Historia de la formación teatral en Murcia: el Conservatorio de Música y Declamación en los años treinta (1930-1936)

Nieves Pérez Abad

Profesora de Dirección Escénica de RESAD Madrid

Resumen: En el periodo 1930-1936 el Conservatorio de Música y Declamación de Murcia tuvo una floreciente actividad en el marco de la formación en enseñanzas artísticas, coincidente con la consolidación de la institución. En el presente artículo se lleva a cabo un recorrido por dicha actividad desde 1930 hasta 1936, centrándola en la sección de Declamación del Conservatorio y situándola en su contexto educacional, cultural y teatral.

Palabras clave: Conservatorio de Música y Declamación de Murcia, formación teatral, teatro de estudiantes.

Abstract: During the period 1930-1936, the Music and Declamation Conservatory of Murcia had a flourishing activity in the framework of the artistic education, coinciding with the consolidation of the institution. This article reviews that activity from 1930 to 1936, focusing on the Declamation Section of the Conservatory and setting it in its educational, cultural and theatrical context.

Key words: Music and Declamation Conservatory of Murcia, theatre education, student's theatre.



1. Presentación

La reciente celebración del centenario de las enseñanzas artísticas en la Región de Murcia (1918-2018) ha dejado como legado escrito dos trabajos de sendas investigadoras: el ensayo "Apuntes a la historia de la Escuela Superior de Arte Dramático de Murcia", de Margarita Muñoz Zielinski (2018); y el minucioso y extenso estudio "Las enseñanzas artísticas en Murcia (1832-1919)", de Cristina Pina (2018). En ambas publicaciones se ofrece una exhaustiva visión de la fundación del Conservatorio de Música y Declamación, así como de los precedentes de las enseñanzas artísticas en Murcia en las décadas anteriores, en concreto, casi desde un siglo antes en el citado trabajo de Cristina Pina, siendo el punto de inicio el referente de François-Joseph Talma y la publicación de sus máximas teatrales en el Correo Literario y Mercantil de Murcia en 1832 (Pina, 2018, p. 110). Por otra parte, en su obra Aspectos de la danza en Murcia en el siglo XX, Muñoz Zielinski (2002) ya había ofrecido un estudio histórico de los orígenes del Conservatorio de Murcia, así como de los edificios que habían albergado los estudios oficiales de música, arte dramático y danza desde 1918 hasta la actualidad, lo cual aportaba breve y paralelamente datos sobre la evolución de la institución (pp. 127-176).

Habiendo entonces estudios científicos de la fundación del Conservatorio de Música y Declamación en 1918 y de los precedentes, así como datos más someros del devenir posterior de la institución, y estando aún cercana la celebración del citado centenario, se abren interrogantes para la investigación hoy, entre ellas: ¿cómo fueron los primeros años de andadura del Conservatorio? ¿Cómo se fueron consolidando sus enseñanzas? ¿Cómo se situó la actividad del mismo en el contexto teatral y cultural en la ciudad de Murcia? Hay datos y panorámicas, sí, pero hasta la fecha no hay estudios específicos al respecto1.

Por anteriores investigaciones propias en torno a la relación formación teatral-universidad, en concreto, sobre los precedentes de la fundación oficial del teatro universitario murciano en la década de los treinta2, disponíamos de diversos datos sobre la actividad del Conservatorio de Música y Declamación en el periodo 1930-1936 los cuales nos permitían, por otra parte, situar a la citada institución en el contexto del teatro de estudiantes en Murcia en esa época. Se nos planteaba el arco temporal 1930-1936 como significativo desde diversos puntos de vista: por un lado, incluye los años de la II República, los cuales aportaron en el ámbito del teatro de estudiantes iniciativas del calado del Teatro del Pueblo de las Misiones Pedagógicas (1931-1936), dirigido por Alejandro Casona, y el grupo teatral universitario La Barraca (1932-1936), bajo la dirección de Federico García Lorca en colaboración con Eduardo Ugarte. Por otro lado, en el contexto del teatro de estudiantes de Murcia se trataba de una etapa de especial efervescencia. Y por último, con respecto a la propia historia del Conservatorio de Música y Declamación, la institución conoció en ese arco temporal un periodo fructífero bastante cerrado: en 1931 había pasado a depender del Estado, y en 1936 se suspendió su actividad tras el estallido de la Guerra Civil, permaneciendo cerrado durante la práctica totalidad de la contienda.

De este modo, ampliando los datos de los que disponíamos con una nueva investigación en distintas fuentes, hemos tratado de arrojar algo de luz sobre las interrogantes apuntadas más arriba, planteando un recorrido por la actividad del Conservatorio desde 1930 hasta 1936. Responder por completo a esas preguntas, iniciando un estudio científico desde 1918 hasta al menos la transformación del Conservatorio en Escuela Superior de Arte Dramático en 1982 excedería con mucho los límites establecidos para el presente artículo.

