Recordaba con mucho cariño cuando lo eligieron para una película en la que tenía que actuar con un tipo de ropa que él no había tenido nunca, y que pudo aceptar aquel trabajo gracias a los amigos. Uno le prestó la chaqueta, otro, que trabajaba en una zapatería, le dio los zapatos para que los pagara poco a poco, y otro le regaló la pajarita.
Su hermano Damián era un ejemplo para él, y hasta le copió la caligrafía. De su tío Luis Buñuel decía que era uno de los hombres más sabios que había conocido. Y estos dos y su padre fueron importantísimos en la vida de Paco Rabal.
Otra persona muy influyente para él fue su tío Paco. Como se dice cariñosamente en Águilas, el “chaché Paco”, al que copió muchas palabras que después las utilizó en sus películas. Hasta qué punto fue un personaje clave en la vida del actor, que cuando fue a recoger el “Laurel de Murcia”, uno de los primeros premios importantes que le dieron, Paco lo presentó diciendo que “en Águilas sigue ejerciendo el noble oficio de cabrero”.
Durante más de cincuenta años de trabajo como actor podemos encontrarlo en papeles de minero, pescador, torero, cura, maestro de escuela, bandido, guardia civil…
Interpretó a César, al pintor Francisco de Goya, a Cristóbal Colón; al bandolero de Sierra Morena, José María “el Tempranillo”, o al guerrillero cubano Che Guevara. Y a diversos personajes en las vidas de Cervantes, del Alcalde de Zalamea, de Simón Bolívar o del Lazarillo de Tormes.
En otros países empezaron a hacer buenas películas cuando recuperaron la democracia. Pero en España no ocurrió lo mismo. Y al no haber un tipo de papeles apropiados para él, decidió aceptar las muchas ofertas extranjeras, sobre todo de Italia, país donde en más películas trabajó después de España.