Apuntes a la historia de la Escuela Superior de Arte Dramático de Murcia

Margarita Muñoz Zielinski

Académica de las Artes Escénicas de España

En 1917 el periódico El Liberal de Murcia, que defendía ideas regionalistas, tenía como director desde 1911 a Pedro Jara Carrillo, escritor, periodista y poeta englobado en la Generación del 14, considerada como de ".hombres de rigurosa formación intelectual, europeístas, abiertos al "modernismo" literario o artístico."6. Hombre polifacético, su círculo de amistades estaba compuesto por los artistas de Murcia de la época. Junto a poesía y novela, como Las Caracolas cuya versión para zarzuela con música del maestro Nicolás no llegó a representarse, también tuvo intentos en obras de teatro además de ser autor de letras de más de veinte partituras compuestas entre 1903, año en que estrena en el Teatro Romea la zarzuela Rosa de nieve7 en colaboración con José María Dotres y música de Muñoz Pedrera, y posteriormente en 1927, con creaciones entre otras como el Himno a la Virgen de la Fuensanta Patrona de Murcia o Himno a Murcia con música del maestro Emilio Ramírez. Esta afición por el mundo escénico le llevaría a ser parte fundamenta en la historia de la creación del Conservatorio de Música y Declamación de Murcia.

Nacido en Alcantarilla en 1876, su vida estuvo marcada por una creatividad continua desarrollando sus dotes de poeta a través de los estudios de Magisterio. Por otra parte, la estrecha relación que mantuvo con intelectuales y músicos de la cultura murciana junto a una enorme sensibilidad artística hizo de él una de las personas más entusiastas a la hora de emprender todo tipo de iniciativas de proyectos que consideraba mejorables de la vida murciana. Junto a él, su mejor y más íntimo amigo Enrique Martí compartiría todos los eventos con los que la Murcia de su época se divertía, como los bailes del Círculo de Bellas Artes o los certámenes de Juegos Florales en los que además obtenía numerosos premios. Compuso pequeñas colaboraciones en forma de coplas para las fiestas del Casino, centro de la vida social distinguida de una ciudad de provincias de principios de siglo y su presencia amena era habitual en las actividades que el Círculo de Bellas Artes organizaba anualmente en época de carnaval. En los bailes, a las damas asistentes se les obsequiaba con abanicos decorados por pintores del momento como Luis Garay y con pequeños versos como estos con los que adornaría en 1922 el mismo Jara Carrillo:

¿Sabes que le tengo rabia a tu pañolón de flecos?

No he visto en mi vida seda

Que se pegue más al cuerpo8.

Por lo tanto, nos encontramos con una persona cuya creatividad artística le llevaría a defender la idea de que en Murcia hubiera un Conservatorio de Música y Declamación. Su implicación sería totalmente entregada, no solamente ostentando el cargo de secretario de la Junta desde junio de 1917 y del Centro a partir del 8 de octubre de 1918 pero también con una amplia dedicación a la docencia como profesor de Declamación hasta la fecha de su muerte ocurrida en Murcia en 1927.

Dada la posición que ocupaba en El Liberal, inició en 1917 una campaña en la prensa. No fue difícil encontrar el apoyo popular en la propuesta de lograr para Murcia un centro oficial de enseñanza musical, al igual que ya existía el de Madrid de Música y Declamación o el de Valencia. Con la publicación de una serie de artículos y cartas supo despertar el interés público hacia un futuro Conservatorio murciano, implicando en sus peticiones a personalidades del mundo de la cultura y de la política como D. Isidoro de la Cierva, excelente valedor de sus intereses. El 23 de mayo de 1917 en el periódico El Liberal, un artículo titulado "Murcia vergel de artistas" entre otras cosas menciona junto a la música, a los actores:

"En Murcia hace falta un Conservatorio lo mismo que lo tienen otras provincias, hace falta un centro del que salgan todos los músicos que deban salir, los cantantes que son dotados de facultades naturales, todos los actores que sean capaces de triunfar en el escenario escénico. se comete un grave pecado con no tener ya establecido un Conservatorio. ¿No es cierto, señor de la Cierva?"9.

Para la firma de este artículo, Jara Carrillo utilizó el seudónimo Plácido Rojer de Larra, popularizado en su etapa de incorporación en 1899 al diario El Correo de Levante según Manuel Llanos de los Reyes-García en Pedro Jara Carrillo el escritor y su obra.