Hemos centrado el trabajo en la sección de Declamación del Conservatorio, es decir, en la relacionada con las artes escénicas. Las fuentes han sido la prensa local y la bibliografía específica, además de mi propia tesis doctoral (Pérez Abad, 2017), la entrevista realizada en el marco de la misma a Elías Ros, y programas de mano de la época. La interrogante a la que hemos respondido entonces es: ¿qué se hacía y cómo en la sección de Declamación del Conservatorio en los años treinta (1930-1936)?

2. El teatro de estudiantes en Murcia en los años treinta

La ciudad de Murcia conoció durante el primer tercio del siglo XX una animada vida teatral tanto en la cartelera profesional, como en el teatro de aficionados y de estudiantes. En este último, el de estudiantes, se vivió una incuestionable efervescencia durante la década de los treinta, hasta el inicio de la Guerra Civil, con las iniciativas y entidades que iremos señalando a continuación.

En primer lugar, Murcia tuvo unas Misiones Pedagógicas a imagen y semejanza de las de carácter nacional. Como sabemos, estas últimas incluían la iniciativa del Teatro del Pueblo, dirigido por Alejandro Casona3. Las Misiones Pedagógicas Normalistas de Murcia dependían de la Escuela Normal de Magisterio de dicha ciudad y desarrollaron su actividad desde 1932 hasta 1934. Su actividad pasaba por la difusión cultural en general, y teatral en particular, en los pueblos de la región (Viñao Frago, 1983). Entre otros títulos representaron el paso de Las aceitunas, de Lope de Rueda; El juez de los divorcios, La guarda cuidadosa o El pícaro hablador, entremeses los dos primeros de Cervantes, y el tercero, atribuido al escritor alcalaíno.

En segundo lugar, diversas asociaciones de estudiantes llevaron a cabo numerosas representaciones teatrales con repercusión en la vida cultural de la ciudad, de lo cual dio buena cuenta la prensa local, destacando entre ellas la Federación de Estudiantes Católicos, la Juventud Antoniana, la Asociación Católica de Estudiantes de Bachillerato y el Teatro Infantil de la Escuela Graduada "Cierva Peñafiel"4.

Hagamos un brevísimo repaso por diversos títulos representados por algunas de estas asociaciones en el periodo 1931-1936: el juguete de Muñoz Seca La plancha de la marquesa y el entremés de los Álvarez Quintero ¿A quién me recuerda usted?, por parte de la Federación de Estudiantes Católicos; La nicotina, de Muñoz Seca y Pérez Fernández; y Los ateos, de Carlos Arniches, a cargo de la Juventud Antoniana; y por último, el juguete cómico Parada y fonda, y el sainete Hace falta un profesor, ambos de Vital Aza, por la Asociación Católica de Estudiantes de Bachillerato. Veremos más adelante que estos títulos están en relación con los que puso en escena el Conservatorio.

En tercer lugar, no se puede obviar el hecho de que el grupo de teatro universitario itinerante La Barraca realizó una representación en el Teatro Romea de Murcia el día 3 de enero de 1933. Puso en escena el entremés de Cervantes Los dos habladores y el auto sacramental de Calderón de la Barca La vida es sueño. El espectáculo estuvo introducido por el propio García Lorca, quien leyó unas cuartillas a modo de presentación. La actuación, con entrada gratuita, consiguió un lleno total, y obtuvo un gran éxito. Fueron numerosas las personas que no pudieron presenciarla, debido a que las localidades estaban agotadas5. La iniciativa cultural y artística de La Barraca, unida a la relevancia pública de la figura de García Lorca, no pasaría desapercibida a los integrantes de los diferentes grupos de teatro estudiantil de aquella época en Murcia, ni al alumnado del Conservatorio de Música y Declamación.

En cuarto y último lugar, en abril de 1935 tuvo lugar en el Teatro Romea la primera representación teatral ligada a la Universidad de Murcia: Porfiar hasta morir, de Lope de Vega, en el marco de un homenaje al autor áureo organizado por la institución académica. Esta iniciativa, que fue un éxito, constituye el precedente directo de la fundación en 1939 del Teatro Español Universitario (TEU) de Murcia.

El reparto estaba conformado por estudiantes de la universidad y de otros centros docentes, entre ellos, el Conservatorio de Música y Declamación y la Escuela Normal de Magisterio. La dirección escénica corrió a cargo de Juan de Ibarra, y de la dirección artística se ocupó Andrés Sobejano, siendo dicha división algo relativamente frecuente en el panorama teatral de aquel periodo.

Para esta representación la Universidad de Murcia contó con la colaboración del Conservatorio, no solo en cuanto al apartado actoral, sino también en la cesión de espacios, y muy especialmente en la labor de dirección escénica a cargo de Juan de Ibarra, que había sido alumno del centro y estaba vinculado al mismo6. Para los jóvenes estudiantes que participaron como actores en Porfiar hasta morir, con ensayo general y representación en el Teatro Romea, el más importante de la ciudad; y con escenografía y vestuario al modo de las compañías profesionales, dicha representación supondría un verdadero entrenamiento en el oficio teatral (Pérez Abad, 2017, pp. 61-67).

