
Todos recordamos algún episodio de fiebre y la manera de calmarla que ha pasado de abuelas a madres: los paños de agua fría en la frente. La fiebre es un exceso anormal de temperatura corporal; señal de que el cuerpo está en lucha para combatir alguna infección. Las elevadas temperaturas no son óptimas para el correcto desarrollo de los patógenos más habituales.
Con los paños de agua en la frente se absorbe el exceso de energía que mostramos, sobre todo, en órganos sensibles, caso del cerebro. Entre las muchas propiedades que tiene el agua, y que alguna ya ha sido comentada en esta monografía (experiencia 7ª), destaca su elevado calor específico y alto calor de vaporización. Es decir, el agua permite que el calor liberado en reacciones bioquímicas exotérmicas sea fácilmente absorbido o eliminado, haciendo con ello que la variación térmica en el individuo sea muy pequeña. Por lo que respecta al calor específico, el agua es una de las pocas moléculas que necesita mucha energía para aumentar un grado centígrado su temperatura. Con esto, aun estando con fiebre altísima, la temperatura corporal no llegaría a niveles extremos, superior a 45ºC.
En esta experiencia que os mostramos comprobaremos esta bondad que tiene la molécula de agua, imposibilitando romper un globo mediante calor, el cual dispone de una pequeña cantidad de este líquido elemental en su interior.

- Globos.
- Agua procedente de un grifo.
- Mechero.

Tomamos un globo e intentamos llenar una pequeña cantidad de su volumen con agua, introduciendo la boca del mismo en un grifo. A continuación, soltamos el globo y continuamos llenando el volumen del mismo con aire, insuflando. Sellamos la boca y nos ponemos a jugar con el alumnado.


Cuando tomamos un globo lleno, en exclusividad, de aire y le prendemos fuego con la llama procedente de un mechero, rápidamente explota dejando escapar el contenido interior. Pero, ¿qué pasa si en el interior del globo hay agua? Si sometéis a este nuevo globo al fuego de la llama del mechero, no explota. La razón reside en el elevado calor específico del agua. Esta absorbe el calor suministrado por el mechero y el globo no es capaz de romperse ni liberar su contenido (figura 46).