El 25 de mayo de 1917 El Liberal de Murcia publica la contestación de D. Isidoro de la Cierva, tal y como dice: "Al aludirme y honrarme en su Glosario del Tiempo." en la que expone largamente su opinión sobre el tema del que dice ser defensor siempre y cuando se cultivara la afición a la música y el canto que creara semillero de futuros alumnos10. Este apoyo vino justificado porque en Murcia Isidoro de La Cierva presidía la Institución de los Exploradores y entre las actividades se daban clases de Solfeo al igual que se enseñaba música en las Escuelas Normales, siendo de la opinión de que en las nuevas Escuelas Graduadas que se iban a inaugurar en breve, debían incorporarse estas enseñanzas.

El sábado 26 de mayo, en la portada de El Liberal de Murcia, Pedro Jara Carrillo escribe: "El Conservatorio murciano".

No podíamos esperar otra cosa del insigne murciano don Isidoro de la Cierva. Si no hubiéramos tenido un concepto exacto y justo de su murcianismo y de su nobilísima hidalguía. No lo hubiéramos aludido en nuestro "Glosario del tiempo".

El Liberal de Murcia continuó publicando cartas de apoyo como las firmadas por Narciso Díaz Escovar, poeta malagueño y Delegado Regio de enseñanza, que además ofrecía información del funcionamiento en esta ciudad del Conservatorio o artículos como el de José Calvo alabando la iniciativa y afirmando que ya se había ocupado de la necesidad de que en Murcia hubiera una educación artística que estimulara la afición a la música opinando que: "No sobran elementos, nos falta protección.". Propone como local el pabellón de Escuelas Graduadas junto al Teatro Romea ".puesto que la música constituye una rama importante del Magisterio oficial"11.

Reuniones preliminares

Las gestiones para la puesta en marcha del Conservatorio de Música y Declamación de Murcia se plantearon en reuniones celebradas a lo largo del periodo comprendido entre junio de 1917 y enero de 1919, año en que tuvo lugar su inauguración oficial. Las actas escritas y firmadas día a día son un testimonio histórico que nos permite hacer el seguimiento de las propuestas y cómo se fueron desarrollando los hechos.

El 24 de junio de 1917, a propuesta de Jara Carrillo, tuvo lugar la primera reunión en el salón de actos del Circulo de Bellas Artes de Murcia. Con el objetivo de poner en marcha el Conservatorio de Música12 asistieron: D. Isidoro de la Cierva, D. José María Hilla, D. Emilio Díez de Revenga, D. Vicente Llovera, D. Remigio García Gil, D. Ángel Larroca, D. Antonio Puig, D. Emilio Ramírez, D. Pedro Muñoz Pedrera, D. Manuel Benavente, D. Mariano Rizo, D. Roberto Cortés, D. Mariano Alarcón, D. Adolfo Gascón, D. Antonio Puche, D. José Antonio Canales, D. Ángel Guirao, D. Nicolás Ortega, D. Gregorio Sánchez, D. José Cardona y D. Pedro Jara Carrillo. La sesión se abrió con el requerimiento por parte de D. Isidoro de la Cierva para que explicara el motivo de la misma. Así Jara Carrillo dijo: "En El Liberal me he ocupado de este asunto en la forma que todos conocéis y este pensamiento se lo brindo al Sr. De la Cierva, por ser el camino más corto para llegar a toda obra murciana"13.

Se formó una comisión gestora compuesta por D. Antonio Puig, D. Emilio Ramírez, D. Pedro Muñoz Pedrera y D. Mariano Sanz. Se estudiaron diversos reglamentos de distintos centros de esta índole, siendo el de Valencia el que consideraron más adecuado al proyecto que se proponía en esta reunión. El proyecto comprendía tres puntos esenciales: la organización técnica, la económica y el tercero que podía llamarse político. El primero de ellos, la organización técnica, lo había estudiado y formado la comisión gestora; el segundo, económico, comprendía el presupuesto que iba a ser necesario en cuanto a gastos e ingresos, y el aspecto político, la comisión lo dejaba en manos de De la Cierva para que lo expusiera.

El Sr. Puig como encargado de la parte administrativa propuso el nombramiento de una Junta administrativa, que saldría elegida por aclamación, cuyo objeto sería regir la marcha y funcionamiento del Conservatorio. Dicha Junta quedó formada por: D. Isidoro de la Cierva, Presidente. D. Emilio Díez de Revenga, Vicepresidente. D. José María Hilla, Tesorero. D. Pedro Jara Carrillo, Secretario. Se añadieron como vocales: D. Ceferino Pérez Marín, D. Vicente Llovera, D. Remigio García Gil, y D. José Clemares.