3. Actividad del Conservatorio de Música y Declamación de 1930 a 1936

En el contexto someramente descrito arriba se sitúa el Conservatorio de Música y Declamación de Murcia, siendo una institución destacada en cuanto a representaciones teatrales de estudiantes en la ciudad en aquellos años treinta, con convergencias y divergencias con aquellas. El Conservatorio se diferenciaba por llevar a cabo representaciones realizadas por alumnos que cursaban estudios enmarcados en las enseñanzas artísticas, de artes escénicas concretamente, y si especificamos, de Declamación; y que contaban con la orientación y supervisión de los profesores correspondientes. Estos ejercicios escolares y puestas en escena estaban orientados a la adquisición de técnica declamatoria y, más allá de eso, a la preparación para el posible acceso a la profesión teatral.

Para entender la historia de la institución previa a los años treinta antes de detenernos en los mismos, hay que considerar diversas cuestiones. Como han documentado y estudiado Margarita Muñoz Zielinski (2018) y Cristina Pina (2018), la creación del Conservatorio había respondido, tras diversos antecedentes, a una campaña realizada en 1917 por el diario El Liberal de Murcia, e iniciada por su director, Pedro Jara Carrillo. Dicha campaña obtuvo apoyo popular e institucional y el "Conservatorio Provincial de Música y Declamación" fue creado en ese mismo año 1917, incorporándose al de Madrid en 1918 y ajustándose a su reglamento orgánico en 1919 (Muñoz Zielinski, 2002, p.127 y pp. 142-146). En el periodo estudiado, pasó a depender del Estado, concretamente en 1931, denominándose entonces "Conservatorio de Música y Declamación" (Muñoz Zielinski, 2002, p. 153).

El primer claustro de profesores del centro se repartía entre diversas asignaturas de música, tales como Solfeo, Piano, Violín o Armonía, y solo una de ellas se dedicaba a las enseñanzas de artes escénicas: Declamación, impartida en los años iniciales por Jara Carrillo, quien falleció en 1927. En esta época continuaron su labor como profesores de Declamación Carlos Barrenas, jubilado en 1932, y tras este último, Manuel Navarro Meseguer.

En los orígenes únicamente tenían validez académica las enseñanzas elementales de Solfeo, Piano y Violín. Por tanto, el resto de disciplinas, entre las que se encontraba la Declamación, no tenían dicha validez académica. Muñoz Zielinski señala, por otra parte, que las enseñanzas de Música y Declamación se mantuvieron unidas hasta 1952, año en que se independizaron las de Música y Arte Dramático (Muñoz Zielinski, 2002, p. 153).

Llegamos así al periodo comprendido entre 1930 y 1936, en el cual el Conservatorio presentó prácticamente todos los años representaciones teatrales de estudiantes, fundamentalmente en el marco de ejercicios escolares de fin de curso que tenían lugar en el Teatro Romea. Allí, en la planta principal, la institución tuvo su sede desde 1920 hasta 1985 (Muñoz Zielinski, 2002, pp. 157-160).

Los citados ejercicios escolares solían desarrollarse en el Salón de Actos del Conservatorio, situado en el gran vestíbulo de la planta principal del Romea, el actual Salón de los Espejos. Estos ejercicios consistían en la interpretación de piezas musicales por parte de alumnos de asignaturas como Solfeo, Canto, Piano o Violín; y habitualmente al término de las mismas, o intercaladas entre ellas, se llevaban a cabo recitales de poesía y representaciones de obras teatrales breves por parte de los alumnos de Declamación. Tales ejercicios constituían, al parecer, los exámenes prácticos de las diferentes asignaturas, aunque nuestra fuente al respecto, la prensa local, no siempre deja constancia expresa de ello. Solo en una ocasión se indica explícitamente en la prensa que el "ejercicio escolar" era también el examen práctico de determinadas asignaturas7.

Veamos a continuación una relación de tales recitales y representaciones desde el año 1930 hasta el año 1935: recital de "selectas poesías de prestigiosos autores" y un "inspirado monólogo", del cual no se da ningún dato sobre autor o género8; representación del paso de comedia Herida de muerte, de los hermanos Álvarez Quintero, y puesta en escena de la zarzuela en un acto Château Margaux, de Fernández Caballero, todo ello en el final del curso 1929/30, en concreto, en mayo de 19309; "Lectura de Poesías" y representación del paso de comedia de los hermanos Álvarez Quintero La quema, en el curso 1930-3110; recital de poesía y representación del sainete de los Álvarez Quintero Secretico de confesión, en el curso 1931-3211; recital de poesía y representación del monólogo Chiquita y bonita y del entremés El cuartito de hora, ambos de los Álvarez Quintero, en el curso 1932-3312; y recital de poesía y representación del entremés de los Álvarez Quintero Hablando se entiende la gente, en el curso 1934-3513.

