profundo análisis desde la perspectiva cristiana de los testamentos de ambos. Puede consultarse el artículo completo en www.suoredisantanna.org/Resource/NuovaLuce36.pdf .

16 En 1826 un comité de damas nobles y acomodadas, presidido por la marquesa de Pastoret, crea una escuela infantil a cargo de religiosas.

17 En la actualidad esta escuela de educación primaria está gestionada por la Opera Pía Barolo y cuenta con 240 estudiantes.

18 Este Centro Educativo tiene 250 estudiantes entre escuela primaria, secundaria y bachillerato.

19 En su testamento, compuesto por 95 artículos, dejó especificado los criterios para fundar la Opera Barolo (organización, normativa, dirección, fines etc.). Para aumentar el capital de la Opera Barola la marquesa indicó que tras su fallecimiento fueran vendidos todos sus objetos personales (joyas, plata, obras de arte etc.).

20 En 1994 se inaugura el Museo Giulia di Barolo que se encuentra en el Istituto Santa Maria Maddalena en la calle Cottolengo nº22. Es la casa madre de las Hijas de Jesús el Buen Pastor. En el museo podemos encontrar objetos, imágenes, recuerdos, fotografías, manuscritos que ilustran la vida de tan excelsa mujer. Recorriendo cada una de las salas del museo recordamos los acontecimientos más sobresalientes de un periodo esencial para la historia de Italia y de la ciudad de Turín.

21 Se puede encontrar más información en su página web: http://www.housinggiulia.it/

22 Es uno de los principales archivos históricos privados por antigüedad e importancia puesto que reúnen documentos de las familias Falletti, Provana y otras muchas, que conforman la historia de Turín.

23 Los marqueses de Barolo fueron los iniciadores del vino de Barolo que se producía en las laderas de su Castillo en Barolo en la zona de las Langas. El considerado rey de los vinos italianos le debe hoy su inmensa fama a la marquesa de Barolo quien hizo una gran promoción en el Palacio Real consiguiendo que el rey Carlo Alberto se convierta un gran aficionado a este caldo. La marquesa tenía mucho interés en darle prestigio y futuro a sus viñas y por ello pide consejo a el enólogo francés Oudar y empieza a vinificar a la francesa. El Palazzo Barolo residencia de verano de los marqueses que se encuentra en Barolo, hoy día es el museo del vino WIMU.