Una de las preocupaciones era que el Conservatorio tuviera carácter oficial, pudiendo incorporarse al de Madrid, y una vez conseguido esto pedir subvención al Ayuntamiento y a la Diputación para el asunto económico. Como referencia sobre este punto y de entre los contactos llevados a cabo, desde la ciudad de Málaga se había recibido información acerca del funcionamiento de la Real Academia de Declamación que venía funcionando desde hacía treinta y un años. Los presupuestos de esta institución, 125 a 200 pesetas lo cubrían con donativos de los protectores junto a una pequeña subvención municipal, y los profesores no cobraban nada. Cuando se lograba algún sobrante de lo recibido por matrículas se distribuía entre los profesores de Declamación, al considerar que estos trabajaban mucho. Esta información la reciben en Murcia en una carta que Narciso Díaz de Escovar dirigió a Pedro Jara Carrillo en Mayo de 1917. La manera de cubrir los gastos de honorarios de profesores era habitual ya que desde las últimas décadas del siglo XIX, las Corporaciones provinciales y municipales patrocinaban y sostenían económicamente Conservatorios y Escuelas de Música que impartían enseñanzas elementales de Música14.

El punto económico fue el que más preocupó entre otros a D. Adolfo Gascón, quien se mostraba pesimista en este aspecto. La situación económica del momento no era la adecuada para intentar obtener presupuestos con cargo a la administración. La Universidad de Murcia15, de cercana creación, 1915, ya contaba con una lámina16 de 24.000 ptas. Pese a todos los problemas que se discutieron en esta reunión, D. Isidoro de la Cierva daría muestra de su plena confianza en la posibilidad de la creación de un Conservatorio para Murcia, defendiendo el mismo derecho que podía tener Valencia. La protección del Ayuntamiento y de la Diputación se daba como asegurada adivinando una prosperidad al margen de los presupuestos municipales y provinciales.

En representación del entonces Alcalde de Murcia, Sr. D. Tomás Palazón, asistió D. Remigio García Gil, quien, en su nombre, ofreció tanto su entusiasmo a la idea como la cantidad económica que el Sr. Puig estimara conveniente solicitar. D. Vicente Llovera indicaría los nombres de una posible Junta, siendo de entre estos D. Emilio Díez de Revenga uno de los que más optimistas se mostrarían y, plenamente confiado en D. Isidoro de la Cierva, daría el asunto por hecho. La primera de las actas de las reuniones preliminares a la fundación del Conservatorio está firmada por D. Isidoro de la Cierva y Pedro Jara Carrillo, y rubricada con un sello en el que figura Conservatorio Provincial de Música y Declamación. Murcia. Aunque tenemos referencias de la creación posterior de este sello, en su momento se utilizaría para sellar estas primeras actas. El 12 de julio de 1917 El Liberal de Murcia da cuenta de las noticias sobre la aprobación del Conservatorio de Valencia. El 8 de agosto de 1917 tendría lugar una segunda reunión, que al igual que la anterior se celebró en el Círculo de Bellas Artes. Los asistentes fueron menos numerosos, integrantes de la Junta organizadora, De la Cierva, Díez de Revenga, Llovera, Pérez Marín, Puig, Gil Gracia, Sanz, Muñoz Pedrera, Puche, Hilla, y de nuevo Jara Carrillo.

"Fue pródigo, el segundo semestre de 1917, con nuestra capital. Pródigo y generoso, pues, aunque la concesión oficial de un Conservatorio no llegó en dicho año, se creó éste con antelación, como previa exigencia a la citada concesión. El 8 de agosto, con calores exagerados, se reunieron las más destacadas personalidades de la vida cultural de la ciudad en el Circulo de Bellas Artes, que por cierto va a renacer en buena hora"17.

En esta reunión aparecieron más claros los objetivos y las gestiones ya realizadas. Isidoro de la Cierva había mantenido una reunión con el director de Bellas Artes, Sr. Nieva, para la realización del Conservatorio. Los reglamentos por los que habría de regirse el nuevo Conservatorio los había redactado el Sr. Diez de Revenga, y los estatutos se aprobaron después con algunas modificaciones.