Sobre el fin de curso 1933-34 no hay datos en la prensa local, por lo que se puede deducir que no se celebró aquel año. Sí hubo en cambio una fiesta de inicio de curso, cuya estructura fue similar a las de celebración de fin del mismo, con intervenciones de los alumnos de las especialidades de Música y Declamación. El acto culminó con un recital de poesía y la representación de un paso de comedia de los Álvarez Quintero titulado Amor a oscuras14.

En cuanto al fin de curso 1935-1936, tampoco hay datos en la prensa local, aunque sí los hay acerca de un incendio en las dependencias de la secretaría del Conservatorio en el Teatro Romea en el mes de mayo de 1936. Fueron pasto de las llamas la documentación de matrículas y ficheros de los alumnos, y no está claro si también la biblioteca y parte del mobiliario. Por suerte, el incendio no llegó al escenario, lo que hubiera tenido consecuencias mucho más graves. La prensa dio buena cuenta de ello, e incluso de las acusaciones que se hizo a los responsables del Conservatorio por parte del Comité Municipal de Izquierda Republicana. Todo esto daría lugar a un desbarajuste en la institución que seguramente motivó que no se celebrara el habitual ejercicio escolar de fin de curso. De hecho, el fuego tuvo lugar el 15 de mayo, una fecha muy cercana a la del tradicional evento. La prensa informa acerca del requerimiento al alumnado para aportar datos y poder reconstruir los expedientes destruidos, de cara a los exámenes de junio de ese curso, que sí tuvieron lugar15; en cambio no informa acerca de ninguna suspensión de acto de fin de curso, o de la no celebración del mismo.

Si enumeramos y ordenamos las intervenciones de los alumnos de Declamación en dichos actos en el periodo estudiado, nos encontramos con la siguiente lista de títulos, todos ellos de los hermanos Álvarez Quintero: los pasos de comedia Herida de muerte, La Quema y Amor a oscuras; el sainete Secretico de confesión; el monólogo Chiquita y bonita; y los entremeses El cuartito de hora y Hablando se entiende la gente. En total, siete piezas breves de teatro en el periodo delimitado (1930-1936). Como hemos visto, se añaden a la lista un monólogo, sin datos sobre autor o género; la puesta en escena de la zarzuela Château Margaux, de Fernández Caballero; y por supuesto, los recitales de poesía, de inclusión lógica en los estudios de Declamación, que acompañaban siempre a las representaciones de piezas teatrales.

Estos datos nos hablan de la innegable relación entre las piezas escogidas para los ejercicios prácticos del alumnado, y las que triunfaban en la cartelera murciana del primer tercio del siglo XX, siendo por tanto modelo y referente para el teatro representado por estudiantes y aficionados. En el apartado anterior ofrecíamos diversos títulos representados por las asociaciones de estudiantes en los años treinta, que dan fe de la abrumadora presencia de autores como Arniches, Muñoz Seca o los Álvarez Quintero en tales puestas en escena.

En la obra de Fulgencio Martínez Lax El teatro en Murcia durante la II República (1997) se hace un minucioso estudio de la citada cartelera del primer tercio de siglo, ofreciéndose, entre otros, los siguientes datos: el teatro comercial era el que se representaba mayoritariamente, ya fuera por las compañías nacionales en gira, o por las compañías locales, que con frecuencia adoptaban los títulos de la cartelera madrileña. El teatro representado en Murcia se agrupaba en tres géneros mayoritarios: drama y comedia y sus subgéneros; zarzuela y variedades. Dentro del primer grupo, y siguiendo con la información ofrecida por Martínez Lax, los autores más representados eran Benavente y José María Pemán, en el drama; y Arniches, Muñoz Seca y los Álvarez Quintero, en la comedia.

Esto arroja luz sobre los trabajos presentados por el alumnado del Conservatorio de Música y Declamación en esta última sección: todas las representaciones teatrales fueron de subgéneros de comedia, en concreto, piezas breves firmadas siempre por los hermanos Álvarez Quintero, que se contaban entre los dramaturgos más exitosos del teatro comercial del primer tercio de siglo en España, siendo representados con mucha frecuencia por compañías de aficionados y de estudiantes.

En cuanto al recitado de poemas, señalábamos anteriormente que tenía su lógica inclusión en unos estudios de Declamación. Por lo que respecta a la zarzuela representada de Fernández Caballero, de nuevo se relaciona, por el género, con los gustos del público murciano y de todo el país reflejados en la cartelera del momento.

