Piano Complementario I. Material auxiliar · Parte 1: Escalas y Armonía • Gustavo Moreno Muñoz · Francisco Cánovas Muñoz · Gregorio Benítez Suárez
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Estudio
de las escalas

1.1. La escala de DO Mayor

Una vez tengas bien asimilada la localización de las notas y te hayas familiarizado con el número que se le asigna a cada dedo, puedes empezar a trabajar la escala de Do Mayor. Para ello, abordaremos el trabajo individualizado de cada mano. Puedes comenzar indiferentemente por la derecha o la izquierda. En este libro empezaremos por la derecha.

Ahora que estás iniciándote en el estudio de escalas, es conveniente prestar atención a la posición de los dedos sobre el teclado. Aunque hay una inmensa variedad de maneras de atacar la nota dependiendo de la posición que adopte el dedo, es recomendable que la posición de tu mano sea similar a la de la imagen a continuación, donde los dedos 2, 3, 4 y 5 están ligeramente encorvados formando —aproximadamente— un ángulo de 90º respecto a la tecla.

Piano complementario. Parte I.

Una vez comprendida esta posición básica para tocar el piano, puedes intentar hacer la escala de Do Mayor con una mano. Si lo haces, notaras cómo —en un momento determinado— te quedas sin más dedos para tocar. Por eso, es muy importante que te acostumbres a pasar el pulgar por debajo de la palma de la mano, como puedes ver en el siguiente dibujo.

Piano complementario. Parte I.

Es importante que asimiles este gesto con el pulgar, pues es el dedo el que se mueve por debajo de la mano, evitando cualquier movimiento innecesario de la mano al realizar este cruzamiento de dedos.

Trabaja el paso del pulgar en este fragmento en el cual el paso del 3 al 1 está indicado con una flecha roja:

Piano complementario. Parte I.

Repítelo varias veces hasta que te habitúes a él. Cuando te hayas acostumbrado puedes observar que, una vez hayas colocado el 1 sobre el Fa, tienes los cuatro dedos restantes para terminar la escala de Do Mayor:

Piano complementario. Parte I.

Repite ahora la escala con la mano izquierda. Al tener una disposición distinta de dedos en esta mano tienes que observar el paso del 1 al 3 como se muestra en el ejemplo:

Piano complementario. Parte I.

Una vez afianzado el movimiento del pulgar para el posicionamiento del 3 sobre la nota La, puedes concluir la escala ascendentemente:

Piano complementario. Parte I.

Practícala, al igual que hiciste con la mano derecha, hasta tener afianzado el juego de dedos que interviene en la realización de la escala de Do Mayor con la mano izquierda.

Cuando te sientas seguro de haber asimilado la distribución de los dedos en ambas manos, procederemos a juntarlas. Para ello estudiaremos un pequeño fragmento con ambas manos simultáneamente como puedes ver a continuación:

Piano complementario. Parte I.

Como puedes observar, el recuadro en azul muestra el momento en el que en ambas manos coincide el dedo 3. Toma este momento como referencia para acordarte de que debes pasar el pulgar por debajo en la mano derecha.

Continúa ensamblando las dos manos, en este caso hasta la nota La, donde la mano izquierda realiza el paso del 3 por encima del pulgar:

Piano complementario. Parte I.

Cuando tengas bien asegurado este último fragmento, el resto de la escala estará prácticamente realizada, al tener todos los dedos posicionados para su finalización:

Piano complementario. Parte I.

Practica hasta asimilar bien el movimiento de los dedos en la escala de Do Mayor ascendente, pues este patrón de dedos se repetirá en otras escalas que veremos más adelante.

Para trabajar la escala de Do Mayor de manera descendente seguiremos el mismo procedimiento con el que hemos aprendido la escala ascendente. Así, comenzaremos con la mano derecha sola:

Piano complementario. Parte I.

Observa que la digitación que empleas es la misma que la que utilizabas en la mano izquierda para hacer la escala de Do Mayor ascendente, con el paso del 1 al 3. Cuando hayas interiorizado el paso de dedos ya estarás listo para concluir la escala:

Piano complementario. Parte I.

De la misma forma, nos centramos en la escala descendente con la mano izquierda. Aquí es muy importante que te des cuenta de que hay que pasar el pulgar después de tocar el La, como puede apreciar:

Piano complementario. Parte I.

Asegurar este paso del pulgar es muy importante para concluir la escala, pues una vez colocado el 1 sobre la nota Sol la mano estará perfectamente situada para terminar la escala:

Piano complementario. Parte I.

Practica tanto como sea necesario para acostumbrarte a realizar esta escala de manera descendente con ambas manos separadas. Este es, al igual que ocurría anteriormente, el paso previo que precede al ensamblaje de las dos manos.

Una vez te sientas seguro con los dedos a emplear, procederemos a unir ambas manos, siguiendo la misma estrategia de trabajar fragmentos en el que se encuentre el paso del pulgar. Por este motivo, comenzaremos por unir ambas manos realizando las siguientes notas:

Piano complementario. Parte I.

Como ves, volvemos a utilizar un recuadro para reforzar –visualmente– el momento en el que debes pasar el pulgar, en este caso en la mano izquierda. Continúa practicando el fragmento hasta acostumbrarte al paso del pulgar en el recuadro indicado. Cuando te sientas listo para proseguir, trabaja la continuación del fragmento hasta la nota Mi, donde la mano derecha realiza el cruce entre los dedos 1 y 3:

Piano complementario. Parte I.

Una vez listo este fragmento la mano estará preparada para finalizar la escala descendente de Do Mayor:

Piano complementario. Parte I.

Es conveniente que practiques ambas manos juntas, tanto ascendente como descendentemente, a fin de afianzar la digitación empleada. Recuerda, como se citó antes, que este diseño de dedos nos servirá para trabajar otras escalas que veremos a continuación.

Por último, aquí puedes ver el esquema básico de la escala de Do Mayor ascendente y descendente a dos manos:

Piano complementario. Parte I.

Si has seguido los pasos indicados, llegará un momento en el que los dedos se sientan tan seguros que no tendrás que pensar en el dedo que viene a continuación. A esto se le suele denominar «memoria muscular», aunque en un sentido riguroso no es una memoria que se encuentre en los músculos.

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