Respecto al presupuesto de gastos, se redactaría una instancia dirigida a la Corporación Municipal y la Provincial (Ayuntamiento y Diputación) solicitando la cantidad que exigía el decreto por el que se regía la creación de estos centros. Este Decreto de 16 de junio de 1905 del Ministerio de Instrucción Pública, en su Artículo 3º referido a las condiciones requeridas para alcanzar la validez académica de Estudios en Conservatorios provinciales y municipales, decía que en los presupuestos provinciales o municipales se asignara una retribución para el profesorado y no fuera ésta inferior a 2.000 pesetas como dotación de un Profesor numerario y a 1.000 pesetas como dotación del Auxiliar.

Otro de los problemas que se plantearon en este momento fue el local en el que poder impartir las enseñanzas correspondientes. De momento se solicitaría mediante una instancia para la Corporación Municipal la concesión del mismo. Isidoro de la Cierva había dado ya un adelanto en una carta fechada el 25 de mayo de 1917, y publicada en El Liberal de Murcia:

"Opino que en las magníficas Escuelas Graduadas, para cuya inauguración solo falta que en Madrid señalen el día, y este es cierto y próximo, deben establecerse juntamente con bibliotecas y trabajos manuales, las enseñanzas de Solfeo y piano. Hay salones suficientes para todo ello, y los cultísimos directores que se han propuesto para dichas Escuelas, podrán establecerlo y contar con la ayuda que necesiten"18.

La idea de ubicar las enseñanzas de Música en unas Escuelas Graduadas da un claro indicio de la justificación a la hora de instalar el Conservatorio de Murcia en las de Santo Domingo de Murcia. Será D. José Calvo, periodista del semanario gráfico Renovación de Murcia a partir de 1919, quien en una de las cartas publicadas igualmente en El Liberal de Murcia del viernes 1 de junio de 1917, proponga firmemente: ".el pabellón de las Escuelas Graduadas junto al Teatro Romea, puesto que la música constituye una rama importante del Magisterio Oficial"19.

En esta reunión se nombró el primer claustro de profesores, tal y como demandaba la ley como requisito previo para alcanzar validez académica de los estudios de los Centros que solicitaran incorporase al Conservatorio de Madrid20. El Reglamento aprobado por el Real Decreto de 25 de agosto de 1917 estaba referido exclusivamente al Real Conservatorio de Madrid. Señalaba dos tipos de enseñanzas, oficial y libre, las incompatibilidades entre asignaturas, los Órganos de Gobierno del Centro, distintos cuerpos de profesores etc. La reglamentación de 1917, referida íntegramente al Conservatorio de Madrid, asignaba entre sus cometidos vigilar el régimen y funcionamiento de los Conservatorios y Escuelas de Música españolas donde el Estado reconociera validez oficial a los estudios21.

En el claustro de profesores desde el principio se contó con la Declamación y como profesor se designó a D. Pedro Jara Carrillo. Solfeo: D. Ángel Larroca, maestro de capilla de la Catedral y autor entre otras, de varias composiciones, de un Miserere, y D. Pedro Muñoz Pedrera, autor de varias marchas militares, entre ellas Hacia el sol. Piano: D. Antonio Puig y Beatriz Martínez Arroyo. Violín y Viola: D. Antonio Puche y D. Mariano Sanz. Armonía: D. Emilio Ramírez, autor entre muchas piezas del Himno a Murcia y de Cuadros murcianos. Canto: D. Manuel Massotti Escuder. Historia de la Música y formas musicales: D. Enrique Martí, poeta, el mejor amigo de Jara Carrillo, con estudios de Derecho y piano, que dedicó su vida a la música y a la literatura. Sus conciertos en el Café Padrón, de Murcia, le consagrarían como excelente pianista además de autor de cuentos y colaborador de Diarios y revistas de la época. Entre sus publicaciones, Ternuras errantes (1906), y Las lágrimas de Clara (1913)22.