Una actividad ajena al calendario de inicio o fin de curso tuvo lugar en el año 1930: la función de homenaje al Maestro Fernández Caballero, cuya recaudación iría destinada a la suscripción de un monumento en Murcia al compositor, y que se celebró el 13 de marzo de ese año en el Teatro Romea. El acto estuvo organizado por la Junta Ejecutiva del Monumento al citado músico, y tuvo una importante repercusión en la prensa local, la cual señalaba al director del Conservatorio, Díez de Revenga, como el "alma de la organización de esta fiesta en homenaje a Caballero"16. El Conservatorio preparó dos zarzuelas de este autor: Château Margaux, que se representaría también al final de ese curso, como hemos visto, y La manta zamorana, ambas bajo la dirección de Massotti y Carlos Barrenas. Por su perfil profesional y las asignaturas que impartían en el Conservatorio, se entiende que la dirección musical dependería del primero y la escénica del segundo, aunque la prensa refirió en relación a este aspecto que ambos tuvieron a su cargo "la dirección escénica"17.

En los días previos al homenaje se publicó información sobre los ensayos y la preparación del acto, los cuales nos permiten hacernos en general una idea de los modos de hacer del Conservatorio, y en particular de las características de esta actividad determinada de teatro lírico: la preparación y presentación con aspiración semiprofesional de sendas puestas en escena de zarzuela en el principal espacio teatral de la ciudad. La zarzuela, tan en boga entonces, permitía aunar los esfuerzos de ambas secciones del Conservatorio, la de Música y la de Declamación. Veamos qué crónica hacía la prensa18:

Están adelantadísimos los ensayos para la magna función que bajo los auspicios del señor Díez de Revenga y con la acertadísima dirección de los maestros Massotti y Barrenas, preparan elementos muy valiosos y destacados de nuestro Conservatorio, plantel floreciente de artistas de indiscutibles méritos.

Nada menos que La manta zamorana y Château Margaux [.] del Maestro Caballero, serán puestas en escena el jueves 13 [de marzo] en nuestro coliseo de Romea, con el lujo y buen cuidado en la presentación que tales joyas requieren.

Las muchachas y ellos se entusiasman en el esfuerzo para dejar recuerdo gratísimo de su actuación esa noche [.].

Anoche a primera hora, hubo ensayo avanzado de dichas obras, en el Conservatorio, asistimos a él invitados por el señor Díez de Revenga, y en verdad quedamos asombrados de la brillante "Compañía".


Destacamos la consideración que hace la prensa del nivel artístico de estos integrantes del Conservatorio de Música y Declamación, a los que califica de "plantel floreciente de artistas de indiscutibles méritos", y más adelante de "brillante 'Compañía' ". Esto nos indica que, más allá del tono elogioso del periodista, con las enseñanzas artísticas implantadas en el Conservatorio se estaba elevando el nivel técnico y artístico de los jóvenes que se formaban como actores y como músicos en la ciudad.

Huelga decir que la representación constituyó todo un éxito, y de ello dio cuenta la prensa local. Volvió a repetirse dos días después en el Teatro Romea.

Para dar idea del trabajo que finalmente presentó el Conservatorio, seleccionamos a continuación los fragmentos de prensa relacionados con la interpretación de las dos zarzuelas mencionadas en el acto dedicado a Fernández Caballero19:

Quisiéramos, para poder dar una impresión exacta del espectáculo [.] formular la frase, no por manida, menos exacta ahora de que superó a toda ponderación [.].

Entre un gran silencio de expectación se alza la cortina.

Château Margaux, la conocida zarzuela del maestro Caballero, a pesar de la fecha en que fue escrita, deleitó al concurso, que escuchó con gran placer la jugosa y animada partitura.

Las simpáticas actrices señoritas Virtudes Sánchez y Consuelo Fernández, y los notables actores señores Gómez Cañizares, García Viñolas y Romero, dieron singular interpretación a la obra, que el público acogió con largos aplausos. [.] Después se representó La manta zamorana, otra de las obras más interesantes del maestro Caballero [.]. La interpretación fue, como la de Château Margaux, insuperable. Virtudes Sánchez y Consuelo Fernández dieron gran realce a los papeles a su labor encomendados y los señores Gómez, Alix, Sierra, Lozano, Trigueros y Romero contribuyeron al éxito de la representación con singular acierto.

[.] Una noche, en fin, inolvidable, en la que los aplausos levantaron humo, y por la que hemos de felicitar en primer lugar a los elementos que en ella tomaron parte, luego a sus organizadores y singularmente a los señores Massotti y Barrenas, que tuvieron a su cargo la parte dificilísima de la dirección escénica.


Los fragmentos citados no dejan lugar a dudas sobre la dedicación y el cuidado con que se realizaron los ensayos y representaciones de las dos zarzuelas. Además, habían sido llevadas a cabo bajo la guía de dos profesores especializados de la institución, lo cual de seguro aportaba un sello propio, particularizándolas frente a otras representaciones de entidades de teatro estudiantil del momento.

4. Balance de los primeros años del Conservatorio por un periodista de la época

Para terminar este recorrido por la actividad del Conservatorio de Música y Declamación desde 1930 hasta 1936 nos trasladamos a ese último año, cuando se publica en la prensa local un artículo que viene a hacer balance de los primeros dieciocho años del Conservatorio (1918-1936)20. Este balance ofrece una visión retrospectiva hasta el momento de la fundación de la institución en 1918, con la cual se sobrepasa el arco temporal delimitado en el presente trabajo, pero que permite ampliar nuestra perspectiva sobre los primeros años del centro, y sobre todo aporta valiosa información sobre los años treinta en el mismo.

Dicho artículo cobra una significación especial, pues se publicó en el fin de curso de junio de 1936, un mes antes del golpe de Estado militar que daría lugar a la Guerra Civil, y con ella a la interrupción de la actividad académica del Conservatorio durante la misma. El periodista estaba haciendo, sin saberlo, el balance de una etapa que verdaderamente tendría su fin en 1936, poco tiempo después de la publicación del mismo. En otra escala, lo que se ofrece ante nosotros con todo esto es, en definitiva, información para considerar cómo afectó la Guerra Civil a la historia y a la intrahistoria del país.

El periodista que firma el citado artículo, Luis Peñafiel Alcázar, explica en el mismo que ha acudido al Conservatorio en una tarde de junio "para recoger unas pequeñas impresiones de los exámenes". Refiere cómo se desarrollan las pruebas de piano, pero hace alusión a que en otras salas tienen lugar los de distintas asignaturas, como Violín o Acompañamiento, y entre las mencionadas se incluye la de Declamación. Llega entonces el momento del balance: en 1936 habían pasado dieciocho años desde la fundación del Conservatorio, y se hace un recorrido por ellos. La crónica relata que los primeros años fueron duros y de estrecheces económicas: desde la fundación se demoró durante largo tiempo la subvención pública del centro por parte de los organismos oficiales. Para empezar la andanza, el profesorado habría adquirido por su cuenta mobiliario y tres pianos, dejando en lugar secundario el modo de recuperar el dinero aportado. Los profesores no estaban retribuidos en esos primeros años, y por ello no podían dedicarse por completo a las enseñanzas. "Años de miseria y lucha, 'en que ser músico es no ser nada'. Años de esperanza y de desesperanza frente a tanto infortunio. No llegaba la incorporación al Estado, la matrícula era exigua [.]. Años duros, en una palabra", apuntaba Peñafiel21.

Frente a ese panorama, se destaca el considerable progreso del centro en los cinco años inmediatamente anteriores, es decir, a partir de que Manuel Massotti Escuder asumiera la dirección en 1931. Massotti había sido subdirector desde la fundación de la institución, por eso el periodista se refiere a él como director y creador del Conservatorio, además de calificar al claustro como de muy competente. Indica que dieciocho años después de la fundación, el centro tiene una "vida próspera y fecunda" y que junto a los de Madrid y Valencia "es uno de los principales [conservatorios] de España"22. Para esa convocatoria de junio el centro sobrepasaba los trescientos alumnos.

Pero tanto el elogio a la gestión de Massotti como el positivo balance de la trayectoria del Conservatorio no aparecen en la prensa por casualidad. Detrás de este reconocimiento público se puede leer una crítica a las instancias superiores que días antes habían destituido a Manuel Massotti del cargo de director, al parecer por motivos políticos que apenas son aclarados. El periodista renuncia a ser más explícito en su comentario: "Se ha agitado la pasión política de tipo provinciano. No preciso más. Un rencor disimulado a través de dos años"23. La noticia de la destitución había aparecido en la prensa unos días antes, y se indicaba que el cese había producido "sorpresa en el profesorado, primero, y en las clases sociales, después" 24. Y de nuevo se alude a la "represalia de tipo provinciano" como causa, sin dar más detalles25.

Por tanto, la auténtica justificación de este valioso documento periodístico sobre la historia del Conservatorio es mostrar un respaldo público y firme a la gestión de Manuel Massotti, que había sido reemplazado en el cargo de director por José Agüera Ros.

El enrarecido clima político de la ciudad y del país en aquellos meses previos al conflicto bélico contaminó también el Conservatorio. Hay más datos al respecto, antes, durante y después de la guerra. Así, por ejemplo, se puede explicar que a causa del incendio parcial del Conservatorio en mayo de 1936, referido más arriba, el Comité Municipal de Izquierda Republicana solicitara a los Ministros de Gobernación, Instrucción Pública y Agricultura que se realizara una inspección, se investigara y se depuraran los motivos de "semejante inculto hecho"26, como muy brevemente habíamos apuntado más arriba. Otro ejemplo sería la restitución de Manuel Massotti en el puesto de director tres días antes del fin de la guerra civil, mencionando la prensa que había sido destituido del cargo "a raíz de las elecciones del 36"27.