D. Emilio Díez de Revenga, como director mientras no se constituyera el claustro total de profesores para ratificar la elección, redactó las instancias dirigidas a las Corporaciones oficiales para solicitar del Ministro la Real Orden de creación del Conservatorio con intención era de comenzar las clases en el siguiente mes de octubre. Se fueron llevando a cabo gestiones y surgiendo dificultades de carácter burocrático. El 28 de enero de 1918 el Ministro de Instrucción y Bellas Artes dispuso en una Real Orden que se diera traslado a la Junta Organizadora del Conservatorio del dictamen emitido por el Real Conservatorio de Música y Declamación de Madrid, dejando en suspenso toda resolución definitiva, al haber surgido un problema en el curso de la solicitud al Ministerio de Instrucción Pública ya que determinados profesores de los propuestos no tenían el título de aptitud que el Artículo 2º del Real Decreto de 16 de Junio de 1905 determinaba que todo el profesorado encargado de las enseñanzas de Solfeo y las elementales de Piano y Violín, así como los numerarios como sus auxiliares respectivos, tuvieran aprobados en el Conservatorio de Música y Declamación de Madrid todos los estudios de la especialidad, o hubieran demostrado su capacidad en oposición especial o por los premios obtenidos en los concursos en el Conservatorio Nacional o en otros de autoridad universalmente reconocida. Los programas de enseñanza se habían de ajustar a los oficiales del Conservatorio de Madrid, y la petición de validez académica tenía que limitarse a la de los estudios elementales. Entonces se solicitaron en una nueva petición al Ministro de Instrucción Pública limitándose a los de Solfeo, Piano y Violín en su enseñanza elemental. Los demás estudios podrían cursarse sin validez académica, pero poniendo al Profesorado que desempeñaría las Cátedras en condiciones de aptitud legal que el Decreto establecía. El cuadro de profesores varió de la forma siguiente: Solfeo: D. Ángel Larroca, D. Emilio Ramírez Valiente, y D. Manuel Massotti Escuder. Piano: D. Antonio Puig Ruiz-Funes, Dª. Beatriz Martínez Arroyo y D. Pedro Muñoz Pedrera. Violín: D. José María Franco Bordons. Armonía: D. Emilio Ramírez Valiente. Canto: D. Manuel Massotti Escuder. Declamación: D. Pedro Jara Carrillo. Historia de la Música y formas musicales: D. Enrique Martí Ruiz-Funes.

Tanto D. Manuel Massotti Escuder y D. Emilio Díez de Revenga aunque ostentaban el desempeño de dos cátedras, solamente percibirían el sueldo correspondiente a una: dos mil pesetas. Los sueldos restantes quedaron establecidos de la siguiente forma: Tres profesores de Solfeo: a 2.000 ptas. Total: 6.000 ptas. Un profesor de Violín: a 2.000 ptas. Un profesor de Armonía (plaza acumulada a la de Solfeo) Un profesor de Canto (plaza acumulada a la de Solfeo). Un profesor de Declamación: 2.000 ptas. Un profesor de Historia de la Música y formas musicales: 2.000 ptas. Otro Profesor de Violín y Viola si fuera necesario o para dos profesores auxiliares: 2.000 ptas. Total: 20.000 ptas. Otros gastos serían los del empleados subalternos, material e imprevistos, calculándose unas 9.000ptas.

Por fin, y resueltas todas las dificultades, la Orden del 26 de septiembre de 1918 incorporó el Conservatorio de Murcia al de Madrid, a cuyo reglamento se ajustaría el Orgánico del centro murciano en marzo de 1919, concediendo a los estudios elementales validez académica. El periódico El Tiempo de Murcia en su edición del jueves 10 de octubre de 1918, en portada, da cuenta de dicha Real Orden:

"EL CONSERVATORIO:

LA REAL ORDEN

La parte dispositiva de la R. O. Concediendo el Conservatorio dice así:

"S. M. El rey (Q. D. G) ha tenido a bien resolver:

1º Se concede validez académica a los estudios de Solfeo y a los elementales de Piano y Violín que se cursen en el Conservatorio de Música y Declamación, declarando incorporado dicho centro de enseñanza al Real Conservatorio de Madrid.

2º Se hace constar expresamente a todos los efectos que en derecho procedan que la concesión otorgada se considera reglada por el Real Decreto de 16 de Junio de 1905 y por lo mismo según textualmente (sic) dispone el artículo 3º de dicha soberana disposición con independencia de la Administración general del Estado y sin que puedan en lo futuro invocarse derechos adquiridos respecto del mismo, sin perjuicio del cual las corporaciones locales de Murcia y en todo caso el presidente del Patronato solicitando cuidarán de comunicar a este ministerio toda variación en el personal docente para su conformidad y para que puedan quedar subsistentes la incorporación y validez académica de aquel centro.

3º El Conservatorio de Murcia se denominará en lo sucesivo "Conservatorio Provincial de Música y Declamación de Murcia".

4º Cuantas comunicaciones relativas a lo establecido en el artículo 3º del citado real decreto haya de elevar al Ministerio el referido Conservatorio, serán cursadas por conducto del de Madrid, cuyo director lo hará al ministro de Instrucción pública y Bellas Artes, previo informe.

5º El director del Conservatorio de Murcia remitirá al fin de cada año al director del de Madrid una Memoria sobre el estado de la enseñanza, medios para mejorarla, resultados obtenidos y cuanto pueda tener relación con el régimen y administración de aquel centro.

6º La provisión de Cátedras numerarias que saquen en lo sucesivo y las de nueva creación en el Conservatorio de Murcia, se hará por oposición y del Tribunal, que se compondrá de cinco jueces, nombrados por este Ministerio, formarán parte dos profesores del Real Conservatorio de Madrid.

De Real orden comunicada por el excelentísimo señor ministro de Instrucción pública y Bellas Artes, lo digo a V. S. Para su conocimiento y demás efectos, etc. etc.

El Director general, M. Benlliure.

Excelentísimo señor don Isidoro de la Cierva y Peñafiel, presidente de la Junta organizadora del Conservatorio de Murcia".

El acto de inauguración oficial del Conservatorio Provincial de Música y Declamación de Murcia, en enero de 1919, quedó refrendado en un acto académico, presidido por Mariano Benlliure, entonces director general de Bellas Artes, testimonio histórico del éxito alcanzado del trabajo llevado a cabo desde el inicio de la campaña comenzada dos años antes. Los estudios superiores que se solicitarían al Gobierno en junio de 1924, se concederían en 1926, y en 1931, Decreto de 11 de Septiembre, se decidiría su calificación de Centro Oficial del Estado terminando así su dependencia de corporaciones, situación en la que había comenzado su andadura.

Inauguración oficial del Conservatorio Provincial de Música y Declamación de Murcia

La sesión de claustro presidida por D. Emilio Díez de Revenga, tuvo lugar el 8 de octubre de 1918, asistiendo a la misma los señores de la Cierva (D. Isidoro), Clemares, Massotti Escuder, Muñoz Pedrera, Hilla, Puig, Ramírez, y Jara Carrillo en la que se dio lectura a la Real Orden de 26 de Septiembre en virtud de la cual se incorporaba este Conservatorio de Murcia al Real Conservatorio de Madrid. Se tomó la determinación de abrir la matrícula el 20 de octubre, instalándose la Secretaría en Las Escuelas Graduadas de Santo Domingo, que ya habían sido inauguradas, así como las clases, en el primer piso, haciendo unos recibos provisionales para las inscripciones de matrículas.

Pedro Jara Carrillo, quien había estado desempeñando las funciones de Secretario de la Junta Organizadora, fue nombrado Secretario del Claustro. Como Vicesecretario se encontraba D. Emilio Ramírez, y depositario D. José María Hilla, que ocupaba el cargo de vocal de la Junta. Como oficiales de Secretaría, con un sueldo de 75 pesetas mensuales se nombró a D. Ramón Blanco Rojo y D. Pedro José Jiménez Puertas. Durante el plazo de matrícula se publicó una circular para informar de las condiciones de solicitud, y como referencia de los cursos y de las enseñanzas que se podían cursar, contemplándose la posibilidad de optar por la enseñanza libre, pudiendo asistir a las clases y ser atendido por los profesores todo aquel alumno que decidiera esta modalidad. La confección del material necesario y el presupuesto de los gastos se encargó a los propios profesores, haciendo concursar en la provisión de los materiales a varios industriales y confiando en D. Emilio Díez de Revenga para que lo adjudicara a quien mejores condiciones ofreciera de precio y forma de pago.

Y tal y como había ido sucediendo, la prensa era la forma de información que llegaba a los lectores siendo medio de difusión. El 10 de octubre de 1918, Jara Carrillo como secretario del Conservatorio y Emilio Díez de Revenga como Director publican en El Tiempo de Murcia el anuncio de la matrícula y los derechos a abonar: 20 pesetas por cada asignatura y cada curso pagadero en dos plazos, el primero de 10 pesetas al hacer la matrícula y el segundo de igual cantidad en la primera quincena de febrero. Además se tenía que abonar 5 pesetas de derecho de examen por cada asignatura. Los estudios que se ofrecían eran los de Enseñanza elemental con validez académica de Solfeo, cinco cursos; Piano cinco; Violón cinco. Enseñanza Superior sin validez académica: Piano 6º, 7º y 8º cursos, Violín 6º, 7º y 8º, así como Canto, Armonía, Historia de la Música y formas musicales y Declamación cuatro cursos.