Por último, y para cerrar el recorrido, no podemos dejar de incluir un dato curioso, sin contrastar, que emana del artículo de balance al que nos estamos refiriendo. En él se señala al actor y tenor cómico murciano Pablo López28 como la persona que inicialmente habría tenido la idea de crear un conservatorio en Murcia, y así se lo habría comunicado a su mentor, Adolfo Gascón Leante y más adelante, a Jara Carrillo, quien como sabemos fue el máximo artífice para la efectiva creación e inauguración de la institución.

Esta fue, en definitiva, la actividad desarrollada por los estudiantes de Declamación del Conservatorio en el periodo 1930-1936. Considerada en conjunto se destaca algo que, por otra parte, era uno de los objetivos del Conservatorio de Música y Declamación desde su creación: la elevación del nivel técnico y artístico de los aspirantes a actores y músicos de la ciudad a través de estas enseñanzas. A estos estudiantes el Conservatorio les posibilitó la adquisición de la técnica y los conocimientos necesarios en torno a las distintas especialidades en un entorno de provincias, brindándoles con ello la oportunidad, quién sabe, de dedicarse profesionalmente a las disciplinas estudiadas, convirtiéndose así en un foco educativo, cultural y artístico para todos ellos y para la ciudad de Murcia.

5. A modo de conclusión

Como hemos visto, en la década de los treinta el teatro realizado por estudiantes era una actividad generalizada en el ámbito académico y cultural de la ciudad de Murcia, que no dejaba de lado la cartelera profesional del momento ni estaba desconectada del panorama nacional, por ejemplo en cuanto a iniciativas como las Misiones Pedagógicas. Esto no es de extrañar en una época en la cual el teatro en España se situaba en el entorno social como una de las principales actividades de ocio; y en el entorno cultural, artístico e intelectual, como una de las disciplinas centrales.

En ese contexto hemos situado, detallándola, la floreciente actividad del Conservatorio de Música y Declamación, la cual se interrumpió con el estallido de la Guerra Civil. Querríamos señalar a este respecto que con ello, como en casi todo trabajo, quedan abiertas y apuntadas nuevas cuestiones que sobrepasan los límites del mismo. Una puerta se cierra y otra se abre. Al llegar al punto final de nuestro estudio en 1936 con el inicio del conflicto bélico, inevitablemente surgía una nueva pregunta: qué pasó con el Conservatorio durante la guerra. Esto nos ha llevado a continuar investigando en la prensa local, encontrando en la misma diversas informaciones en torno a la institución a lo largo de los años de la contienda29. De este modo, esbozamos algunas de las nuevas interrogantes surgidas: qué pasó exactamente con el centro durante la guerra; cómo, cuándo y en qué circunstancias se produjo la continuación de su actividad al término del conflicto bélico; y de nuevo, cómo volvieron a consolidarse estas enseñanzas artísticas hasta adquirir la forma bajo las que las conocemos en nuestros días. Queden aquí simplemente apuntadas dichas cuestiones, junto al recuerdo de los artífices y los primeros profesores y estudiantes del Conservatorio de Música y Declamación en las décadas iniciales de su andadura. Recomponer su historia es, finalmente, construir nuestra memoria.

Referencias bibliográficas

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Referencias hemerográficas

Diario El Liberal: enero 1933-mayo 1936.

Diario El Tiempo de Murcia: febrero 1930-marzo 1930.

Diario La Verdad: marzo 1930-marzo 1939.

Diario Levante Agrario: mayo 1930.

Diario La Región. Diario de la República: mayo 1932.


1 La página web de la Escuela Superior de Arte Dramático de Murcia contiene un apartado dedicado a la historia de la misma, lo cual incluye la parte referida al Conservatorio de Música y Declamación. Disponible en http://www.esadmurcia.es/historia-de-la-esad/

Por otra parte, el portal Región de Murcia Digital de la Fundación Integra ofrece, en su sección de Historia, un apartado dedicado a la inauguración del Conservatorio de Murcia, y dentro del mismo, un epígrafe titulado "Evolución" [del mismo], que repasa muy someramente la evolución de la institución tras su fundación. Disponible en https://www.regmurcia.com/servlet/s.Sl?sit=c,373,m,1096&r=ReP-26723-DETALLE_REPORTAJESPADRE

En diversas secciones de la Historia de la Literatura Murciana correspondientes al teatro también se pueden encontrar referencias al Conservatorio de Música y Declamación y a la Escuela Superior de Arte Dramático desde el primer tercio del siglo XX hasta finales de los años ochenta (Díez de Revenga y De Paco, 1989, pp. 346-353, 379-386 y 498-527).

2 La fundación oficial del Teatro Español Universitario (TEU) de Murcia, fechada en 1939, se produjo con la representación de la obra De muy buena familia, de Jacinto Benavente, dirigida por el que fuera alumno del Conservatorio y actor profesional Juan de Ibarra, componiendo el reparto otros alumnos del mismo centro, entre ellos Elías Ros, además de los estudiantes universitarios. La obra se estrenó en junio en el Teatro Romea, apenas dos meses después del fin de la Guerra Civil, con un notable éxito.

3 Alejandro Casona (1903-1965) fue alumno de Jara Carrillo en el Conservatorio en los años durante los cuales residió en Murcia (Díez de Revenga y De Paco, p. 380). Esto debió suceder entre 1919 y 1922, pues antes no se había inaugurado oficialmente el Conservatorio ni había habido actividad lectiva. En 1922 Casona accedió a la Escuela de Estudios Superiores de Magisterio de Madrid, continuando su andadura profesional fuera de Murcia, donde también había sido alumno de la Escuela Normal de Magisterio y de la Facultad de Filosofía y Letras.

4 Los datos sobre las actividades de las asociaciones Juventud Antoniana, Asociación Católica de Estudiantes de Bachillerato y el Teatro Infantil de la Escuela Graduada «Cierva Peñafiel» están disponibles en la prensa de la época, pero también los hemos podido consultar en documentos originales del archivo personal de Elías Ros, que incluye programas de mano e invitaciones impresas a los actos culturales organizados por las citadas asociaciones. Elías Ros Garrigós (1919-2016) fue durante toda su vida locutor de Radio Murcia, aunque en su adolescencia participó como actor en numerosas representaciones de la época estudiada. Por otro lado, fue discípulo de don Juan de Ibarra y uno de los primeros titulados en Declamación en el incipiente Conservatorio de Música y Declamación de Murcia.

Sobre la primera de las asociaciones citadas, la Federación de Estudiantes Católicos, hay numerosas referencias en la prensa local. También se puede consultar el trabajo publicado por Barba Prieto sobre la Confederación Nacional de Estudiantes Católicos (1999).

5 Diario La Verdad, 4 de enero de 1933, y Diario El Liberal, 4 de enero de 1933.

6 Juan de Ibarra sería nombrado más adelante, en 1949, catedrático de Declamación del Conservatorio de Murcia. Ejerció tal labor docente hasta fecha cercana a su fallecimiento en 1971, además de una notable influencia en la creación de la actual Escuela Superior de Arte Dramático de Murcia.

7 Diario Levante Agrario, 21 de mayo de 1930.

8 El recital y el monólogo estuvieron a cargo de Manuel Augusto García Viñolas (1911-2010), quien fue un periodista, escritor y cineasta de origen murciano. Alumno del Conservatorio de Música y Declamación de Murcia, fue también uno de los fundadores de la Federación de Estudiantes Católicos, mencionada en el presente trabajo. Bajo el régimen de Franco dirigió importantes instituciones oficiales como el Departamento Nacional de Cinematografía (1938-1942) y el Noticiario NO-DO (1962-1966). En el ámbito teatral, estuvo relacionado con el grupo de teatro itinerante La Tarumba -dependiente de Falange- y dirigió el Teatro Español de Madrid en un breve periodo entre 1941 y 1942 (Cánovas y Cerón, 1990, pp. 137-141).

9 Diario Levante Agrario, 21 de mayo de 1930, y Diario El Tiempo, 21 de mayo de 1930.

10 Datos extraídos del programa de mano del acto académico, del archivo personal de Elías Ros.

11 La Región. Diario de la República, 21 de mayo de 1932.

12 Diario La Verdad, 27 de mayo de 1933.

13 Datos extraídos del programa de mano del acto académico, del archivo personal de Elías Ros.

14 Diario La Verdad, 28 de noviembre de 1933.

15 Diario La Verdad, 24 de mayo de 1936.

16 Diario El Tiempo, 11 de marzo de 1930.

17 Diario La Verdad, 14 de marzo de 1930.

18 Diario El Tiempo, 27 de febrero de 1930.

19 La conmemoración incluyó también una charla de homenaje a este compositor a cargo de Federico García Sanchiz, y la interpretación por parte de una solista y coro de un "couplet", o cuplé, compuesto por Massotti Escuder, con letra de Jara Carrillo: "La noche de amor" (Diario La Verdad, 14 de marzo de 1930).

20 Diario La Verdad, 17 de junio de 1936.

21 Diario La Verdad, 17 de junio de 1936.

22 Diario La Verdad, 17 de junio de 1936.

23 Diario La Verdad, 17 de junio de 1936.

24 Diario La Verdad, 13 de junio de 1936.

25 Diario La Verdad, 13 de junio de 1936.

26 Diario La Verdad, 26 de mayo de 1936.

27 Diario La Verdad, 29 de marzo de 1939.

28 Pablo López fue contemporáneo de Vico, Calvo o Mendoza, y se dedicó al arte escénico desde 1879 hasta 1906.

29 En nuestra búsqueda de información al respecto, hemos consultado además un texto de referencia: la tesis doctoral El teatro en Murcia durante la Guerra Civil, de María Isabel Martínez López (2001), no habiendo alusión en ella al Conservatorio de Música y Declamación.