El 16 de noviembre de 1918, la constitución del Claustro se celebra en la Secretaría del Conservatorio de las Escuelas Graduadas Grupo Cierva-Peñafiel de Santo Domingo. En diciembre se recibió noticias por parte del Director de Bellas Artes, Sr. Benlliure, confirmando su asistencia en representación del Ministro para la inauguración oficial. Esta tuvo lugar en enero de 1919 en el salón de actos del Instituto de Enseñanza Media, bajo la presidencia de honor del mencionado D. Mariano Benlliure, y D. Tomás Bretón llegados el día anterior a la capital murciana con objeto de asistir al solemne acto.

El entonces diputado a Cortes y director del Conservatorio D. Emilio Díez de Revenga fue el encargado de la lectura del discurso de inauguración, con clara alusión a la creación de la Universidad ". centro dinámico de un estado de cultura científica, y la necesidad de dotar a Murcia de un "Centro de Enseñanza de Música y Declamación" que recogiendo las dispersas excepcionales condiciones de nuestra raza y el vigoroso templo de complexión artística, despertara nobles aficiones, puliera y educara aptitudes, estimulara voluntades, regenerara energías y se constituyera en "alma mater" de una nueva generación que rememore y abrillante las glorias de aquellos, cuyo nombre está perennemente en el recuerdo de todos, que aprisionaron el alma nacional en el pentagrama, sembraron la escena patria de inmarcesible laurel e hicieron hablar a los instrumentos musicales el divino lenguaje de la Música"23. En este discurso inaugural, se confirmó la ubicación del local que por concesión del Ayuntamiento ocuparía interinamente el piso principal de la Escuela Graduada de la plaza de Santo Domingo, Grupo Escolar Cierva-Peñafiel. Celia Guirao Cid, en la Revista Cadencia, año VII, nº 12 pág. 5 dice: "Era Enero de 1919 cuando tuvo lugar su inauguración oficial en el murciano barrio de Santo Domingo en cuyo Grupo Escolar se instaló en primer momento el Conservatorio. Pero pronto -en junio de 1920- pasó el Centro al edificio del Teatro Romea por cesión del Ayuntamiento de la ciudad".

Discurso de inauguración del Conservatorio de Música y Declamación de Murcia. Enero de 1919. El Liberal de Murcia

Discurso del diputado a Cortes y director del Conservatorio señor Díez de Revenga.

"Excmos. E Ilmos. Señores: Señoras. Señores:

Un azar muy afortunado para mí, poco venturoso para vosotros, oblígame en el solemne acto de constituirse el Conservatorio provincial de Música y Declamación de Murcia, a extenderle el acta de nacimiento.

Yo quisiera verle envuelto en estos primeros momentos de su vida en más finos y perfumados pañales. (Párrafo ilegible por mal estado de la hoja del periódico). Es el nacimiento del Conservatorio murciano una manifestación más del hermoso resurgir de nuestras energías regionales. Creada la Universidad literaria como centro dinámico de un estado de cultura científica, bien pronto se manifestó el laudable pensamiento de dotar a Murcia de un Centro de Enseñanza de Música y Declamación que, recogiendo las dispersas excepcionales condiciones de nuestra raza y el vigoroso templo de su complexión artística, despertara nobles aficiones, puliera y educara aptitudes, estimulara voluntades, regenerara energías y se constituyera en "alma mater" de una nueva generación que rememore y abrillante las glorias de aquellos, cuyo nombre está perennemente en el recuerdo de todos, que aprisionaron el alma nacional en el pentagrama, sembraron la escena patria de inmarcesible laurel, e hicieron hablar a los instrumentos musicales el divino lenguaje de la Música; y que se formaron para realizar todo esto, por nuestro abandono lejos de la tierra de su nacimiento, aunque ofrendándola siempre con la gloria del renombre que conquistaron el reconocimiento de ese misterioso e indestructible vínculo que unió y unirá por siempre a los que nacieron a la sombra de nuestra Torre, con las tradiciones venerables, los caracteres peculiares y las costumbres típicas de este país, donde la hermosura del cielo y la fecundidad de la tierra suelen ofrecer doloroso contraste con el enervamiento de nuestra voluntad y la renunciación apática de una vigorosa y salvadora actuación.

Recogido el común sentir y la iniciativa de un benemérito artista murciano en una campaña periodística dirigida por el laureado poeta y eximio escritor Jara Carrillo, bien pronto la ley de la gravedad que rige el mundo moral como el mundo físico hizo caer en manos del ilustre murciano don Isidoro de la Cierva la realización del propósito. Una Junta de Patronato presidida por él y compuesta de profesores, literatos, artistas y personalidades murcianas, en sucesivas y laboriosas reuniones, concretó el proyecto en un reglamento orgánico, otro de gobierno interior, un presupuesto y un cuadro de profesores; las Corporaciones provincial y municipal de Murcia hicieron la necesaria consignación en sus respectivos presupuestos, con unánime alteza de miras.

Cumplidas las disposiciones legales, empezó a navegar el expediente del Conservatorio por el "mare magnum" de la burocracia oficial y cada vez que podía naufragar o encallarse la mano experta, la voluntad patriótica del insigne murciano don Isidoro de la Cierva, a la menor instancia nuestra, allanaba los escollos, aceleraba las marchas y suprimía los riesgos. Así llegamos a obtener, con la valiosísima cooperación del insigne artista que para bien de España ocupa la Dirección General de Bellas Artes, la real orden que confirma la creación del Conservatorio y concede validez académica a los estudios elementales que en él se cursen.

Confirmado por la Superioridad el cuadro de meritísimos profesores que la Junta de Patronato hubo de nombrar, ha quedado instalado interinamente el nuevo Centro de Enseñanza artística por munificente concesión del Excmo. Ayuntamiento de Murcia, en el piso principal de la magnífica Escuela Graduada de la plaza de Santo Domingo que lleva también el nombre insigne de Cierva Peñafiel, por estar ese nombre unido a la reivindicación de los bienes destinados antaño a la Enseñanza. Así resulta que el recinto clásico de la Escuela, se allana a la irrupción del Arte Musical y Declamatorio que le pidió asilo. Una vez más la Ciencia que es la Verdad, guardiana severísima de la rigurosa especulación, se confunde con el Arte, que es la Belleza, en esas regiones ideales, donde Verdad y Belleza moran, puras, inmóviles, bienaventuradas, como las vio Platón.

Para conseguir tan altos fines de cultura artística se crea en Murcia el Conservatorio de Música y Declamación. Sus primeros pasos se han deslizado en la senda del éxito; y siguiendo por ella, hoy que en esta solemnidad recibe su consagración oficial, tiene la ventura el nuevo Centro de que la representación de S. M. se halle conferida al Excmo. Sr. Director general de Bellas Artes y que este cargo oficial lo desempeñe el insigne artista don Mariano Benlliure, de genio tan maravilloso, de tal portentoso cincel, que su inspiración es el beso que las Musas helénicas rozando majestuosas las aguas del Mediterráneo, vinieron a traer a las costas valencianas para depositarlo sobre la frente de nuestro egregio artista.

Y para que esa clase de ventura llegue a su colmo, aquí se halla presente con la representación del Real Conservatorio de Música y Declamación de Madrid, benemérito y glorioso santuario del arte español, al veterano e ilustre maestro don Tomás Bretón, sobre cuya frente se dibuja la corona de la inmortalidad. Nunca pudo soñar mayor honor nuestro Conservatorio para el acto de inauguración que el de la asistencia de quien llena con su gloriosa obra un periodo de la Música española; de quien produjo el estupendo idilio musical que lleva por nombre "Los amantes de Teruel"; de quien, paseando su inspiración por tierras de Calatayud produjo el hondo drama musical que palpita en el alma de "La Dolores" y vertió en su Jota los dolores, las pasiones y las ansias, las dulzuras y los heroísmos, las pasiones bravas y los sentimientos nobles del alma nacional; de quien un día, feliz para la historia del Arte, se marchó de Verbena y enredando su inspiración en los flecos de dos mantones de Manila ceñidos a los garbosos talles de "una morena y una rubia, hijas del pueblo de Madrid", legó a la admiración de las gentes el más hermoso y castizo sainete musical que vieron y verán los siglos.

"¡Artistas murcianos! Mirad la alteza y la responsabilidad de vuestra misión. En un cercano día, desapareceremos del Conservatorio los que ejercemos una acción meramente episódica y accidental. La solemnidad de hoy debe encender la llamarada de vuestros amores hacia el Arte que cultiváis y en su purísimo fuego deben consumirse las rencillas personales que han sido siempre la maldita polilla de los más gloriosos blasones. ¡Que esa llamarada sea la luz esplendorosa que descubre el camino para que Murcia sea grande en la mansión augusta del Arte!

¡Artistas murcianos! El Conservatorio de Música y Declamación de Murcia ha venido a la vida. Jurad mantenerlo, por vuestro honor. Si así lo hacéis, Murcia y el Arte os lo premien, y si no, os lo demanden".

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